El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, manifestó ayer su "absoluta preocupación, compartida con los técnicos municipales, ante el riesgo inminente de derrumbe" del muro de la carretera general de La Montaña (TF-333), entre sus puntos kilométricos 1,1 y 1,4, "tal y como ha señalado el informe técnico de la Gerencia Municipal de Urbanismo, más aún si llegan las épocas de lluvia, de lo que dimos traslado al Cabildo de Tenerife el pasado 21 de julio y aún continuamos sin respuesta".

En el citado documento se resalta el peligro de desprendimientos en las zonas que actualmente se encuentran sin muro tras la paralización de las obras, así como de escorrentías con posible transporte hacia cotas más bajas, con sus consiguientes riesgos, de material y grandes piedras acopiadas en estos momentos sobre el carril que permanece cortado al tráfico.

"Independientemente de la decisión que el Cabildo de Tenerife estime tomar finalmente con el desarrollo de la obra de reposición del muro que afecta a una propiedad privada en su linde con una vía insular desde el pasado noviembre de 2019, pedimos que, por cuestiones de seguridad, la corporación insular actúe de forma directa o autorice cuanto antes a la propiedad a la retirada de materiales y establezca unas medidas preventivas y de contención del muro", recalca el alcalde.

El citado informe remitido por la Gerencia Municipal de Urbanismo de Los Realejos el pasado 21 de julio recoge que, "dado el riesgo existente por la inestabilidad del talud y las inclemencias atmosféricas que puede agravar el riesgo de desplomes, se propone solicitar al Servicio de Carreteras del Cabildo viabilidad para que por parte del promotor se retire parte del material de la vía pública y evitar que caiga sobre el carril en funcionamiento con la consiguiente afección a personas y vehículos".