El Cabildo de Tenerife ha decidido aplazar la tramitación para llevar el tranvía hasta el aeropuerto de Los Rodeos. Un proyecto que fue anunciado por el equipo de gobierno del PSOE y Ciudadanos a su llegada a la Corporación insular y que finalmente tendrá que esperar debido a la actual situación de crisis provocada por la emergencia sanitaria y por la falta de consenso que obtuvo la iniciativa.

El presidente insular, Pedro Martín, aseguró a EL DÍA que el proyecto no ha encontrado un apoyo importante entre los partidos políticos y que en estos momentos la corporación insular está más enfocada en salir de la crisis por la que atraviesa la Isla, unas circunstancias que hacen que la ampliación del tranvía no sea "un asunto prioritario en la agenda del Cabildo".

Aún así, Martín recalcó que él continúa apoyando esta ampliación ya que considera importante "la conexión del tranvía con el aeropuerto" y valoró que beneficiaría a una parte de los ciudadanos de La Laguna, que tendrían mayor conectividad, pero también mejoraría las conexiones de la infraestructura aeroportuaria, "uno de los elementos más valorados en cualquier aeropuerto".

Además, Martín opina que ayudaría a reducir el tráfico en la TF-5, uno de los puntos de la Isla que soporta una mayor presencia de vehículos. "Yo sigo manteniendo mi criterio, pero hemos decidido que, ante el escaso apoyo que hemos encontrado en otros grupos políticos y la situación de crisis, ahora debemos centrarnos en otra serie de problemas", valoró.

La prolongación de este medio de transporte público hasta el aeródromo de La Laguna fue anunciada en septiembre del año pasado por la Corporación insular. La iniciativa se encontró con la posición de contraria de una parte de los vecinos y comerciantes de la zona por donde estaba previsto que discurriera el trazado. El Cabildo anunció entonces que realizaría una campaña de información pública y un proceso participativo para recoger la opinión de los ciudadanos.

Ya en ese momento, Martín puntualizó que el Cabildo no impondría la ampliación del servicio hasta Los Rodeos y que sería el Ayuntamiento de Aguere quien tomaría la decisión final, una administración que también había anunciado que se pondría del lado de la opinión mayoritaria de los ciudadanos.

El proceso participativo estaba ultimándose poco antes de la llegada de la emergencia sanitaria, ya que estaba previsto que se desarrollara durante los meses de abril y mayo.

La actual situación hace improbable que pueda llevarse a cabo más adelante, debido a las complejidades de realizar una encuesta ciudadana en la calle. "No es el momento más adecuado para hacer asambleas ni encuentros", ratificó el presidente insular, quien recalcó que "no es un asunto que ahora tengamos en la agenda porque hemos tenido que cambiarlo después del mes de marzo y todo lo que se ha producido".

Martín explicó que el Cabildo reubicará en otras partidas los fondos que había destinado este año para la tramitación de este proyecto y que dejará de percibir el dinero que estaba negociando que aportara el Gobierno de España para esta actuación.

Propuestas

El Cabildo valoraba tres posibles trazados para llevar el tranvía hasta el aeropuerto de Los Rodeos. Un proyecto que costaría a las arcas públicas entre 58 y 68 millones de euros, dependiendo de la opción que finalmente se escogiera.

La primera opción es la que discurre por las calles de El Juego, Seis de Diciembre y Juana La Blanca, una segunda es la que atraviesa las calle Pablo Iglesias, Antonio González Ramos y la avenida de La Candelaria, la tercera discurre paralela a la TF-5 por la calle Leocadio Machado. Si bien la primera era la que mejor valoraban los informes técnicos de Metropolitano de Tenerife, esta era también la que tenía un mayor rechazo social, debido a la mayor presencia de comercios y negocios en estas calles.

Los tres trazados acabarían en una parada ubicada en San Benito y a partir de ahí, el tranvía solo tenía una alternativa para llegar hasta Los Rodeos, a través de la carretera general del Norte, pasando por una parada junto a un aparcamiento disuasorio y desde allí hacia su última parada dentro de la instalación aeroportuaria.

La ampliación estaba proyectada para ocupar la menor extensión de suelo posible, de forma que se pretendía que los trenes ligeros circulasen por una única vía, en lugar de las dos que tiene las líneas que ahora mismo están en funcionamiento. De esta manera, los trenes que llegasen hasta Los Rodeos lo harían utilizando la misma vía para ambos sentidos y para evitar colisiones se crearían apartaderos en los que los tranvías podrían esperar a que pasase el que circularía en dirección contrario. Con esta medida, el Cabildo pretendía afectar lo menos posible al territorio y que el proyecto tuviera el menor impacto ambiental posible.