Once municipios de Tenerife encaran la nueva crisis económica provocada por la paralización económica ocasionada por el coronavirus con su deuda a cero. Según los datos difundidos recientemente por el Ministerio de Hacienda, que recogen la situación a finales de 2019, pueden presumir en la Isla de contar un nivel de endeudamiento nulo El Rosario, Fasnia, Garachico, Vilaflor, La Guancha, San Juan de la Rambla, Puerto de la Cruz, La Orotava, Santa Úrsula, La Matanza y Tacoronte.

El escenario económico en la mayoría de los consistorios de la Isla es más ventajoso que el que existía hace solo unos años. La mayor parte han saneado sus cuentas y tienen unos niveles de endeudamiento que nada tienen que ver con los que se registraban antes de 2012. En concreto, los 31 ayuntamientos tinerfeños acumulaban una deuda de 432,1 millones hace siete años, mientras que el montante se redujo el año pasado hasta los 62 millones, lo que supone una reducción del 85%.

Este saneamiento de las cuentas municipales se debe a la aplicación a partir de 2012 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Financiera, que tenía el objetivo de mantener bajo control las cuentas públicas, imponiendo severos ajustes y fijando unos niveles máximos de deuda y déficit, así como un techo de gasto, para evitar que las administraciones se endeudasen. Asimismo, también impuso que el remanente debía usarse para saldar las deudas de las corporaciones. Una situación que apenas ha variado en la actualidad y que ha ocasionado que ni siquiera los ayuntamientos saneados hayan podido utilizar su superávit para hacer frente a la actual crisis económica.

De esta manera, 30 de los 31 ayuntamientos de Tenerife han reducido significativamente su deuda en estos últimos siete años. Todos menos Garachico, que no solo es el único de la Isla sino también de toda Canarias que ha incrementado su pasivo desde 2012. En concreto, ha pasado de los 700.000 euros a superar los dos millones.

De entre los municipios con deuda a cero, tres tenían exactamente la misma situación en 2012. Fasnia, Arico y La Matanza de Acentejo no debían nada entonces y tampoco ahora. Los ocho restantes sí que han realizado un esfuerzo en los últimos años para lograr reducir su nivel de endeudamiento, algunos partiendo de cantidades significativas como es el caso de Puerto de la Cruz o La Orotava, cuya deuda era en 2012 de 27 y 17 millones de euros respectivamente y que en 2019 estaba reducida a cero.

Según los datos difundidos por el Ministerio de Hacienda, Santa Cruz de Tenerife es el municipio de la Isla con mayor endeudamiento. La capital tinerfeña lo era también en 2012 cuando su pasivo alcanzaba los 134,8 millones de euros. El año pasado, estaba cifra se había reducido hasta los 21,9 millones.

El segundo municipio con más población de la Isla, San Cristóbal de La Laguna, es también el segundo con más deuda. Según los datos de Hacienda, el Ayuntamiento debe 13 millones de euros, aunque en siete años ha reducido esta cifra de manera significativa, ya que en 2012, la deuda lagunera superaba los 89 millones de euros.

Otro ayuntamiento que ha visto reducida este indicador de manera muy significativa en los últimos años es Adeje. Si en medio de la anterior crisis económica, este municipio turístico, debía un total de 41,1 millones de euros, cerró el año pasado con un pasivo acumulado de 2,8 millones, lo que supone una reducción de 93% en siete años.

De esta manera, Adeje tiene en estos momentos un nivel de endeudamiento similar al que acumulan otros municipios con mucha menos población, como es el caso de Los Silos y Buenavista del Norte, con 2,9 y 2,7 millones respectivamente.

Por su parte, Icod de los Vinos acumula una deuda de 5,6 millones, siendo el tercer municipio tinerfeño en este indicador. Le sigue Candelaria con tres millones, mientras que Garachico alcanza los 2,1 millones de deuda.

Los municipios que acumulan un pasivo superior al millón de euros en Tenerife son Tegueste, Arafo, Guía de Isora y La Victoria, mientras que Güímar, Granadilla de Abona, San Miguel, Arona, Santiago del Teide, El Tanque, Los Realejos y El Sauzal tienen deudas por un valor de entre 100.000 y un millón de euros.

Deuda por habitante

Los indicadores de deuda por habitante también dan cuenta del acusado descenso que han experimentado este indicador en los últimos años. Sin embargo, los vecinos de los municipios con una deuda total más elevada, no son los que más deberían si esta se repartiera entre todos los habitantes. De hecho, en Tenerife los vecinos de dos municipios con menos de 5.000 residentes son los que tienen una deuda per cápita más alta. Se trata de Los Silos y Buenavista del Norte, ya que cada uno de sus 4.778 y 4.693 habitantes deben 620 y 562 euros, respectivamente.

Le siguen de cerca los ciudadanos del único municipio que ha aumentado su pasivo en los últimos años, Garachico, donde cada residente acumula una deuda de 425 euros. Por encima de los 200 euros per cápita solo se sitúa Icod de los Vinos, con 241 euros por cada vecinos.

Cinco son los municipios en los que la deuda por vecino es superior a los 100 euros: Santa Cruz de Tenerife (106), Candelaria (106). Arafo (179), el Tanque (110) y La Victoria (154). Por debajo de los 100 euros por habitante están localidades como La Laguna (82), Tegueste (97). Güímar (22), Granadilla (10), San Miguel (8), Arona (9), Adeje (58), Guía de Isora (68), Santiago del Teide (55), Los Realejos (5) y El Sauzal (14).

Reclamaciones

Con estas cifras de endeudamiento municipal, los alcaldes de la Isla han solicitado ya en reiteradas ocasiones que se les permita invertir los fondos que tienen depositados en las entidades bancarias para poder hacer frente a las necesidades que ha ocasionado la crisis económica.

Hasta ahora el Ministerio de Hacienda solo les ha autorizado a utilizar hasta el 20% de su superávit al principio del confinamiento y siempre bajo estricta supervisión de este organismo público.

Sin embargo, los regidores han insistido en que necesitan más fondos para poder atender todas las necesidades derivadas de la emergencia sanitaria y social. Para ello, es necesario que se modifique la Ley de Estabilidad Presupuestaria o que la Unión Europea autorice este cambio de actuación, ya que fue precisamente Bruselas quien impuso este control de las cuentas, después de llevar a cabo el rescate bancario a España hace siete años.