El Cabildo de Tenerife mantendrá el teletrabajo entre su plantilla tras la finalización del estado de alarma. Por eso, la Corporación insular llevará a cabo en los próximos meses un proyecto para corregir las dificultades que se han presentado debido a la apresurada puesta en marcha de esta modalidad laboral, motivada por la irrupción del nuevo coronavirus, para que pueda seguir siendo una opción para los empleados públicos.

Así lo anunció ayer la consejera insular de Presidencia, Hacienda y Modernización, Berta Pérez, quien aseguró que "el teletrabajo ha venido para quedarse", ya que esta fórmula tiene múltiples beneficios como la mejora de la productividad, así como la reducción de los desplazamientos que redunda en una mejor calidad medioambiental y favorece la conciliación. Además, también supone beneficios económicos ya que rebaja los costes tanto para la administración, que prevé poder ahorrar un 30% en el pago de alquileres de oficinas y en el mantenimiento de otros inmuebles, como para los propios trabajadores, que ya no tendrán que invertir en el transporte.

El objetivo del equipo de gobierno insular es que todos los trabajadores de oficina del Cabildo puedan acogerse a esta modalidad laboral, aunque señalan que será voluntad del propio empleado. La intención es que la gran mayoría realice un 80% de su jornada bajo esta modalidad, reservando el 20% restante para el formato presencial.

Pérez asume que este proyecto supone "un cambio de paradigma total" para la Isla. Para la responsable insular el fomento de este nuevo método de trabajo debe basarse "en una dirección por objetivos", así como en la confianza, de la administración a su personal, el compromiso de los empleados con el servicio público y en la comunicación permanente.

La consejera mantiene que a pesar de la rapidez con la que se implantó debido a la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo ha funcionado de una manera correcta. "No hemos dejado de prestar ningún servicio y hemos adoptado tecnologías punteras como la atención por videoconferencia, haciendo que Tenerife sea un ejemplo a seguir", aseguró.

Entre los beneficios de esta modalidad laboral se encuentra también la cohesión social, ya que Pérez manifestó que permite "aportar los mismos servicios al ciudadano que esté alejado" y posibilita además reducir el abandono de población de aquellas comarcas o zonas peor comunicadas, ya que los trabajadores podrían desempeñar su labor desde cualquier lugar.

Se trata de un modelo que el Cabildo quiere exportar también a los ayuntamientos a través del programa para la transformación digital de los municipios, para que Tenerife "sea al final del mandato una isla que teletrabaja", para lo que se incentivará que las empresas apuesten por esta nueva modalidad laboral.

Para el director insular de Modernización, Daniel González, la administración pública no puede volver al nivel de implantación que tenía el teletrabajo antes de la declaración del estado de alarma. Solo un 6,7% de los trabajadores en España seguía esta modalidad, frente al 17% de la media europea. "Vamos retrasados en la implantación", asume, ya que las cifras son incluso más bajas si solo se tienen en cuenta a los trabajadores de las administraciones públicas.

González explicó que más de un 90% de los trabajadores de las oficinas del Cabildo llegó a trabajar desde casa durante las primeras semanas de confinamiento y detalló que todavía 1.030 empleados insulares siguen teletrabajando.

Sin embargo, la apresurada puesta en marcha de esta modalidad ha ocasionado algunas dificultades que el Cabildo tiene intención de subsanar. Para ello ha puesto en marcha un proceso participativo para que los empleados públicos trasladen sus problemas y sugerencias a la administración.

Así lo explicó la directora insular de Recursos Humanos y Asesoría Jurídica, Lidia Pereira, quien determinó que el Cabildo tinerfeño también desarrollará un periodo de información a los empleados públicos que se extenderá hasta el 15 de junio.

A partir de ahí se establecerán grupos de trabajo para conformar los ejes sobre los que deberá sustentarse el modelo de teletrabajo y adaptar el marco general a la labor que se desarrolle en cada servicio. Se prevé que esta fase pueda culminar en octubre, por lo que a partir del mes de noviembre se iniciará la implementación del nuevo modelo.