El Cabildo de Tenerife advierte del peligro para las aves que supone el uso de trampas de pegamento para roedores, una práctica no recomendada pero, aún así, comúnmente difundida por toda la Isla en zonas de cultivos, bosques e incluso zonas protegidas. La Corporación insular informa de que los ejemplares que se ven afectados por estos productos pueden sufrir hasta diez meses de recuperación, porque en algunas ocasiones deben cambiar completamente el plumaje.

El Cabildo, a través del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje (CRFS) de La Tahonilla, órgano dependiente del área de Gestión de Medio Natural y Seguridad, que dirige la consejera Isabel García, ha elaborado un material divulgativo que avisa de dicho peligro. Este material informativo ha sido realizado por personal contratado por el área de Medio Natural a través del programa de Nuevas Oportunidades de Empleo (NOE).

La Corporación insular destaca que cada año ingresan en el Centro de La Tahonilla un "número considerable" de ejemplares de rapaces a causa de interacciones con estas trampas de pegamento para roedores. "A pesar de que estos casos han ido disminuyendo a lo largo de los años gracias a las labores de concienciación del centro, aún se siguen registrando debido a esta problemática".

Debido a lo económicas que son y su fácil adquisición, hace que su uso esté ampliamente extendido, explica el Cabildo. No obstante, "dichas trampas son consideradas fantasma, es decir, afectan a cualquier individuo que interaccione con las mismas". Así, las aves rapaces son un grupo que se ve muy afectado. Al intentar estas cazar a un roedor que se halla en la trampa, su plumaje se ve dañado y como consecuencia directa aparecen problemas de vuelo, dificultad para acceder al alimento y, en el peor de los casos, la muerte.

En 2019, se registró el ingreso de un total de 10 individuos afectados por esta causa y en este año, ya han ingresado seis aves, en concreto, dos búhos, tres cernícalos y un alcaudón. A pesar de que la mayoría logra sobrevivir y volver al medio natural, la recuperación de estos animales afectados es muy larga y tediosa, pues hay que tratar con sumo cuidado las plumas y limpiarlas sin dañarlas. Dependiendo de la gravedad, pueden pasar hasta 10 meses en el centro, dado que en los casos más severos se tiene que realizar una muda completa del plumaje.

El remedio del gofio

gofioPara retirar el pegamento de las plumas es efectivo el uso de gofio porque consigue contrarrestar los efectos tan dañinos que se producen en todo el plumaje (tanto en alas como en el resto del cuerpo del animal). Es por este motivo que las trampas de estas características deben esconderse de manera que se disminuya la interacción con las aves o en la medida de lo posible evitar su uso.

Desde La Tahonilla y desde el área de Gestión del Medio Natural y Seguridad "existe una gran concienciación e implicación con la recuperación de animales afectados por este tipo de acciones". El Cabildo indica que en el centro de recuperación se proporcionan condiciones óptimas que permiten que estos animales puedan volver a su medio habitual en perfectas condiciones de salud.