El 14 de julio de 2020 pasará a la historia de Puerto de la Cruz por la suspensión de la multitudinaria embarcación de la Virgen del Carmen y San Telmo por las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus. El día más grande para los portuenses fue ayer una jornada marcada por la melancolía, la tristeza y el respeto. Se mantuvo el festivo local, pero no hubo ni rastro de fiesta en el muelle, que se desalojó sin incidencias a partir de las tres de la tarde. Este martes sin embarcación, con un muelle absolutamente vacío desde las 15:30 horas, será recordado como un día en el que sí pasó algo y la virgen no fue embarcada.

La jornada más esperada de las Fiestas de Julio vivió en el pasado momentos de descontrol que la desdibujaron. Desde hace varios años, los portuenses han recuperado la esencia de una fiesta marinera y familiar, y ayer dieron un paso enorme para dejar definitivamente atrás la leyenda negra de los excesos. Sin embarcación, sin la Virgen del Carmen en la calle, no hubo fiesta en el muelle ni aglomeraciones en los bares. Ni una salida de tono cuando Protección Civil invitó a cientos de personas a vaciar el muelle para cumplir el Bando de Alcaldía que puso la venda antes que la herida.

El alcalde, Marco González, reconoció que ha sido un día "complicado" en lo emocional, pero quiso reconocer "la responsabilidad y el respeto" mostrados por los vecinos, que le han hecho sentir "orgullo portuense". El edil de Fiestas, Alberto Castilla, vivió este martes "con muchísima pena, con el corazón en un puño, viendo a la Virgen del Carmen tan guapa y sin poder sacarla". Solo la voz de Chago Melián cantando el 'Ave María' a la Reina de los Mares, en la misa de las siete de la tarde, permitió a los fieles conectar con aquellos días mejores.

El exedil portuense y ahora director general de Derechos Sociales del Gobierno canario, Jonás González, también subrayó que ha sido un martes "extraño y triste, pero ha servido para poner de manifiesto la responsabilidad de los portuenses".

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores Gran Poder de Dios, Carlos Carrillo, apenas podía disimular su profunda tristeza en el año en el que no habrá ni embarcación ni embarque chiquito. "Es un día muy triste para nosotros, tanto que incluso los pescadores han salido a la mar, cosa que nunca antes había sucedido. No sabemos ni qué hacer", explicó. Algo similar le sucedía a Iván Medina, el encargado de organizar el concurso infantil de pesca y la icónica cucaña: "Estoy de mi casa al muelle y del muelle a mi casa. No sé donde poner el huevo. Es una cosa muy rara y complicada".

Vecinas como Rosa Martín ?regresaron con su familia a la playa del muelle, hasta las 15:00 horas, donde echaron de menos "muchísimas cosas que son tradición" porque "un día como este no lo he vivido nunca en 64 años que tengo". Ni Rosa ni ninguno de los 30.468 portuenses.