La llegada de la Fase 2 de la desescalada permitió ayer que cientos de personas volvieran a disfrutar, con ilusión y orden, del anhelado contacto con la arena y el mar en Puerto de la Cruz. El regreso se vivió con tantas ganas como sentido de la responsabilidad por parte de los bañistas en Playa Jardín, San Telmo y Martiánez, donde dieron un ejemplo de civismo y disfrute seguro y ordenado, sin olvidar la distancia social.

La Policía Local y la Policía Nacional hicieron rondas de control por las zonas más concurridas, donde no se produjo la temida avalancha. La afluencia fue escalonada y ahora todas las miradas se dirigen al fin de semana, cuando será más difícil controlar el respeto a las recomendaciones sanitarias. Por ahora, los espacios no están delimitados en la ciudad turística, donde las distancias se mantienen con creces en la arena y algo menos en el agua.

Los únicos puntos negros de la jornada de ayer: una primera mascarilla abandonada en la arena y algún grupo que se encuentra en la orilla y no respeta la distancia social, algo clave cuando no se lleva mascarilla. La prenda impuesta por el Covid-19 que algunos mantienen incluso para pasear por la orilla del mar.

Yurena Namahana reconoce que tenía algo de miedo respecto a la afluencia de gente en el primer día de playa después de más de dos meses de confinamiento, pero la experiencia fue tan agradable que, entre risas, afirma que "debería quedarse así". En el listado de cosas a mejorar, echó de menos la apertura de las duchas.

Fabián Sosa y Noé García valoran el comportamiento de los bañistas y esperan que se mantenga igual en el futuro, aunque no descartan que el espacio se tenga que delimitar de alguna forma. María Isabel Chávez esperaba "más masificación por tratarse del primer día", así que le sorprendió la tranquilidad. Pedro Real, residente en Punta Brava, se pudo reencontrar por fin con su vecino el mar, "después de tanto tiempo viéndolo y escuchándolo desde casa sin poder venir". Imeldo Bello había salido "poquitísimo de casa", así que cuando entró en el agua fue un momento especial: "Estuvimos hasta chillando de la emoción".

El alcalde portuense, Marco González (PSOE), visitó los espacios de baño para comprobar las medidas de vigilancia e información y, tras la ronda, hizo un balance positivo de esta jornada de reencuentro con la playa.