Güímar cuenta ya con el Servicio de Control y Gestión del Bienestar Animal, que entró en funcionamiento recientemente y que se lleva a cabo desde el área de Protección y Bienestar Animal, que gestiona la edil Patricia Encinoso. El gobierno local explica su apuesta por este proyecto asegurando que su necesidad se debe a que "son numerosos los casos de animales abandonados que registramos cada semana y varias las colonias que forman los gatos ferales".

El Servicio de Control y Gestión del Bienestar Animal es el encargado de proceder al registro y control de las colonias felinas, así como de llevar a cabo actuaciones de gestión y seguimiento de las mismas. Todo ello, "con el fin de velar por el bienestar animal y la salubridad de los vecinos y vecinas del municipio".

Desde la perspectiva de las autoridades locales, el servicio reforzará la gestión y el control del protocolo de actuación en los casos de animales abandonados, mientras que en las situaciones derivadas de las colonias de gastos la actuación está encaminada "no solo a proteger a los animales, sino que con ello prevenimos posibles problemas en personas y en el entorno derivados de las plagas y la insalubridad", comenta la concejala Patricia Encinoso.

En palabras del alcalde de Güímar, Airam Puerta, la puesta en funcionamiento del Servicio de Control y Gestión del Bienestar Animal es un exponente de que, "afortunadamente", y teniendo en cuenta la responsabilidad legal, "trabajamos para implementar los derechos, tanto de los animales como de las personas".

Con la puesta en marcha de este servicio, Güímar se convierte en uno de los municipios de la Isla que implementan acciones en pro del Bienestar Animal.

Hasta el momento, el municipio resolvía el problema de los animales abandonados mediante la colaboración con entidades particulares. El nuevo servicio suple una carencia considerada importante por el gobierno local.

Cabe recordar que Güímar alberga una perrera particular a la que municipios del entorno, como el caso de Candelaria, trasladaban los animales abandonados que recogían en su ámbito geográfico. Con el Servicio de Control y Gestión del Bienestar Animal, las autoridades entienden que "se da un paso adelante" que responde, además, al programa de gobierno que sustenta el pacto vigente.

Ordenanza del ruido

Por otro lado, entró en vigor la Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones. Esta norma viene a llenar el vacío que existía en la materia y que, en los últimos tiempos, "estaba siendo demandada por numerosos vecinos", porque la contaminación acústica se ha convertido "en un problema ambiental y social de primer orden". Entre los derechos de los ciudadanos están el de la salud y el descanso, así como el de la convivencia cívica, expone la concejala de Ordenación del Territorio, Beatriz Perdomo.

En esta ordenanza se prevén tres franjas horarias diferenciadas para establecer los niveles de ruido admisibles, las áreas acústicas, los valores límites de emisión para vehículos de motor y por las actividades, entre otras cuestiones. Así, en sectores del territorio con predominio de uso residencial, el nivel de ruido permitido entre las siete y las diecinueve horas será de 65 decibelios máximo.

Además, la citada concejalía está trabajando actualmente, y desde el inicio de la legislatura, "en otras importantes ordenanzas para nuestro municipio", entre las que cabe citar la referida a la regulación del uso de suelo público con terrazas y otro tipo de elementos, que vendrá a sustituir a la que actualmente está en vigor.