El refugio para montañeros ubicado en el Llano de Ucanca, en el Parque Nacional del Teide, comenzó a demolerse ayer, 18 años después de que el Plan Rector de Uso y Gestión, aprobado en 2002, determinase que esta infraestructura debía desaparecer del espacio natural. Los trabajos se extenderán a lo largo de tres meses, para después de derrumbar por completo el edificio proceder a realizar una rehabilitación paisajística que devuelva este punto del parque a su estado anterior.

La consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife, Isabel García, asistió ayer al comienzo de la obra y afirmó que se trata de una infraestructura "obsoleta", que no cuenta con las condiciones de saneamiento y equipamiento adecuadas, en la que además había presencia de amianto. Por eso, los trabajos comenzaron con la retirada de la cubierta de manera controlada, para después iniciar el derrumbe del edificio. García resaltó la importancia de acometer esta actuación, ya que junto al inmueble "se encuentra una zona de reserva con un acuífero muy importante", por lo que es necesario llevar a cabo esta rehabilitación del entorno con el objetivo de preservar también este espacio.

El inmueble fue construido en la década de los cincuenta para que sirviera de alojamiento a los trabajadores que construían la carretera que discurre por este entorno. En 1965 el espacio fue cedido al Club Deportivo Grupo Montañero de Tenerife, que desde entonces lo usa como albergue para montañeros y almacén de material.

En el año 2017, el Cabildo tinerfeño llegó a un acuerdo con el club para recuperar la concesión del albergue y desde entonces se trabaja para poder demoler el edificio.

De esta manera, se acordó que la administración cedería a la asociación el uso de otro inmueble ubicado en el Portillo Alto para que fuera utilizado como albergue. García detalló que gracias a este acuerdo de cesión por cuatro años, el club "podrá seguir desarrollando su actividad en una mejores condiciones", ya que el albergue de montañeros que está siendo demolido no reunía las condiciones necesarias para este uso. "El inmueble no era adecuado para las funciones que venía realizando y tampoco lo era desde el punto de vista paisajístico, son infraestructuras que fueron construidas en su momento con un objetivo, pero ya no tiene ningún sentido que esté ahí, ya que el club puede utilizar otros espacios que no tengan un impacto tan negativo", recalcó.

Por su parte, el director del Parque Nacional, Manuel Durbán, expuso que mientras que los trabajos de demolición no se demorarían demasiado, la actuación para devolver a este enclave su aspecto anterior se extenderán varias semanas. "Intentaremos que la pendiente quede lo más natural posible y se trabajará para que ni el muro ni el desagüe de la ladera acabe afectando al tráfico", apuntó. Además, también se llevará a cabo una reforestación con flora autóctona.

Durbán señaló la importancia de esta demolición para preservar "una zona de reserva en la que hay una galería y manantiales donde existen ecosistemas peculiares, ya que es raro encontrar zonas húmedas a esta altitud". Por lo que consideró que "tener una instalación de este tipo al lado de una zona de reserva no tiene sentido y por eso el plan rector indicó que era necesaria su demolición".

El director del parque explicó que es precisamente el uso que el plan rector otorgó a esta zona del espacio natural la razón por la que esta infraestructura debe ser demolida y no así otras instalaciones que se encuentran en zonas cercanas como el Parador de Turismo o la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves. "Estos edificios están contemplados en el plan rector dentro de una zona de uso especial destinada a infraestructuras", determinó.

Sin embargo, la demolición del refugio para montañeros de Ucanca no es la única que estaba pendiente en el parque nacional. Las conocidas como Casas del Sanatorio, viviendas particulares que han sido usadas como segundas residencias, ubicadas frente al Teleférico, también fueron señaladas por el Plan Rector de Uso y Gestión de 2002 como infraestructuras que debían ser demolidas para acometer una restauración paisajística. "Aunque están en una zona de uso moderado se trata de segundas residencias que no cumplen con la normativa de saneamiento y están contaminando el acuífero de Las Cañadas", expuso Durbán y aseguró que "no tiene sentido mantener esas casas en medio del parque nacional", ya que su interés económico y social "es prácticamente nulo".

Según explicó la consejera, el Cabildo ya ha expropiado a sus propietarios dos de estas viviendas, mientras que las otras dos todavía se encuentran en trámites, por lo que la administración esperará a tener terminados los cuatro expedientes para realizar la demolición de forma conjunta.

Por otro lado, Durbán estimó que el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión del parque, que el Gobierno de Canarias está redactando en la actualidad, puede determinar que se deben acometer rehabilitaciones paisajísticas en otros entornos del parque con presencia de infraestructuras que impactan en el entorno. Este es el caso del caserío del Portillo, donde el director del parque considera que se debería realizar "un área de servicio adecuada al paisaje en la que pueda aparcar la gente y evitar la gran cantidad de turismos particulares que entran al parque". Sin embargo, reconoce que esta actuación todavía está en estudio y que será más complicada que la que comenzó a desarrollarse ayer.