Todas las personas consultadas por El Día coinciden en que el número de bañistas que durante esta mañana se han reunido en la playa permite disfrutar de un baño y unas horas de sol de forma tranquila y segura. No se produjo la temida avalancha y todas las miradas se dirigen ahora al fin de semana, y los festivos, cuando la afluencia se puede incrementar de forma notable, lo que haría más difícil controlar el respeto a las recomendaciones sanitarias. Por ahora, los espacios no están delimitados. Las distancias se mantienen con creces en la arena, y algo menos en el agua.

Los únicos puntos negros: una primera mascarilla abandonada en la arena y algún grupo que se encuentra en la orilla y no respeta la distancia social, algo clave cuando no se lleva mascarilla.

La Policía Nacional y la Policía Local hacen rondas periódicas de vigilancia para comprobar que se siguen respetando las normas.