El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha dado el visto bueno al proyecto del Sistema de Saneamiento y Depuración Arona Este-San Miguel, que incluye la construcción de una planta comarcal para tratar las aguas residuales de esta zona de la Isla. Esta infraestructura tendrá un inversión de 80 millones de euros y se encuentra incluida dentro del convenio que el Cabildo tinerfeño firmará con el Estado para la financiación de cinco grandes obras hidráulicas para la Isla, con un coste total de 170 millones.

De esta manera, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental ha formulado una declaración de impacto ambiental positiva para este proyecto, en la que establece medidas preventivas, correctoras y compensatorias para que pueda llevar a cabo sin dañar el medioambiente y los recursos naturales.

El documento, publicado recientemente en el Boletín Oficial del Estado (BOE), avala la construcción de esta gran infraestructura hidráulica, declarada de Interés General a nivel estatal, para tratar las aguas residuales de la parte este de Arona, así como las de San Miguel de Abona y Vilaflor, especialmente las producidas en aquellas poblaciones mayores de 2.000 habitantes. El informe indica que en la actualidad solo seis de las quince aglomeraciones mayores de 2.000 residentes situadas en el ámbito de actuación del proyecto cumplen con la normativa de la Unión Europea de 1991 para el tratamiento de las aguas residuales urbanas, por lo que la Isla lleva treinta años de retraso en la puesta en marcha de este sistema.

Actualmente, las redes de saneamiento y depuración de esta zona vierten las aguas residuales de las aglomeraciones urbanas del litoral sin el correcto grado de depuración a través de varios emisarios submarinos ubicados en San Miguel, Las Galletas o el Palm-Mar y también a través de sistemas individuales o inadecuados en el caso de las áreas urbanas de medianías o que no se encuentran en la costa.

El objetivo es que para el año 2027, tras la conexión de los sistemas individuales de recogida a las redes de alcantarillado y a la ampliación de estas, la planta pueda recoger más del 88% de las aguas residuales generadas, mientras que el resto se verterán al medio a través de sistemas individuales u otros sistemas adecuados (IAS) que alcancen un nivel de protección medioambiental optimo.

Reutilización agrícola

Con la puesta en marcha de este proyecto se persigue centralizar el tratamiento de las aguas residuales generadas en esta comarca, para poder después reutilizarlas. De hecho, una de las premisas fundamentales del proyecto es que el agua depurada pueda ser utilizada después por el sector agrícola, por lo que el tratamiento que se llevará a cabo deberá ser el correcto para poder destinar el recurso al riego después.

El agua tratada será después conducida hasta la balsa de almacenamiento del Valle de San Lorenzo, que cuenta con una capacidad de 250.000 metros cúbicos y está situada a menos de 500 metros de donde se proyecta construir la nueva EDAR.

El proyecto de saneamiento y depuración de Arona Este-San Miguel, que incluye la nueva EDAR comarcal de Montaña Reverón, posibilitará acabar con los vertidos directos de aguas sin un adecuado tratamiento que en estos momentos se producen a través de los emisarios submarinos. Una vez entre en funcionamiento estos solo se usarán como elementos de alivio cuando se produzcan episodios de precipitaciones muy abundantes, averías, fallos del sistema o en situaciones en los que la demanda sea insuficiente.

El proyecto cuenta con un total de veinte colectores de gravedad, trece impulsiones, dos emisarios terrestres, veintidós arquetas-aliviaderos para verter al medio el exceso de agua producido por precipitaciones, nueve Estaciones de Bombeo de Aguas Residuales (Ebares) desde donde el agua se impulsa bien a otras instalaciones de bombeo en cascada o bien a las cuatro estaciones de tratamiento y bombeo (Etbares), que incluyen un pretratamiento completo de las aguas residuales para posteriormente ser impulsadas a la Estación Depuradora de Montaña Reverón para su tratamiento completo.

Con esta declaración de impacto ambiental el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno estatal da un paso más en la tramitación de esta infraestructura hidráulica de vital importancia para la Isla, que arrastra décadas de retraso en la puesta en marcha de sistemas de saneamiento y depuración. Esta demora en la habilitación de de infraestructuras para tratar las aguas residuales que se producen en Tenerife ha ocasionado amenazas de sanciones por parte de la Unión Europea, debido a los vertidos incontrolados que existen en muchos puntos.

El acuerdo que el Cabildo tinerfeño suscribirá con el Estado abordará también la construcción de otras tres depuradoras más en Granadilla de Abona, Guía de Isora-Santiago del Teide y Acentejo. Además, se destinarán fondos para llevar a cabo el sistema de saneamiento hasta la depuradora del Valle de La Orotava.