El sistema hídrico de Tenerife cuenta con reservas de agua suficientes para garantizar el consumo en los hogares y el campo, según asegura el Cabildo tinerfeño. A pesar de que los niveles de precipitaciones han ido decreciendo en los últimos años, la Isla cuenta con otro tipo de recursos para evitar la escasez, según explica el gerente del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF), Javier Dávara, quien considera que el llamamiento realizado por los ayuntamientos del noroeste para solicitar a sus vecinos un uso racional de agua, ante el riesgo de que se tengan que realizar cortes de suministro, se debe más las pérdidas de las redes municipales que a la escasez de este recurso.

"El problema no está en la falta de agua sino en las pérdidas que se producen en la red debido a las fugas", expone. Dávara asegura que son precisamente estos siete municipios del noroeste los que pierden más agua en sus tuberías, según un estudio realizado por el CIATF, que determinó que en algunos lugares podía llegar a desaparecer hasta un 60% de la que entraba en la red. "La solución no es poner más agua en el sistema sino hacer un esfuerzo porque las pérdidas sean menores", resalta.

Dávara asegura que Tenerife, a diferencia de otros territorios, "no depende tanto de la lluvia", ya que puede extraer este recurso de galerías y pozos que a corto plazo no notan esa bajada de precipitaciones. A pesar de que en los años anteriores se han registrado menos lluvias, "se sigue extrayendo la misma agua que en 2019".

Además, recalca que la Isla cada vez depende más del agua producida en las desaladoras y depuradoras, en este último caso para destinarla al riego agrícola. Afirma que la menor generación de agua en galerías y pozos, que pueden comenzar a sufrir a largo plazo las consecuencias de la falta de lluvia, se verá compensada con la mayor producción de desaladoras y depuradoras. De hecho, a finales del año pasado, Tenerife batió un récord de producción de agua desalada: 40 piscinas olímpicas cada día; es decir, 100.000 metros cúbicos.

En estos momentos, Dávara explica que la menor actividad generada por la paralización económica de los últimos meses y el cero turístico ha hecho que se reduzca el consumo de agua en la Isla, lo que aumenta las reservas de cara al verano. Asimismo, insiste en que las plantas desaladoras de gestión insular se encuentran a la mitad de su capacidad debido a la menor demanda. Dávara insiste en que la mejora de las redes locales es clave para evitar un exceso de pérdidas, y recuerda que es competencia municipal hacerse cargo de estas reparaciones, aunque el Cabildo ya ha puesto en marcha un plan para tratar de solventar esta situación. Una de las principales actuaciones es la instalación de contadores en los depósitos de los 12 municipios que gestionan de forma directa el servicio, lo que ayudará a conocer el volumen que entra en la red y compararlo con el que verdaderamente llega a los ciudadanos.

El gerente del CIATF recalca que "cada vez hay más agua en el mercado", por lo que señala que en estos momentos el único sector que depende de la lluvia es el de cultivos de secano. El consejero insular de Agricultura, Javier Parrilla, detalla que se debe diferenciar el agua de abasto y de riego, ya que las dos llegan por redes diferentes, aunque reconoce que "en algunos puntos donde no estén diferenciadas las canalizaciones hay que hacer un llamamiento para que no se desperdicie".

Sin embargo, insiste en que con carácter general el riego está garantizado para los agricultores este verano. El nivel de agua en los embalses de la Isla, que a principios de este mes contaban con 2,4 millones de metros cúbicos, una cantidad similar a la que existía en esta misma época el año pasado, será suficiente para hacer frente a los meses más secos. "Se ha producido un descenso en la superficie cultivada de la Isla durante este año, por lo que la cantidad que existe debería bastar para abastecer al campo", considera.

El Cabildo acomete una serie de obras para asegurar que el agua pueda llegar a aquellas comarcas en las que ya se han evidenciado carencias. Se trabaja para ultimar la conexión de la galería Niágara con el canal Tágara-Vilaflor que resolvería el riego en las zonas altas y medianías de este municipio y de San Miguel de Abona. Una actuación que se prevé que pueda estar terminada a finales de julio y que permitirá aportar hasta 200 piscinas olímpicas de agua al año a esta zona que tradicionalmente ha sufrido la sequía en verano.

Otra punto de actuación es la Isla Baja, donde gracias a las inversiones ejecutadas es posible conectar las desaladoras con el complejo hidráulico y la balsa de Taco, a la que podrán llegar hasta 1.000 metros cúbicos al día.