Los bañistas volvieron a las playas del Sur de forma moderada. Tras 70 días de estado de alarma, no hubo masificaciones. Pero hay que recordar que hoteles, apartamentos y otros alojamientos están vacíos. El sol espléndido y la buena temperatura ayudó a que fuera un "día perfecto" para pisar la arena y refrescarse.

Costa Adeje. Las playas del Duque y El Beril estaban cerradas y pocos vecinos caminaban por el paseo litoral. Teresa pensó "que ya nos podíamos bañar y pasear, pero llegó Protección Civil y nos desalojó". Al final, optó por caminar en bikini. A medio kilómetro de allí en dirección a La Caleta, en La Enramada, sí había unas pocas decenas de bañistas, pero separados unos de otros a considerable distancia. Dos jóvenes, Jesús y Génesis, llegaron desde Arico para disfrutar de la playa del Duque y se quedaron decepcionados. "No entiendo que la gente se reúna a beber en las terrazas y después no te dejen sentarte junto al mar o bañarte", explicó Jesús. "Me parece muy mal ver la playa así", apuntó Génesis. Y fueron a La Enramada.

Las Vistas (Los Cristianos). En este lugar se desbordaron las previsiones, pero, aún así, hubo espacio para guardar la distancia de seguridad. Como anunció el Ayuntamiento, la apertura fue escalonada. Tenían previsto abrir "cuatro sectores", pero la demanda obligó a ampliarlos. La arena se ocupó desde la entrada al muelle hacia Las Américas. A las 18:00 horas se desalojó a los usuarios. La pregunta de muchos ciudadanos a los socorristas era por qué la mitad de la playa estaba vacía. Y estos aclaraban que cumplían órdenes.

Granadilla. Todas sus playas abrieron ayer. En El Médano había gente, pero una cantidad muy inferior a cualquier día festivo o veraniego. Diversas familias con hijos de corta edad optaron por pasear. Fue el caso de Rosa Pinto y Daniel Rancel. Su hijo tiene ocho meses. Y decidieron que, por primera vez, se mojara los pies en el mar y sintiera el sol primaveral y el viento. Ahora ambos están en casa, por lo que decidieron disfrutar del agradable ambiente. Según Pinto, en la playa había "poca gente" para lo que suele ser habitual.

Piscina en casa. Carlos Parra, de origen cubano, y su esposa colombiana también paseaban junto a su hija de corta edad. Desde que se decretó la alarma es la segunda vez que la familia sale unida. Casi siempre ha ido él a comprar y a hacer gestiones. Prefieren no bañarse en el mar aún, solo pasear y disfrutar del sol y el paisaje. Como muchos, han comprado una piscina para bañarse en casa.

A hacer surf. Tres amigas jóvenes caminan por el paseo de madera. Una lleva una tabla de surf, otra un buggy y la tercera va a bañarse. Se dirigen a la playa de Leocadio Machado, donde incontables kitesurfistas aprovechan al máximo el viento y las olas. Una de las chicas es Nayra Raquel Rodríguez. Hace más de un año que disfruta del surf y explica que al paraje al que va "hay sitio para todos".

Estudios y el mar. La joven Bárbara León volvió ayer a "su" ansiado mar. "Soy de El Médano de toda la vida", aclara, y se ha pasado el confinamiento en su casa de dicho pueblo, junto a su madre. Ha aprovechado para estudiar. Cursa segundo de Matemáticas y este viernes ya tiene su primer examen por internet. No puede disimular su sonrisa y asegura que ayer el agua "estaba perfecta". Ayer esperaba encontrar a mucha más gente en la playa.

Salvamento. Miguel Ángel Beltrán es director gerente de la empresa Samur Canarias, concesionaria del servicio de socorrismo y primera asistencia médica en las dos playas de El Médano, La Tejita y La Lajita. Su personal está operativo, por contrato, de 10:00 a 15:00 horas, cuando el guardavidas retira la bandera verde e iza la roja, con el símbolo adecuado para los daltónicos. De esa manera se indica que, a partir de las tres de la tarde, ya no hay personal de salvamento y que cada uno se bañará bajo su responsabilidad. Beltrán se mostró ayer satisfecho del comportamiento de los bañistas. "La colaboración ciudadana ha sido casi del 100 por ciento en las playas de Granadilla", explicó.