El Cabildo de Tenerife ha ampliado los trabajos para erradicar la plaga de termitas subterráneas ( Reticulitermes flavipes). Los técnicos ya han inspeccionado 240 viviendas, de las que cerca de 70 están afectadas, y se han instalado 6.000 puntos de control, una parte de ellos con biocida y otros de testeo para delimitar el perímetro de la zona afectada. Así lo aseguró ayer el presidente insular, Pedro Martín, quien avanzó que se había tomado la decisión de ampliar la actuación encargada después de que el año pasado aparecieran algunos nuevos focos. Martín indicó que se prevé superar en poco tiempo estas cifras y alcanzar los 9.000 puntos de control cuando finalice el actual encargo que el Cabildo ha realizado a la empresa Tragsatec.

Unos trabajos que permitirán conocer "cuál es la situación en estos momentos de esta especie", gracias a la implantación de un sistema de geolocalización en los puntos de control, único en España, que permite tener a tiempo real la localización de los biocidas y conocer "la evolución del proceso, si hay un rebrote o si han desaparecido de las zonas donde han sido localizadas".

El mandatario comentó que durante el estado de alarma no ha habido una paralización en los trabajos, ya que se encontraban dentro de las actividades esenciales del Cabildo y solo se han tenido que posponer las visitas a las viviendas, que a partir de ahora se retomarán.

La consejera de Medio Natural y Seguridad, Isabel García, explicó que la plaga sigue contenida en los municipios de Tacoronte y La Laguna, con un pequeño foco en Arona. Recordó que se trata de una de las plagas "más invasivas a nivel mundial", que estaba presente en la Isla al menos desde 2007, pero que "no había sido abordada de forma contundente hasta ahora".

Además, informó de que se han producido avances por parte del Ministerio para la Transición Ecológic para incluir a estos insectos en el Catálogo Nacional de Especies Invasoras, algo que favorecerá el desarrollo de acciones de exterminio y control.

El Cabildo ya ha destinado casi un millón de euros a los trabajos de erradicación y García estima que este año puedan incrementar en medio millón de euros esta aportación.

Por su parte, el responsable de la empresa Tragsatec, Juan Pestano, ratificó que la plaga sigue contenido en dos focos principales Tacoronte-Valle Guerra y Arona, "un punto muy pequeño que se ha reactivado recientemente". Pestano detalló que dentro del foco principal existe una zona cero, la Urbanización Parque Atlántico, desde donde se extendió la plaga, siendo los últimos lugares donde se ha detectado la presencia de termitas el Camino de La Barranquera, en Valle de Guerra, Garimba en Guamasa y en Los Naranjeros. En todos ellos se ha efectuado ya trabajos para tratar de controlar la plaga.

Cuatro fases

La actuación para acabar con esta especie se han delimitado en cuatro fases, aunque las tres primeras se desarrollan de forma simultánea. En la primera, se está realizando una prospección intensa de todo el perímetro afectado, analizando todas las parcelas rústicas y viviendas. La segunda, es una fase de control que consiste en generar un perímetro de seguridad para evitar la progresión de la plaga hacia otras zonas. La tercera fase es la de erradicación, llevando a cabo un tratamiento en todas las zonas y terrenos afectados, mientras que la cuarta y última fase será la de seguimiento, en la que se monitorizará el espacio afectado durante un periodo no inferior a cinco años para verificar si existe algún rebrote.

El presidente, Pedro Martín, quiso resaltar que la propagación de la especie de forma natural durante su fase alada representa una parte muy pequeña de la posibilidad de la dispersión. "El verdadero peligro es que la propagación la pueda hacer cualquier persona con el traslado de muebles, maderas o tierras y que llegue a otras partes de la Isla", señaló.

Pestano también quiso hacer un llamamiento a la responsabilidad de los ciudadanos, ya que se ha constatado que la mayor parte de la dispersión de esta especie ha sido debido a la acción antrópica. "Solo un 2% de la población de fase alada tiene posibilidad de formar una colonia, pero un mueble que sea trasladado a una finca y se deposite en un terreno húmedo sí dará lugar a una nueva colonia", especificó.

Dispersión

Para evitar que este tipo de acciones puedan provocar una mayor expansión de la plaga, las administraciones públicas han puesto en marcha un sistema de recogida de enseres y materiales puerta a puerta. De esta manera, los vecinos afectados pueden ponerse en contacto a través del correo electrónico o teléfono para solicitar que sean retirados.

Una vez recogido, el material se acopia en bandejas metálicas, hasta que es astillado in situ. Una vez el volumen es el adecuado, en dos parcelas ubicadas en Tacoronte y La Laguna se procede al triturado de restos con una astilladora forestal, y ese material resultante se deposita en bandejas metálicas sin contacto con el suelo y tratado con químicos mediante una fumigación. Pasados unos días se verifica que no hay presencia de termitas y el material se retira por gestor autorizado.

Pestano aseguró que ya se están viendo resultados en los lugares donde se han aplicado los biocidas, pero advirtió que el tratamiento mínimo se desarrolla durante nueve meses, por lo que todavía es muy pronto para sacar conclusiones definitivas. "El biocida funciona con tiempo, pero ya hay síntomas de decaimiento de las colonias", concretó.