El municipio de Candelaria, en el área metropolitana de Tenerife, está de enhorabuena. En quince días ha repartido dos veces el segundo premio de la Lotería Nacional, si bien la cuantía no se la han precisado han emitirse los décimos por validadora. La primera oportunidad, el sábado 11 de julio; la segunda, hoy, precisamente en la víspera de la festividad del día grande de haberse celebrado sus fiestas patronales en honor de Santa Ana.

La suerte se ha ido a pasar el verano a Candelaria, a la Administración de Lotería y Apuestas del Estado Santa Ana, la número 2 de la Villa, que regenta Marisol Alonso.

"Estamos muy contentos con estos dos segundos premios que hemos repartido en quince días", asegura a la puerta de su establecimiento en la calle Condes de Abona.

La administración de loterías de Santa Ana lo heredó Marisol de su padre hace más de 20 años y cuenta con una cartera fija de más de mil clientes; a muchos les gestiona sus apuestas semanalmente.

El azar siempre ha coqueteado con esta administración, pues a comienzos de diciembre pasado Marisol selló en su ventanilla el Euromillón. Cada vez que "cae" un premio en su oficina receptora de Lotería, comenta lo mismo: "Ojalá sea un cliente fijo y alguien que lo necesite". Marisol trae al recuerdo las palabras de su padre: "A quien Dios se lo dé, san Pedro se lo bendiga".

"El primer premio que dimos fue hace más de veinte años, cuando comenzaron los caballos. Lo ganó el dueño de bar de La Laguna y que se construyó aquí encima (en las medianías de Candelaria) un chalé".

El origen de la administración de Lotería Santa Ana se remonta a hace más de 70 años. El primer medio siglo funcionaba como despacho y lo gestionaba Francisco, el padre de Marisol, quien asegura que la ilusión de ganar un premio nunca está en crisis.

Entre las anécdotas, recuerda emocionada: "Los más generosos suelen ser los humildes. Una vez ganó un premio un chico de Las Caletillas que no tenía para vivir, y me trajo una cadena de oro de regalo".

Marisol Alonso nació en Candelaria en 1954, donde mantiene viva la tradición que recibió de su padre. Con nostalgia, y precisamente en estos días de celebración de la Virgen del Carmen y de Santa Ana -patronazgo que se celebra hoy en la Villa-, la titular de la administración donde "está empadronada la suerte" recuerda la imagen de su padre que, en sus ratos libres le encantaba hacer nasas, tambores, redes, trasmallos... que regalaba a los pescadores. El mismo día que falleció cayó un premio en la administración, que Marisol entendió como un espaldarazo para continuar con la tradición que reparte miles de euros.