El colectivo de trabajadores del programa Ansina, que gestionaba el Cabildo de Tenerife desde 1989, han criticado que "no hay que empezar de cero", indicando que "si algo funciona debe permanecer, no debe cambiarse, y siempre puede mejorar", ya que indican que pretenden crear otro "con objetivos iguales".

El programa, explican en un comunicado, se desarrollaba en la calle, en todos los barrios de los municipios de la isla, lo que afirman les permitió crear "una red participativa creciendo y llegando a los 31 municipios de Tenerife".

Actualmente, se trabajaba con más de 230 asociaciones y 24 residencias, así como Centros de Día de toda la isla, siendo uno de los objetivos principales el de "mejorar la calidad de vida de los mayores consiguiendo ser un programa de referencia a nivel nacional, logrando la Medalla de Oro del Gobierno de Canarias el pasado año". Sin embargo, desde el 31 de mayo, apuntan, se ha dejado de prestar sus servicios.

Por ello, los casi 60 trabajadores de Ansina han querido resaltar que durante estos años los mayores están identificados con ellos, ya que han realizado "un servicio personalizado y conociendo las peculiaridades de cada uno de los mayores", adaptándose a sus condiciones y necesidades. "A lo largo de tantos años de trabajo hemos conseguido, día a día, que los mayores nos identifiquen", subrayan.

Asimismo, entienden que la administración insular "debería respetar las cláusulas sociales y una subrogación del personal", ya que consideran que "es un privilegio para cualquier empresa tener a unos trabajadores con tantos conocimientos hacia los mayores y una profesionalidad de muchos años" para apostillar que "no existen informes técnicos que digan dónde está el servicio mal prestado".

Finalmente, recuerdan que existe un acuerdo plenario, del 4 de octubre de 2019, "votado por unanimidad por todos los partidos y no se está respetando", a lo que añaden que "es falso" que se llegue a un 3 por ciento del colectivo de mayores, al tiempo que exponen que "no se está teniendo en cuenta a los beneficiarios del Programa, los mayores de la isla de Tenerife".

Por todo ello, creen que está "es una decisión meramente política para ellos", si bien los trabajadores "no" tienen color político y realizan el trabajo "con mucha profesionalidad, cariño, ilusión y respeto con los mayores de la isla de Tenerife".