Un gobierno municipal con concejales de la misma formación (PSOE) fracturado y enfrentado apenas un año después de conseguir la mayoría absoluta, las direcciones nacional, canaria y tinerfeña que tienen que intervenir y exigir que el alcalde (José Julián Mena) y el edil de Urbanismo (Luis García, destituido por Mena) entreguen sus actas y abandonen el Ayuntamiento, un funcionario público de primer rango (Damián Hernández) que pide protección tras denunciar amenazas y coacciones de un abogado (Felipe Campos) ajeno al Ayuntamiento, un constructor y hotelero (Agustín Marichal) que preside un partido en uno de los municipios con más peso turístico de Canarias, un cruce de acusaciones con calificativos como "ratitas", "bichaditos" y "delincuentillos" (Agustín Marichal sobre algunos técnicos municipales y empresarios), un asesor del alcalde (Nicolás Jorge) imputado por presuntos delitos de corrupción... Hay sorpresas y tensiones en el nuevo caso Arona pero la situación más "asombrosa" es la protagonizada por el jefe de la Sección Jurídica de Obras de la Concejalía de Urbanismo, que explica el grado de decadencia en el grupo de gobierno aronero y la razón por la que el PSOE ha tenido que intervenir de forma drástica.

"Asombroso" es el adjetivo que utiliza varias veces el jefe del Servicio de Gestión y Disciplina Urbanística, el arquitecto Damián Hernández, para referirse a un cargo inferior del departamento, el responsable de validar jurídicamente las licencias y expedientes de la ordenación del territorio, Víctor Fuentes. "No es competente para dar instrucciones técnicas", incurre en "dilaciones indebidas" y "actuaciones que podrían conducir a la comisión de ilegalidades", "no posee la formación, cualificación, receptividad ni voluntad de acatar las instrucciones de sus superiores". Esto refleja Hernández sobre Fuentes en un informe oficial del pasado 27 de abril enviado al área de Urbanismo y en el que figura como asunto: "Actuaciones irregulares del Sr. Jefe Accidental de la Sección Jurídica de Obras en los procedimientos de licencias de obras mayores".

El todavía alcalde de Arona, José Julián Mena (PSOE), mantiene en el cargo al jefe de la Sección Jurídica de Obras después de que el jefe de servicio pidiera "su cese inmediato" y lanzara graves advertencias sobre su incapacidad para desarrollar este puesto en concreto, clave para la agilización de la actividad urbanística. Fuentes entró en el Ayuntamiento hace un año después de que Luis García, como concejal de Urbanismo, pidiera técnicos de refuerzo para gestionar un área saturada de trabajo. Aprobó unas oposiciones y García lo probó en la jefatura de la Sección Jurídica de Obras, que había quedado vacante. Pero nada salió bien, siempre según el jefe de servicio, que además lo dejó por escrito y de forma muy contundente.

Lo más grave del caso de Víctor Fuentes para el arquitecto Damián Hernández, que lleva unos 15 años como funcionario de alto rango de Arona, es que como consecuencia de no estar a la altura del puesto y de su actitud "desleal" al actuar "al margen" de sus superiores, la resolución de expedientes se bloquea. El efecto embudo mantiene cientos de licencias en la gaveta, que acumulan meses de retraso. Es parte de la documentación que debe estudiar la Fiscalía de la Audiencia Provincial tras la denuncia de Luis García de presuntas extorsiones y coacciones a empresarios y técnicos municipales por parte una trama vinculada al abogado Felipe Campos y al asesor del alcalde de Arona, Nicolás Jorge. García las trasladó al Ministerio Público días después de ser cesado por el alcalde como responsable de Urbanismo tras cinco años en el cargo.

En el informe de 16 folios, el jefe de Disciplina Urbanística acusa al asesor jurídico de entrometerse en apreciaciones técnicas que no le competen, contemplar leyes desaparecidas y obstruir la gestión urbanística municipal con la petición de informes innecesarios. Damián Hernández detalla una por una las áreas donde se producen esas intromisiones: "A juicio de esta Jefatura de Servicio, los requerimientos efectuados por el Sr. Jefe de Sección en condiciones de seguridad y calidad de la edificación exceden de las previsiones legales y podrían conducir a la comisión de ilegalidades", escribe el arquitecto, quien avisa de que tampoco se deben atender las peticiones "redundantes" del jefe jurídico de Obras sobre parámetros urbanísticos. Lo mismo concluye Hernández sobre la intervención de Víctor Fuentes en seguridad urbanística, proyectos básicos, proyectos de ejecución, sistemas de protección de incendios e informes de la sección de ingeniería. Según del jefe de servicio, este asesor jurídico realiza requerimientos "confusos" e "irrealizables", e incluso llega a pedir la suscripción de actas de replanteo de una obra a "técnicos que no son competentes para esos trámites".

¿Por qué mantiene el alcalde de Arona a un técnico que según su jefe de servicio bloquea la resolución de licencias, algo tan importante como obligatorio para la gestión municipal y la obtención de ingresos? Lo único seguro es que quien salía perjudicado de esa inacción y parálisis de un departamento tan decisivo como Urbanismo era el propio concejal, Luis García, que apoyó a Damián Hernández en la petición de cese de este técnico. Al final, el 22 de junio, a quien cesa el alcalde es a Luis García por "pérdida de confianza". Y entonces se desencadena la tormenta perfecta: el grupo municipal entra en barrena, dividido entre los seis concejales que apoyan a García y los seis que apoyan a Mena, el alcalde recupera todos los poderes delegados a la Junta de Gobierno, García declara las presuntas irregularidades en la Fiscalía y tiene que intervenir hasta la Ejecutiva Federal del PSOE.

José Julián Mena contesta, a través de su gabinete de comunicación, que el departamento de Recursos Humanos rechazó las peticiones para destituir al jefe de la sección jurídica de Obras. Y lo hizo, asegura, después de dar el visto bueno a la destitución del predecesor de Víctor Fuentes al frente de la Sección Jurídica de Obras, solicitada también por Damián Hernández y con los mismos argumentos. Se trata de Rafael Galera, que ha pasado a otro departamento. Según el alcalde, Recursos Humanos considera que no se podía volver a descabezar esa jefatura y que los argumentos del jefe de servicio contra el sustituto de Galera no se sostienen. Además, Mena defiende a Fuentes. Dice que no se entrometió en asuntos que no le competen, sino que lo que hizo fue pedir informes complementarios sobre asuntos técnicos que considera imprescindibles para validar las licencias.

Agustín Marichal, presidente del PSOE de Arona, opina, lo dijo en una entrevista a EL DÍA, que Víctor Fuentes "es un buen chico y buen profesional" que "había aprobado unas oposiciones y entró a trabajar". "Pero se empeñaron en echarlo, como hicieron con el anterior que estaba en ese puesto". El propio Marichal, en esa entrevista, es muy crítico con el jefe de servicio que promovió esas dos reestructuraciones. "El jefe de Disciplina Urbanística [Damián Hernández], en tres años no ha trabajado ni dos. Ahora está de baja otra vez. Ojo, máximo respeto a las bajas, faltaría más. Pero, de todos modos, el responsable máximo, el que tiene la potestad de descongestionar el área, es el concejal de Urbanismo, un concejal al que se le ha dado todo lo que ha pedido", se queja el constructor y hotelero aronero.

Víctor Fuentes sigue al frente de la Sección Jurídica de Obras con el aval del alcalde. La fractura en el gobierno de Arona ha superado la fase de no retorno y ha forzado a las direcciones nacional, regional y tinerfeña a pedir a Mena y García que entreguen sus actas de concejales y se marchen del Ayuntamiento. La onda expansiva afecta a todo el partido de Arona, a todos los departamentos del Consistorio y a toda la actividad del quinto municipio más poblado de Canarias y vital en el devenir económico de las Islas. No es de extrañar que Urbanismo haya dejado en el aire alrededor de 175 millones de euros por la poca diligencia en el trámite de licencias. El peor escenario posible para los aroneros en un momento tan delicado, de grave crisis como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Así está Arona.