El PP ha exigido este lunes al Cabildo de Tenerife que mantenga "la hoja de ruta" para la venta de los casinos de titularidad pública, tras conocer la intención del grupo de gobierno de fusionar en una las empresas de los tres establecimientos de su propiedad.

El consejero popular Manuel Fernández ha afirmado en un comunicado que la venta de los casinos "es una obligación legal y moral y recuerda que en 2012 PP, PSOE y CC estuvieron de acuerdo en este proceso según lo previsto en la Ley de Racionalización del sector público.

En 2016 la mayoría del Pleno, con los votos a favor del PSOE, aprobó impulsar la elaboración de los pliegos para la venta de los tres casinos de titularidad pública, un concurso que se declaró desierto en septiembre de 2019, según la vicepresidenta del Cabildo Berta Pérez, porque la propia redacción de los pliegos no facilitaba la adjudicación, según expone Manuel Fernández.

En este punto del proceso, Manuel Fernández reivindica que "lo que tiene que hacer el gobierno insular es volver a elaborar los pliegos para hacer efectiva la venta de los casinos del Cabildo, en lugar de mantener la titularidad pública de los mismos".

Sobre esta cuestión, Manuel Fernández señala que "es inadmisible que una administración como el Cabildo tenga casinos", y define el "bandazo" que ha dado el gobierno insular con este tema como "un ejemplo más de que Pedro Martín ni tiene las ideas claras, ni ostenta el liderazgo de su gobierno".

De hecho, manifiesta el consejero Popular, "la actitud del Partido Socialista en esta cuestión parece una tomadura de pelo a los ciudadanos, puesto que después de más de 10 años haciendo de muleta al gobierno de Coalición Canaria, y estando abiertamente de acuerdo con la venta de los casinos, ahora cambian de opinión, convirtiéndose en responsables directos de la pérdida de todos los recursos económicos públicos que se han utilizado a lo largo de todo este tiempo en este proceso".

Para Fernández, este hecho "es un ejemplo más de que el gobierno que preside Pedro Martín es un barco a la deriva, que cambia de criterio sobre temas importantes para Tenerife (primero sobre el tren y ahora sobre los casinos), porque es un equipo frágil e inestable, que se pliega a las exigencias de sus socios de Podemos, en lugar de defender los intereses de los tinerfeños".