¿Entiende que haya críticas a la decisión de mantener iniciativas como Phe, Mueca o el ?Carnaval de Verano?

Puedo llegar a comprender que haya personas a las que le genere miedo la recuperación de cualquier tipo de actividad en la situación (de pandemia) que vivimos. Sin embargo, no ocurrió lo mismo cuando abrimos las playas ni cuando abrimos los centros comerciales ni cuando abrimos el Lago Martiánez... Por eso veo incomprensible que se demonice la cultura sin ninguna razón. No hay ninguna razón para pensar que hay más riesgo en un evento cultural, como el festival de jazz o el Phe Festival, donde se toman todas las medidas de seguridad sanitaria. El coronavirus no actúa diferente ni camina diferente por los escenarios que por la calle. No se respira diferente en un concierto. Somos muy conscientes de la situación actual y se trabaja multiplicado por diez para organizar estos eventos. Puerto de la Cruz se ha mostrado siempre al mundo como un destino cultural y, cuando uno cree en esto, hay que pelear y luchar para no perder esa identidad, esa marca que nos diferencia. De lo contrario, estaríamos ante un discurso ficticio, banal o un aprovechamiento de la cultura sólo para cuando las cosas van bien. El discurso no debe cambiar y Puerto de la Cruz mantiene su estrategia de desarrollo cultural. Este gobierno tiene claro que la cultura es el eje transformador de esta sociedad y un elemento diferenciador en la promoción turística. Por todo ello, vamos a seguir apostando por la cultura. Aunque no es ni ha sido fácil.

Se trata de una apuesta pública, pero también privada...

Sí, en el caso del Phe Festival es una emprendeduría, como la del festival de jazz. Hay que aplaudir a estas personas que corren el riesgo. En el caso de Mueca, llevamos meses trabajando con la Plataforma Cómplices Mueca, compuesta por agentes culturales y sociales de la ciudad. Hemos barajado mil alternativas para desarrollarlo y, finalmente, hemos apostado por esta fórmula, un festival completamente seguro que vuelve a colocar a Puerto de la Cruz a la vanguardia regional. Fuimos el primer municipio de Canarias que obtuvo una autorización de Sanidad para un evento de estas características y ahora vamos a volvernos a mostrar al mundo. La actividad cultural no es menos ni más que cualquier otra. Me sigue extrañando que haya personas que quieran atacar a la cultura.

¿Cómo marcha la venta de ?entradas para Mueca?

El público está respondiendo. El estreno de Abubukaka es el primer reclamo de Mueca y desde que se pusieron a la venta, se disparó la demanda. Hay un tope de 800 personas, que no se superará en ningún caso, ya que se bloquean los asientos por grupos de convivencia, así que si alguien viene de forma individual se pierden otras cuatro plazas; si vienen dos, se pierden tres, y así de forma sucesiva. La platea se adapta y se reconvierte de acuerdo con los grupos de asistencia. No espero ni aplausos ni nada, pero sí que se reconozca la adaptación de este sector y el esfuerzo realizado. Lo importante no es el número de asistentes. No buscamos aglomeraciones de personas, que sí han sido seña de identidad en ediciones anteriores.

¿Qué balance hace del Carnaval de Verano 2020?

Es curioso que haya personas que nos criticaran pensando que el Ayuntamiento iba a organizar una verbena multitudinaria, pero creo que dimos muestras de seriedad, nuevamente, y colocamos a Puerto de la Cruz en el epicentro de la celebración del carnaval en la isla de Tenerife. Es curioso que en los titulares de una reciente reunión de Ashotel con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, la propia patronal pidiera al consistorio de la capital que su carnaval durara todo el año. Creo que estamos en lo cierto: el Carnaval de Verano nos sirvió para tener un pequeño gesto con esos hoteles que están abiertos y regalamos un poco de carnaval a los turistas que, a pesar de las circunstancias, decidieron permanecer en Puerto de la Cruz. Y eso es de agradecer. Se hizo una programación 'on line', se divulgó el intercambio con Düsseldorf y ese foro nos sirvió para hablar del futuro del carnaval en el conjunto de la isla. Aparte hubo una exhibición es de trajes y la escuela del carnaval. Actividades que no generaron ningún tipo de aglomeración ni nada diferente a lo que venimos haciendo en nuestras vidas cotidianas. La diferencia es que a esos turistas que querían disfrutar del Carnaval de Verano se les pudo explicar que, pese a las restricciones, se pudieron hacer cosas. En estos tiempos el camino más fácil es suspenderlo todo. Sin embargo, nosotros seguimos afianzando una marca y una identidad, que coloca a Puerto de la Cruz en el centro de muchos debates. En el epicentro de la reflexión. El carnaval no es solo una fiesta , es mucho más. Detrás de la cultura y del carnaval hay muchas familias que pagan sus impuestos y tienen que comer y seguir viviendo. Puerto de la Cruz no deja de lado la atención social a la ciudadanía, sin olvidar que hay cuestiones que más que gasto son inversión. Al margen de que se han gastado unas cuantías ínfimas en comparación con años anteriores.

¿Cuánto costó el Carnaval de Verano?

Aún no tenemos la cifra cerrada, pero estará en torno al 10% o menos de lo invertido en la edición anterior.

¿Funcionó la primera Escuela de Carnaval?

Para nosotros ha sido muy importante la puesta en marcha de esta iniciativa. Ya habíamos dicho antes de gobernar que Puerto de la Cruz siempre fue esa ciudad pionera y creativa que dio diseñadores de renombre, por eso apostamos por crear esta primera Escuela de Carnaval de Tenerife, a la que queremos dar continuidad durante todo el año en la UPM.

¿Qué le traslada el sector turístico sobre la situación actual y las previsiones para los próximos meses?

Me trasladan mucha inquietud y preocupación y soy consciente de la situación que afrontan. Sin embargo, el mensaje que siempre doy es de optimismo. Lo hice en los meses previos a julio y agosto. ¿La situación es compleja? Por supuesto ¿La situación es difícil? Por supuesto ¿Qué se ha hecho? Pues fuimos el primer municipio turístico de Canarias que bonificó el 50% de la tasa de recogida de residuos a los hoteles. Se ha mantenido pese a la recuperación de la actividad, porque no lo limitamos al estado de alarma. Desde marzo se empezó a aplicar. Y hemos tenido otros gestos, como con el Carnaval de Verano y con el Oktoberfest, que se organizó con el CIT, y en ambos casos se usaron los hoteles como escenario de actuaciones. Seguimos trabajando con los hoteles. Somos muy conscientes de que la situación es difícil, pero con el pesimismo no vamos a ningún lado.

¿Las cuentas municipales están en riesgo de desequilibrio presupuestario, como denuncian PP y CC?

En desequilibrio están todas las cuentas del mundo. Aquí hay un hecho singular que se llama pandemia. No es cuestión del gobierno PSOE-ACP, ni de Puerto de la Cruz ni de Tenerife ni de Canarias. Esto se llama Covid-19 y es una pandemia mundial. Las cuentas de cualquier administración local, insular, regional o nacional se verán afectadas. Sería absurdo usar demagógicamente la situación de merma de ingresos para atacar la gestión de un gobierno. Eso no tiene sentido. Lo que sí tiene sentido es tomar medidas en base a un equilibrio económico y eso se está haciendo desde el área de Hacienda. La oposición nos ha traído propuestas para condenar, por ejemplo, determinadas tasas durante tres años y eso sí generaría un desequilibrio a largo plazo. Hemos aplicado otras bonificaciones, como la reducción de la tasa de basuras o la suspensión de la tasa de ocupación de la vía pública hasta diciembre, porque entendemos que esa era la situación que podíamos asumir. No podemos llevar al déficit al ayuntamiento por quedar bien con todo el mundo

¿Cuántos hoteles hay abiertos en la actualidad? ¿Algunos ya se plantean volver a cerrar?

Son en torno a 25 los que están abiertos. Si no se soluciona la llegada de turistas extranjeros, hay un sector que depende mucho de Reino Unido y de Alemania que tendrá dificultades. De momento, las compañías que han anunciado cierres no tenían abiertos sus hoteles en el municipio. Tenemos hoteles que han recuperado cierta actividad en julio y agosto, con turismo nacional, pero confío en que los países lleguen a acuerdos, se habiliten corredores seguros y Reino Unido y Alemania levanten esos vetos. Nosotros, a diferencia de otras ciudades turísticas, tenemos algo que ofrecer. Nosotros no somos una ciudad fantasma en estos momentos. Tenemos identidad y somos una ciudad viva, donde se convive y donde hay una oferta cultural, patrimonio histórico, gente encantadora, un sector comercial de calidad y los mejores servicios de restauración de toda Canarias en el menor espacio. Somos distintos a cualquier otra ciudad turística de Canarias y del mundo. Hay dificultades, pero vamos a trabajar desde el optimismo.

Le ha tocado primer un año de gobierno muy complicado...

Puede parecer extraño escucharlo, pero sigo con la misma ilusión del primer día. No he perdido la ilusión de defender a esta ciudad; de poner en valor el talento y la creatividad que hay aquí; de garantizar la profesionalidad de todos los sectores y su valor comercial... hacer ver lo importante que es Puerto de la Cruz para el mundo. Claro que es difícil afrontar un año de mandato, en el que se firma un pacto de gobierno y hay unos objetivos marcados, y nada más entrar y ponernos a trabajar viene la quiebra de Thomas Cook; luego el episodio de calima y los incendios, que también nos afectó como destino, y en marzo, llegó la pandemia que paralizó el mundo y se produjo lo que nunca habíamos imaginado: un cero turístico. Fue salir a la calle y morir de tristeza viendo todo cerrado. Fue un momento muy duro. Y ahora no tenemos que afrontar únicamente una crisis sanitaria y económica, sino también una parálisis administrativa sin precedentes. Hemos dado pasos para ir afrontando todo lo que viene: la primera modificación de créditos, de 500.000 euros, fue para socorrer a la ciudadanía; luego se hizo otra para ayudar al sector empresarial, y seguimos trabajando en una nueva para la generación de empleo. A pesar de las dificultades que nadie se esperaba, vamos avanzando. Hay gente que a lo mejor lo ha tenido muy fácil en la vida, y no es capaz de reaccionar antes estos momentos. Yo no vengo de tener pañitos calientes en mi vida y creo que sé encontrar oportunidades en las dificultades. Eso me ha permitido afrontar todo esto con un valor que ni se compra ni se vende ni se estudia: el sentido común. Muy amparado por mi equipo de gobierno, que ha realizado un gran esfuerzo para llegar a acuerdos con la oposición y dimos un ejemplo de unidad en momentos difíciles. Esto no ha acabado y seguimos dando pasos.

¿Sigue creciendo la demanda de ayudas sociales y de alimentos?

Sí, la demanda de ayudas sociales sigue creciendo, pese a la recuperación progresiva de la actividad económica, que ha supuesto parar algunas circunstancias personales, pero no en el caso de muchas familias vulnerables. Existe una cobertura social importante que amparará a la ciudadanía, con cuestiones como el Ingreso Mínimo Vital, y hemos pasado, en los servicios sociales, de tramitar las ayudas de emergencia en cuestión de días y no de meses. Eso ha requerido un trabajo técnico muy importante detrás, que agradecemos, así como una voluntad política de que así fuera posible. Seguimos dando pasos con servicios pioneros como el de atención psicológica, el hotel para las personas sin hogar y el resto de cuestiones que trabajamos con el apoyo del voluntariado y las ONG. Con las personas sin hogar se ha logrado que en algunos casos no regresen a la calle, continúen en otros servicios o en experiencias piloto como los pisos de convivencia, de lo que estamos muy orgullosos.

Al alcalde de Puerto de la Cruz, una ciudad cosmopolita y con minorías asentadas desde hace décadas, ¿le preocupa el auge del racismo en Canarias?

Esta es, quizás, la mejor forma de explicar por qué hay que invertir en cultura. La cultura es una inversión porque abre mentes y desarrolla valores personales y educativos distintos. Utilizar estos momentos difíciles para atacar a los inmigrantes; criticarlos en redes sociales, o hacer ver que reciben más ayudas es una muestra de incultura y algo que me entristece mucho. Es una incultura que se basa, en ocasiones, en planteamientos nacionalistas que olvidan lo que fue siempre el pueblo canario, un pueblo que emigraba y que buscaba riqueza y oportunidades de vida en otros lugares del mundo. Mi abuelo paterno emigró a Venezuela y ahora lo más injusto para la sociedad canaria es no poner todo de su parte para evitar los conflictos. Lo primero es ayudar y ofrecer una asistencia humana, y lo segundo es hacer frente a posiciones políticas demagógicas y populistas que generan una opinión pública en contra de las personas que vienen a mejorar sus vidas. Nosotros lo hicimos y allá a donde fuimos a los canarios se nos abrieron las puertas, no se nos cerraron. Cada vez estoy más convencido de que todo este extremismo y racismo están relacionados con la incultura. En Puerto de la Cruz hay una convivencia exquisita con grupos de inmigrantes muy asentados como senegaleses, marroquíes o hindúes. Somos una ciudad cosmopolita y, desde mi posición, lo que quiero es que esas culturas sean cada día más visibles y estén cada día más integradas en nuestro día a día.