Hoy es cuando Tejina vive el día principal de su fiesta en honor a San Bartolomé Apóstol. Como es de rigor en este año de 2020, lo hace en medio de las medidas de seguridad implantadas por la autoridad y el sentido común para evitar la propagación del coronavirus. El ejemplo más claro lo vivió el pueblo ayer. Aunque lo tradicional es que tenga lugar el último domingo de agosto (que coincide con el día 30, en esta ocasión), los tejineros escenificaron una semana antes su momento más tradicional del año: la ofrenda de los Corazones.

A las nueve de la mañana comenzó el acto en el interior de la parroquia del lugar en la que solo se encontraba la cantidad de personas imprescindibles para realizarlo. Esta vez, los Corazones elaborados con fruta, flores y tortas de pan convertidas en obras de arte tienen un tamaño menor respecto a los de siempre, a aquellos que motivan -en tiempos ajenos al Covid-19- la concentración de miles de personas en las calles de esta localidad.

Pero el trabajo realizado es el mismo y todo se hace con el mismo sentimiento y emoción de cada año. Algo que se refleja y transmite entre quienes tuvieron ayer la responsabilidad de levantar los Corazones de Tejina en el interior del templo. Esta vez, además, sí que faltó el pique entre los vecinos de la calle de Arriba, de Abajo y de El Pico, que son quienes elaboran cada uno de ellos. Eso se deja para otra ocasión, cuando retorne la normalidad y los Corazones vuelvan a la plaza.

Pero la representación de cada uno de los latidos respetó ayer el tradicional colorido de cada una de las calles. Los portadores de los Corazones se presentaron ante San Bartolomé con la vestimenta característica: naranja para la calle Arriba, amarilla para la calle Abajo y verde para El Pico. Curiosamente (no pasó inadvertido), solo el color de las mascarillas que lucían los primeros no coincidía con en el de sus camisetas.

La apertura de la ofrenda

Nuhacet Fernández Gallardo, miembro de la Asociación Corazones de Tejina, fue el encargado de abrir la ofrenda al apóstol, "fiel cumplimiento del deseo de nuestros mayores", recordando el origen de la elaboración "de este bello símbolo, hecho de pan y de fruta" y agradeciendo la pervivencia de una tradición "orgullo de un pueblo que plasma su trabajo en tan bellos símbolos, una apreciada y singular reliquia que atesora el singular festero de nuestras islas Canarias".

Germán Falcón, la voz más infantil de la fiesta, completó la ofrenda desde la perspectiva espiritual del pueblo tejinero, que ayer vivió este momento a través de las pantallas al haber sido transmitido el acto vía internet. Un pueblo que, un año más, hizo sonar sus vítores "a los tres corazones, a San Bartolomé y a la Virgen de la Encarnación". Ayer ocurrió a los pies del altar mayor, donde reposaban los tres corazones elaborados por los vecinos, quienes los trasladaron momentos antes hasta el templo de la localidad.

Un día con los Corazones

En su interior, hoy el patrón de Tejina y su pueblo vivirán el día acompañados por los Corazones de Tejina, en esta ocasión tres "estructuras en forma de cruz con dos corazones de madera, uno más grande que el otro, que sirven de base sobre la que coser flores, frutas y tortas de harina".

Los vecinos de la calle El Pico (verde) fueron los primeros en alzar sus Corazones en el interior del templo, seguidos de la calle de Arriba (naranja) y de Abajo (amarillo). Todo ellos recibieron, a través de las redes sociales, el mensaje del Ayuntamiento de La Laguna en forma de "gracias a cuantos lo han hecho posible y felicidades a todos los tejineros y tejineras en la celebración de su fiesta grande".

Mientras, en el pueblo y en las redes sociales, persistía el debate acerca de lo oportuno, o no, de la quema de fuegos artificiales durante la noche del sábado en virtud del Covid-19, los incendios de La Palma y La Gomera y el calor reinante.