El Instituto Geográfico Nacional (IGN) descarta que el terremoto de magnitud 4 que se produjo a las 21:53 horas de este jueves frente a las costas de Buenavista del Norte tenga un origen volcánico y lo vinculan a la tectónica regional, deformaciones y movimientos de la superficie terrestre. El sismólogo del IGN Itahiza Domínguez Cerdeña explica que si este temblor se debiera a los movimientos del magma, "se hubieran producido numerosos terremotos y no uno aislado". Domínguez recuerda episodios como la erupción submarina de la isla de El Hierro, durante la que se sintieron cientos de terremotos.

Los expertos del IGN mandan un mensaje de tranquilidad a la población y recuerdan que este tipo de fenómenos son relativamente frecuentes. "Casi cada año suele producirse algún terremoto de estas características, aunque son más habituales entre Tenerife y Gran Canaria, donde sabemos que las dos islas se acercan de forma muy lenta", detalla Domínguez Cerdeña.

De acuerdo con los datos aportados por los ciudadanos al IGN, este organismo ha publicado un mapa de intensidades que refleja en qué zonas de Canarias se sintió el temblor con epicentro en la costa de Buenavista, a 27 kilómetros de profundidad. El terremoto se dejó notar en prácticamente la totalidad de la isla de Tenerife, a excepción del sureste, y también en el centro, el norte y el oeste de La Gomera. Algunas personas han asegurado que llegaron a notarlo en el oeste de La Palma.

De acuerdo con los datos recopilados por el IGN, este terremoto tuvo una intensidad de percepción entre "apenas sentido", que significa que la población lo percibió "sólo en casos aislados ( 1

Respecto a la dispersión de las personas que aseguran haber sentido el terremoto, Itahiza Domínguez aclara que "tanto el tipo de terreno como de edificación marcan diferencias respecto a la percepción, que por ejemplo es ?mucho más evidente en edificios ?altos".

El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), que rebaja la magnitud del temblor a 3,5 porque utiliza otra escala de medición, explicó que "en un terremoto de magnitud 3,5 todas las ondas sísmicas se generan en pocas décimas de segundos. Sin embargo, los sismogramas del terremoto del 16 de julio de 2020 tuvieron una duración mucho más grande, hasta algunas decenas de segundos, como consecuencia de la propagación de las ondas sísmicas a través estructuras geológicas complejas como las que caracterizan a los territorios volcánicos".

Aunque la duración del sismograma en este caso "es de más de 20 segundos", el intervalo donde la sacudida es "lo suficientemente fuerte para ser sentida fue de unos pocos segundos", según detalla Involcan.