El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, y su homólogo grancanario, Antonio Morales, reconocieron ayer las dificultades financieras que atravesarán las corporaciones insulares si no pueden utilizar los fondos que tienen depositados en los bancos, ni tampoco recurrir al endeudamiento para hacer frente a las consecuencias de la crisis económica y social que ha provocado el Covid-19. Martín afirmó que en el caso del Cabildo tinerfeño "nos será difícil llegar a final de año" y avanzó que las repercusiones financieras de esta crisis no solo se dejarán notar en los presupuestos de 2020, que han tenido que ser reconstruidos por completo, sino que afectarán a los de 2021.

El presidente grancanario reconoció también dificultades financieras, ya que esta Corporación insular calcula que dejará de percibir alrededor de 150 millones de euros. Por lo tanto, indicó la importancia de poder contar con esos recursos que ahora mismo los cabildos tienen depositados en los bancos y que no pueden utilizar.

Ambos mandatarios insulares participaron ayer en el encuentro virtual Diálogos para la Reconstrucción, organizado por las cabeceras de Prensa Ibérica en Canarias, El DÍA y La Provincia y que contó con la colaboración de Canaragua, Philip Morris y Satocan. Un debate en el que Morales reivindicó que no se puede reproducir el modelo aplicado en 2008 para salir de esta nueva crisis. Bajo su punto de vista, la respuesta, "no puede estar basada en la austeridad y los recortes, es el momento de utilizar los recursos para generar economía", mantuvo.

Martín expuso que la actual ley que impide la utilización de estos fondos "fue aprobada por el Partido Popular e impulsada por unos criterios muy conservadores de la Unión Europea" con una visión muy restrictiva respecto a las corporaciones locales que han sido "sospechosas de despilfarro". Por lo que "se establecieron políticas conservadoras destinadas a no permitir el gasto y cerrar cualquier posibilidad de inversión". Por eso, mantuvo que es necesario un cambio de criterio a nivel nacional y europeo para transformar este modelo que está basado en reducir el gasto, para llegar a otro sustentado en la inversión.

Para alcanzar este objetivo, asumen que los cabildos deben hacer una labor pedagógica para trasladar a Madrid la importancia que tienen estas administraciones y su nivel de competencias. En este sentido, Morales adelantó que ya se ha finalizado un documento que trasladará al Ministerio de Hacienda para que entienda la necesidad de poder utilizar los remanentes de tesorería y recurrir al endeudamiento "sin que se aplique ningún plan económico que lastre nuestro desarrollo", ya que indicó que en el caso de la Corporación insular que dirige podría suponer disponer de 470 millones de euros más.

Los dos presidentes coincidieron en este encuentro digital, moderado por el director de La Provincia, Antonio Cacereño, en que el impulso de la obra pública debe ser la alternativa más inmediata para generar actividad y recalcaron que es necesario reforzar los servicios públicos esenciales, no solo para fortalecer el sistema en caso de una nueva crisis sanitaria, sino también para fomentar la creación de empleo.

Reconstrucción. Martín alabó el pacto para la reconstrucción diseñado por el presidente canario, Ángel Víctor Torres, y aseguró que "acierta en el diagnóstico y en sus objetivos". Asimismo, valoró que abriese la puerta a la simplificación administrativa y aseguró que los cabildos ahora están a la espera de "poder empezar a gastar dinero con alternativas de crédito para poner en marcha la economía". Ambos defendieron la necesidad de que las administraciones sigan colaborando en todo el proceso. Martín señaló que una sola institución no va a ser capaz de llevar a cabo la reactivación y resaltó que debe existir un trabajo coordinado para "aprovechar el impulso del Gobierno central y regional y no duplicar esfuerzos, porque el dinero es escaso". En este mismo sentido se manifestó Morales quien insistió en la necesidad de analizar de forma conjunta "la situación y las dificultades en los próximos meses", para así conseguir un documento de trabajo consensuado y recabar recursos lo antes posible.

Planes de choque. Ambas administraciones insulares han aprobado ya planes para hacer frente a las consecuencias de la crisis. Por parte del Cabildo tinerfeño, se ha puesto en marcha el plan de reactivación dotado con casi 150 millones de euros con los que hacer frente a los primeros efectos. Para Martín, en este momento las administraciones deben "dar un balón de oxígeno a la economía", poniendo en marcha medidas que permitan seguir trabajando a pequeños empresarios y autónomos, coordinando planes de empleo con los ayuntamientos y aportando ayudas al sector primario. Por su parte, el equipo de gobierno de la Corporación grancanaria ha puesto sobre la mesa un programa con 33 medidas dotadas con 133 millones, que se complementa con un plan de inversiones que alcanza los 100 millones. "Es muy importante que potenciemos los servicios públicos, porque tenemos que garantizar que las personas que peor lo están pasando tengan un mínimo de subsistencia", valoró Morales.

Servicios Públicos. Martín resaltó que se deben fortalecer servicios públicos "de los que nos gusta presumir", como la asistencia sociosanitaria, pero cuya inversión a menudo suele verse "como un lastre". El presidente tinerfeño insistió en que en esta situación de crisis sanitaria se ha demostrado que han realizado "un trabajo ejemplar" y expresó que ahora se deben aprovechar esos protocolos de coordinación "para que en otra situación de emergencia sanitaria podamos actuar de manera eficaz". Por su parte, Morales quiso resaltar que los centros de mayores y sociosanitarios también son instalaciones que generan empleo de calidad. El presidente grancanario lamentó que en los últimos años "se haya privatizado a ultranza los servicios públicos esenciales", sobre todo en algunas zonas de España y quiso poner el foco en Madrid, donde la privatización de las residencias alcanza el 70%, mientras que en Gran Canaria se aproxima al 40%, algo que consideró puede tener mucho que ver en cómo se ha expandido el virus en estos centros en uno y otro territorio.

Reestructuración. Martín detalló que el Cabildo se verá obligado a llevar a cabo un trabajo de reestructuración del sector público insular, en el que se fusionarán o reorganizarán empresas y entidades. La Corporación tinerfeña es la administración local que más empresas tiene de toda España, por lo que advirtió que el camino será largo, con el objetivo no solo de que las empresas cumplan una función social y tengan retorno, sino también para velar por el equilibrio económico de las cuentas insulares. Morales, por su parte, admitió que en el caso del Cabildo grancanario no existe un exceso de gasto en entidades públicas que haya que controlar y aseguró haberse sentido sorprendido cuando Martín le trasladó el número total de entidades bajo el paraguas del sector público tinerfeño. Por otra parte, ambos coincidieron en que este no es momento para avivar los pleitos insulares, una tendencia que consideraron que las administraciones públicas están obligadas a frenar.

Retos medioambientales. Ambos presidentes coincidieron en la necesidad de gestionar de manera correcta los retos medioambientales que está generando esta situación, tanto en la proliferación de residuos como en la vuelta a la actividad, que intensificará problemas como la contaminación. Morales abogó por aumentar la concienciación de la ciudadanía, ya que en esta crisis se ha vuelto algo cotidiano observar guantes y mascarillas abandonados en cualquier lugar, algo que calificó como "una irresponsabilidad". El presidente grancanario resaltó que los centros están preparados para dar un tratamiento específico a muchos residuos y admitió que el plástico representa un enorme problema para la sociedad. Martín también reconoció que la generación de residuos durante esta pandemia ha demostrado que su tratamiento sigue siendo una asignatura pendiente. Para luchar contra ello, el Cabildo de Tenerife está pendiente de adjudicar el nuevo contrato para la gestión de los residuos a través del que se espera mejorar el reciclaje, ya que en una Isla con un territorio limitado "no podemos seguir consumiendo suelo para enterrar basura".

Nueva movilidad. La crisis ha hecho que muchos territorios se estén planteando sus fórmulas de movilidad para hacerlas más sostenibles. Martín aseguró que no renuncia a implantar modelos alternativos de transporte en la Isla, pero manifestó que Tenerife todavía espera por obras de carreteras "planificadas hace 20 años", y que son necesarias para cohesionar la Isla y que el desarrollo llegue a las zonas más deprimidas. Por su parte, Morales apuntó que potenciar aspectos como el teletrabajo o la coordinación de horarios podría ayudar a "redistribuir mejor el tráfico a lo largo del día, sin necesidad de añadir más carriles".