Es una de las playas cinco estrellas del Archipiélago -la bandera azul que certifica la calidad de sus servicios ondea en el paseo desde hace 33 años- y la nueva normalidad ha alterado la imagen habitual de Playa de la Arena, en el municipio de Santiago del Teide Con la activación de la fase 2 de desescalada aparecieron las parcelas y las cuerdas de colores que redistribuyen a los bañistas para mantener la distancia social: "Se nos ocurrió que era una buena idea para generar espacio entre los usuarios", señala José Gregorio, cogerente de West Coast Rescue Adolfo SL, sobre un proyecto financiado por el consistorio local.

Playa de la Arena estuvo cerrada desde el 13 de marzo al inicio de la fase 2, hace hoy dos semanas. "Nos ha resultado extraño verla sin bañistas, pero durante la espera nos preparamos para volver de la mejor manera posible. La posibilidad de instalar paneles de metacrilato hubiera creado un grave impacto visual y la alternativa fueron las parcelas", relata sobre una experiencia piloto en la Isla.

El acceso a Playa de la Arena está siendo controlado por el servicio de socorristas desde hace dos semanas -la empresa gestionada por los hermanos García Jiménez lleva la vigilancia de la Playa de los Gigantes y Playa Chica (Puerto Santiago)- a través de dos rampas de acceso; una de ellas habilitada para las personas de movilidad reducida y la otra para el resto de los usuarios: las escaleras restantes se han cerrado a la circulación.

Una vez en la arena, es el socorrista el que indica la posición que puede ocupar en la playa en base al número de bañistas que accede a ella. Si se trata de una persona, irá a una parcela indicada con el color verde, si son dos o tres se le asignará una con cuerdas rojas y, por último, si los que quieren disfrutar de un rato de playa son cuatro o más usuarios el espacio a ocupar estará limitado por una soga amarilla y cuatro pequeñas estacas. El azul es la tonalidad reservada a aquellos que quieren alquilar una hamaca o una sombrilla.

"Ese servicio está más limitado en estos instantes, pero cumplimos con todas las medidas de seguridad e higiénicas", dice José Gregorio en relación a una situación que podría alargarse más allá del mes de septiembre. "Veremos cómo va el verano. Somos un pueblo al que le gusta pasar un día de playa, pero hay que extremar las medidas para evitar un rebrote", advierte.