El PSOE pone en marcha la operación 'salvar Arona'. La dirección regional e insular abre el proceso para disolver la agrupación socialista del municipio, crear una gestora y expulsar al alcalde, José Julián Mena. Las últimas amenazas de Agustín Marichal, presidente del PSOE aronero y defensor de Mena, a la dirección socialista -"si toman una decisión equivocada lo voy a contar todito"- y sus acusaciones de que el presidente del Cabildo majorero, de su mismo partido, está involucrado en "chanchullos" en Arona -"Blas Acosta quiere organizar el urbanismo de Arona pues su pareja trabaja en una inmobiliaria de Playa de las Américas"- son la gota que colma el vaso. La dirección del PSOE, harta de los fracasos en su mediación, dice basta.

La dirección regional e insular socialista anunció ayer las drásticas medidas al filo de las 15:00 horas en un comunicado, solo 24 horas después de la última andanada de Agustín Marichal. "Se procede a incoar expediente solicitando la creación de una gestora en la Agrupación Local de Arona para su traslado a la dirección Federal", asegura la nota, para precisar: "Asimismo, y ante las reiteradas negativas del secretario general de la Agrupación Socialista de Arona, José Julián Mena, a acatar las instrucciones de los órganos de dirección a nivel federal, regional e insular [de entregar el acta], se ponen en marcha las medidas cautelares que garanticen el cumplimiento de los estatutos y reglamentos del PSOE". Esto significa que se abre el proceso de expulsión de Mena por desacato.

El descrédito sufrido en una de las potencias turísticas de Canarias, cuando el viento soplaba a favor con la mayoría absoluta lograda en mayo de 2019, es enorme, incalculable. Costará muchísimo reparar el daño. Marichal, constructor y hotelero que durante esta grave crisis no ha salido de un exabrupto para meterse en otro, dejará de ser presidente de los socialistas aroneros, y José Julián Mena, alcalde que ha perdido el control de su partido y del Ayuntamiento, quedará apartado de la secretaría general y del PSOE. Es lo que sucederá después de que la dirección nacional acepte la petición de la regional e insular.

Los órganos de mando del PSOE entienden que Mena y Marichal han actuado de forma coordinada y han hecho todo lo contrario de lo que se les ha pedido de forma reiterada. El PSOE les exigió diálogo, sigilo e inteligencia para tratar de reconducir la situación. Marichal, cree la dirección que con el beneplácito de Mena, del que es mentor y máximo defensor, responde sin embargo con insultos, amenazas y mensajes obstinados y desafiantes a dirigentes locales, insulares, regionales y hasta nacionales.

De ahí que el comunicado del PSOE -firmado por Jorge González, secretario de Organización de la ejecutiva regional, y Josefa Mesa, su homóloga de Tenerife- mencione de forma expresa a Marichal y llegue un día después de que este metiera al presidente del Cabildo de Fuerteventura, el también socialista Blas Acosta, en los tejemanejes urbanísticos de Arona. "El señor Acosta, quiere organizar el urbanismo de Arona porque su pareja trabaja en una inmobiliaria en Playa de las Américas y Adeje", aseguró el empresario, para rematar: "Por eso el partido está tan callado. ¿Qué pinta el señor Acosta, miembro del PSOE, metiendo las narices en Arona?".

La respuesta de los órganos de mando de los socialistas canarios y tinerfeños es fulminante. "El PSOE expresa su absoluto repudio a las manifestaciones en medios de comunicación del presidente de la Agrupación Socialista de Arona, Agustín Marichal, cuestionando la honorabilidad y la buena reputación del compañero Blas Acosta y amenazando con incidir en esta actitud desestabilizadora", se lee en la nota, que abunda en que se trata de un comportamiento "a todas luces inadmisible, irresponsable y desleal". "Existen otras vías, internas y judiciales, a las que recurrir en caso de tener conocimiento de un acto ilícito por parte de un servidor público", concluye.

Blas Acosta tampoco tarda en reaccionar. Ayer mismo envía un comunicado en el que anuncia una querella criminal contra Agustín Marichal "por delitos con el honor". "Como secretario de la Agrupación Socialista de Fuerteventura y a título personal niego rotundamente todas las acusaciones públicas proferidas por Marichal, en las que afirma que estoy detrás de una operación para controlar la gestión urbanística del municipio", asegura Acosta en la nota. El presidente majorero considera, además, que las palabras de Marichal se hacen "con toda la intención de hacer daño personal y político" y suponen "un desprecio absoluto a la verdad".

El cisma estalla ahora pero viene de atrás. La mayoría absoluta ensimisma a Mena. La dirección insular y regional del PSOE así lo cree, como también que se ha rodeado de personas inadecuadas, como el mismo Agustín Marichal o Nicolás Jorge. Por eso, los primeros indicios de que algo no va bien llegan antes de las elecciones de 2019, en las que Mena repite victoria en las urnas con más holgura que en las anteriores -14 concejales por 12 en 2015-. El alcalde desata una polémica cuando ficha en febrero de 2017 a su amigo de las juventudes socialistas Nicolás Jorge. Parte de la oposición responde de forma inmediata criticando esta incorporación. Ciudadanos llega a afirmar que es "una falta de respeto para los vecinos de Arona y un ejemplo más de la vieja política de colocar a sus amigos en puestos de responsabilidad". Jorge está imputado por presunta prevaricación y malversación de su etapa en Granadilla.

La gestión de Mena se va degradando hasta meterse en un callejón sin salida cuando el 22 de junio destituye a Luis García como concejal de Urbanismo. Poco antes, el 8 de marzo, García pide auxilio al alcalde y a los compañeros del grupo de gobierno por las injerencias y coacciones del abogado Felipe Campos en el urbanismo de Arona, que actuaría en connivencia con el asesor de Mena, Nicolás Jorge. Lejos de atender a García, Mena le pide que dimita y luego lo echa. Es entonces cuando el gobierno aronero se rompe en dos, García lleva sus denuncias a la Fiscalía y siete concejales dan la espalda a Mena.

El resultado es un PSOE de Arona devastado y un Ayuntamiento ingobernable y paralizado que no para de dar noticias a cual más esperpéntica -un jefe de servicio pidiendo amparo, 6 concejales reclamando escolta policial ante las amenazas de su presidente, el propio Marichal llamando "ratitas" a funcionarios-. Mientras, centenares de licencias cogen polvo en las gavetas -lo que bloquea 175 millones de inversión- y el alcalde pierde todo control. Lo reprueban el personal municipal, la oposición e inversores, y la ausencia de 7 ediles en el último pleno lo deja en minoría. Ni siquiera puede sacar adelante su proyecto estrella: contratar a un coordinador de Urbanismo.

El PSOE cree que Mena se inmola. Y eso que hasta la dirección nacional se involucra. El 7 de julio, Santos Cerdán, cuarto cargo de mayor rango en la Ejecutiva Federal, se reúne en un hotel de Playa de Las Américas con los 14 concejales socialistas del grupo de gobierno. Antes habían intentado mediar el secretario general de los socialistas canarios y presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, y su homólogo en Tenerife y presidente del Cabildo, Pedro Martín. No hay manera. Ahora se inicia el procedimiento para crear una gestora que tome las riendas. Tras el sí de la dirección nacional se abrirán los expedientes. Mena y Marichal tienen los días contados. La paciencia del PSOE superó todos los límites.