Las consecuencias del temporal de viento y calima que vivió la Isla el fin de semana del 22 y 23 de febrero todavía se están dejando notar. El sector agrícola tinerfeño sufrió pérdidas de hasta el 80% en algunas cosechas, siendo la de aguacates una de las más afectadas por las fuertes rachas de viento que en algunos momentos alcanzaron los 100 kilómetros por hora. Los agricultores perdieron en ese momento buena parte de la producción, lo que ha ocasionado una merma en la cosecha, algo que ahora está incrementando el precio de esta fruta por encima de lo habitual en esta época del año.

En algunos establecimientos, los aguacates se venden hasta a diez euros el kilos, mientras que en otros locales se puede ver por encima de los nueve euros. Así lo ratifica el presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Aguacates de Canarias (Asguacan), Wenselao Martínez-Barona, quien asegura que, aunque el alza de los precios es habitual en esta época del año, la pérdida de producción debido a este temporal, ha ocasionado que exista una menor cantidad de este fruto y como consecuencia se haya producido un mayor incremento del, al existir mucha demanda.

Este productor recuerda que el sector no solo se vio afectado por el temporal de ese fin de semana de febrero -en el que el 80% de la fruta que no se había recolectado acabó en el suelo-, sino que también unas semanas antes, a principios de ese mismo mes, otro temporal de viento con rachas de hasta 80 kilómetros por hora afectó también a este cultivo y en su momento se estimó que se habría perdido hasta el 20% del total de la producción.

"Los vientos fueron muy fuertes y afectaron a grandes zonas productoras como el Valle del La Orotava, donde arrasó y prácticamente no hay aguacates", explica. Por eso, sostiene que "desde hace dos semanas varios empaquetados están parados", al no recibir fruta.

Ya desde el pasado mes de febrero se vaticinaba que la pérdida de buena parte de la producción podría provocar un encarecimiento de este producto, unas predicciones que finalmente parecen haberse cumplido en la Isla.

Sin embargo, Martínez-Barona avisa de que algunos productores, para tratar de hacer frente a la alta demanda que existe en estos momentos, están recolectando antes de tiempo los aguacates de una variedad que todavía no cuenta con los parámetros suficientes para ser cosechada. Se trata de la conocida como Fuerte, la que cuenta con una piel lisa, delgada y de color verde, que todavía no está lista para ser cosechada. "Es un engaño", asegura el productor, ya que esta variedad "todavía no tiene la grasa suficiente para madurar, que en este caso es del 21%".

Cosecha antes de tiempo

De esta manera, afirma que si se recolecta antes de tiempo "no se puede comercializar", ya que al no disponer de la grasa necesaria no llega nunca a madurar y se pudre antes de que el consumidor lo pueda degustar.

Martínez-Barona señala que desde la asociación que preside ya se ha denunciando esta práctica ante el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) para tratar de frenar este tipo de acciones. "Desde la asociación queremos controlar este tipo de cosas, ya que el aguacate no está en estos momentos para consumir y se está estafando a la gente", lamenta.

Por eso, reclaman que haya más regulación y pone como ejemplo a California, una zona de gran producción de este fruto, donde se controla que "no se comercialicen variedades que no están listas para ser consumidas".

Martínez-Barona pronostica que a partir de octubre los precios comenzarán a descender, aunque avisa de que no caerán igual que en años anteriores. "La recolección de la variedad Hass comienza en noviembre", explica, pero indica que este año en algunas zonas productoras los árboles tienen poca fruta.

Esto es de nuevo consecuencia de las fuertes rachas de viento que se produjeron el pasado mes de febrero, que no solo arrasaron con la fruta que ya estaba en los aguacateros, sino que también acabó con la flor que tenían en esos momentos, de la que dependía la cosecha de este año. "En zonas productoras como el Valle de La Orotava o Los Realejos acabó con la fruta y la flor, por lo que hay muy poco aguacate", señala el presidente de Asguacan, sin embargo, puntualiza que en otras comarcas la producción se ha mantenido.

Por eso, Martínez-Barona también confía en que los productores tratarán de ajustar los precios, ya que de los contrario debido a la crisis económica, muchos consumidores no podrán adquirirla.

Aumento de los robos

El presidente de Asguacan lamenta que los robos en las fincas de aguacateros se hayan incrementado en las últimas semanas. Explica que después de una época en la que gracias al grupo Roca de la Guardia Civil se había logrado atajar este problema en la Isla, desde hace un tiempo "estamos recibiendo de nuevo llamadas de agricultores denunciando la sustracción de aguacates en sus terrenos".

Martínez- Barona achaca al alza en los precios el aumento de estos delitos y asegura que "en épocas de crisis es cuando más se comenten estos hechos". Por eso, indica que muchos agricultores "están acelerando la cosecha, por el miedo a que se puedan quedar sin nada debido a los robos".

Este representante del sector también advierte de que puede ser peligroso para los consumidores adquirir y comer esta fruta robada, ya que no se tiene en cuenta si se ha puesto de manera reciente en la finca algún producto fitosanitario.

Extensión del cultivo

Martínez-Barona asegura que en los últimos diez años el sector del aguacate se ha multiplicado en islas como Tenerife, La Palma o Gran Canaria. "Desde 2008 a 2019 se ha doblado el número de hectáreas plantadas", detalla. Una de las islas donde más se ha incrementado ha sido Tenerife, que según este productor, está cerca de adelantar a La Palma como la isla con un mayor número de hectáreas dedicadas al aguacate.

La mayor parte de la fruta que se produce en Canarias -considerada de gran calidad- se quedaba hasta ahora en el Archipiélago para hacer frente a la demanda interna. Aunque se exportaban los excedentes, uno de los objetivos de Asguacan es potenciar la exportación a la Península y el resto de Europa. "Los comercializadores nos hemos unido para presentar un frente común ante las administraciones", asegura.

Otro de los objetivos de la asociación es luchar para promover un seguro agrario colectivo para el sector, tal y como existe para el plátano, así como por obtener una marca de garantía, como lograr a largo plazo obtener una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el aguacate canario.