¿Cómo afronta su cargo?

El puesto tiene una funciones bastantes definidas tanto en esa intervención de emergencia como es la dirección de personal y la responsabilidad de tener todo el conjunto de los recursos de intervención del Consorcio disponibles para que estén plenamente operativos. Lo que intentaré en todo momento es aplicar mis conocimientos y mi experiencia en buscar los puntos de mejora que puedan tener. Esto no es un trabajo milagroso, es un trabajo del día a día, estar analizando maniobras, ejercicios y viendo como mejorar todo esos procedimientos. Hay un cierto recorrido de mejora tanto en formación, en definición de algunos procedimientos, en adquisición en algunos materiales, la aplicación de algunas técnicas nuevas...

¿Qué objetivos quiere conseguir?

En todo lo que es ámbito formativo sí que hace falta una cierta mejora tecnológica en lo que es comunicación, formación online, todo lo que son herramientas para el trabajo a distancia, reuniones, eso yo he visto en otras administraciones que está más avanzado. Hay una serie de cosas que ya tenía identificadas el Consorcio como objetivos que son la construcción de nuevos parques de bomberos, la reforma y modernización de edificios, como este de Santa Cruz, que tiene muchos años y mantiene una gran operatividad y necesita una serie de mejoras que no ha tenido durante mucho tiempo. Simplemente hay que mantener ese impulso de adquisición de materiales y de implantación de nuevos parques y metodologías.

¿Cuáles son las previsiones de apertura de los nuevos parques?

Son objetivos a medio plazo, entre dos y cuatro años. De momento, lo que he visto son los estudios de viabilidad y de las propuestas de ubicación basadas en el estudio histórico de incidentes que se han tenido en la zona y de los tiempos de respuesta.

¿Son adecuados los tiempos de respuesta?

La mayor parte de la población está asistida en unos tiempos lógicos. Hay un porcentaje muy alto que se le asiste en menos de diez minutos. Hay otro porcentaje que se va a 20 y uno muy pequeño que supera esa cantidad. El objetivo del Cabildo es que más del 90% de la población quede servida en menos de diez minutos. El parque de San Miguel está atendiendo una zona geográfica muy grande y hay emergencias en las que el tiempo de respuesta está en el límite.

¿Ya hay ubicación para los nuevos parques?

Los estudios que se han hecho buscan la ubicación de los parques y los criterios que se siguen son la rápida accesibilidad a los ejes de comunicaciones de la Isla y evitar que produzcan nudos de tráfico. Además, existen problemas administrativos por la clasificación urbanística que puedan tener y necesitan una extensión mínima de terreno. Al final han detectado una serie de posibles ubicaciones adecuadas para ponerlos y entonces ahora en unos casos hay que adquirir terrenos, en otras pedir las cesiones administrativas, en algunos hay que hacer modificaciones de los planeamientos...

¿Cuáles son las incidencias más frecuentes que atienden los bomberos?

Es frecuente una asistencia en personas que viven solas y son dependientes. Es muy frecuente que todos los días tengamos varias salidas de estas. Luego hay mucho incidente por materiales que caen en la vía pública, muchos de pequeños accidentes domésticos. Es frecuente el rescate de animales. Esos digamos que son los incidentes que tienen menos riesgo para las personas y hay otra gama de emergencias que son más peligrosas como los incendios de contenedores, vehículos, viviendas, solares... Una parte importante también son los accidentes de tráfico.

¿Las incidencias más frecuentes son iguales en toda la Isla?

No, eso es una cosa curiosa, la resiliencia, la capacidad que tiene una sociedad de soportar determinado riesgo. Hay que tener en cuenta que en una zona de ciudad es muy frecuente que muchas personas ante un incidente, que no sería grave en otros sitios, no tengan mecanismos para resolverlo y pidan una asistencia de emergencia. Mientras que en la zonas rurales ese tipo de incidente la gente los resuelve. Eso es lo que nos cuentan desde el parque de Icod, que quizá es un parque que tiene menos salidas, pero las que tiene siempre son graves porque cuando la población llama a los bomberos es por algo que no puede resolver y que tiene más entidad que en otros sitios. Por otra parte, también los riesgos tecnológicos son mucho mayores en zonas metropolitanas que en las rurales. En las medianías nadie va a quedar atrapado en un ascensor y eso es frecuente en las zonas de edificios altos. Cada sitio tiene su tipología de emergencia.

¿El confinamiento ha reducido el número de intervenciones?

El confinamiento se notó de forma drástica. Los incendios bajaron de forma radical e incluso me han comentado que ha habido algún día durante el confinamiento de cero servicio de bombero en toda la Isla. Es raro. Ha habido una disminución, pero es cierto que en cuanto se ha abierto han vuelto a la normalidad los accidentes y rescates.

¿Está previsto aumentar el número de efectivos en el Consorcio?

La apertura de nuevos parques va a implicar la incorporación de nuevo personal. De hecho, ahora mismo están abiertos procesos selectivos de contratación de bomberos. No solo porque se abran nuevos parques sino por la renovación generacional debido a las jubilaciones. Ahora mismo, está establecida una dotación fija en Tenerife de 44 bomberos que tienen que estar siempre disponibles para cualquier emergencia distribuidos en los parques. Con la apertura de nuevos parques algunos van a tener una dotación adicional y en otros se trasladará personal. Va a haber un cierto aumento. Pero para el tiempo de respuesta y la tipología de emergencias 44 es una cifra consolidada. No digo si es adecuada o no porque yo no he hecho los estudios técnicos y es una de las cosas que tenemos pendientes de revisar a partir de todas las incidencias que tenemos.

¿Qué opina del sistema que combina la actuación de bomberos profesionales y voluntarios?

De entrada es algo muy bueno, pero es necesario que quede bien definido hasta dónde llega cada uno. Hay que partir de la premisa de que en grandes emergencias nunca los recursos son suficientes y todo lo que sea un esfuerzo añadido es bueno. Ese personal tiene que estar preparado, equipado y dotado y desde luego nunca lo vamos a conseguir si solo lo llamas para una gran emergencia cada cuatro años. Tienes que tener algo que los tenga motivados, preparados y en condiciones, pero tenemos que acotar bien las responsabilidades que tiene cada uno y los ámbitos en los que tienen que actuar. En ese sentido, no creo que esté mal la regulación, tienen un número de intervenciones razonables, equipamiento bueno, pero es verdad que ha habido una conflictividad natural entre lo que son los profesionales y voluntarios que hay que limar, pero creo que es necesario que convivan los dos.

¿Se prevé que la Isla tenga que enfrentarse con más frecuencia a incendios similares al que ocurrió en Santa Úrsula en febrero?

Fue un incendio de interfase, un incendio forestal que se propaga por una zona habitada. Esas situaciones no han sido frecuentes. Aquí lo que ocurrió es que se produjo un incendio de esos en una zona baja con una población mucho mayor. Sí que es verdad que fue un incendio con el que los bomberos no estaban familiarizados, por lo menos con esa intensidad y condiciones. Fue una emergencia distinta que no se había dado en otras ocasiones y se están sacando puntos de mejora para el futuro.

Pero, ¿se prevé que se produzcan con más frecuencia?

La situación del 23 F con una calima que cierra aeropuertos no se había dado nunca, fue una situación excepcional, pero eso no significa que no pueda ocurrir. Este fuego de interfase responde más al tipo de asentamiento de como está ocupado el territorio, si están abandonados los cultivos, son circunstancias de ese tipo las que van a pesar mucho en que se produzcan ese tipo de incidentes. Es verdad que en esta zona donde la población puede tener fuego de interfase, los vecinos deben saber que tiene ese riesgo y que tiene que convivir con él además de tomar medidas de precaución y que a lo mejor no puedes tener la barbacoa como querías y en tu casa no puede haber persianas de plástico y tienes que tener otro tipo de infraestructuras que te protejan de esas situaciones independientemente de que nosotros desde el Consorcio intentamos mejorar en buscar técnicas y procedimientos que mejoren la eficacia de actuación en ese tipo de situaciones. Desde luego los de Santa Úrsula fueron una llamada de atención.