"En algún momento tenemos que hacer vida normal, no podemos tener miedo". Con estas palabras resumió este lunes 25 de mayo Dilia Urkiza lo que había sentido al acercarse a una gran superficie comercial de la capital tinerfeña para realizar sus primeras compras después de más de dos meses encerrada en casa. Esta mujer afirmó haberse sentido "muy segura" durante todo el recorrido, ya que los centros comerciales, que abrieron de nuevo sus puertas en la Isla, han implementado estrictas medidas de seguridad.

A primera hora de la mañana, decenas de personas hacían cola poco antes de la apertura de los parques comerciales en la capital. La entrada de Tenerife en la Fase 2 de la desescalada, permitió a estas grandes superficies volver a recibir clientes, aunque con limitación de aforo al 40%. También han tenido que instalar puntos de desinfección, se mantiene la prohibición de utilizar las áreas infantiles y de descanso y se hace especial hincapié en que se debe mantener en todo momento la distancia de seguridad.

Entre los clientes de este primer día había compradores que habían acudido tan solo para echar un vistazo y otros que fueron expresamente en busca de un artículo en especial. Este fue el caso de Urkiza, quien reconoció que su visita estaba motivada por una barra de labios. "Ya no me quedaba de mi preferida y la echaba de menos, yo no puedo salir de casa sin maquillaje", aseguró, aunque lamentó que ahora con la utilización obligatoria de la mascarilla "apenas se me ve".

También en busca de algo concreto se acercó este lunesYunierky Luna a una gran superficie comercial. En este caso, un juguete para un cumpleaños hizo que Luna tuviera que recorrer varios establecimientos hasta encontrar el regalo perfecto. "Hay muchas medidas de seguridad, todo está muy bien", admitió y señaló que a pesar de que en algunos lugares había que hacer algo de cola para entrar, era necesario ya que así se evita que se produzcan aglomeraciones.

Bajo su punto de vista, es conveniente que "la gente salga a comprar a los negocios de aquí", ya que si no "esta crisis nos va a arrastrar a todos", por lo que consideró que los tinerfeños que puedan "deben apoyar al comercio" para suplir la falta de turismo.

Gilberto Padrón fue otro de los que este lunes también se animó a acudir a los centros comerciales en el primer día de su reapertura. "Tenía que buscar un regalito y por suerte lo he encontrado", comentó. Para él lo peor de volver a salir a la calle es "tener que llevar puesta la mascarilla, porque es molesta", aunque reconoció que se trata de una molestia "necesaria" para garantizar la seguridad. Una precaución que bajo su punto de vista nunca se perdió en esta primera jornada de apertura en los centros comerciales. "Hay gente, pero no aglomeraciones, yo no he sentido miedo", ratificó.

Natalia y Oliver Hernández llevaban tiempo esperando poder volver a ir de tiendas. "No buscamos nada concreto, hemos venido de compras, pero ya nos hemos llevado varias cremas y ropa", puntualizó la primera. Ambos consideran que las medidas de seguridad son muy correctas. "Tienes guantes, gel y se mantiene la distancia de seguridad", aseguró él.

Bajo su punto de vista, acudir a estos grandes establecimientos "es seguro" y ratificaron que tanto uno como el otro tenían ya muchas ganas de volver a salir a la calle, aunque fuera en esta nueva normalidad a la que todavía se están adaptando.

No solo los compradores deben aclimatarse a esta nueva situación, también los establecimientos aseguran que para ellos estas primeras semanas será un periodo de adaptación.

El jefe de Comunicación, Relaciones Externas y Relaciones Institucionales del Grupo El Corte Ingles en Tenerife, Alfredo Medina, manifestó que la acogida en este primer día de reapertura está siendo "muy buena, ordenada y escalonada". Aseguró que la intención de los grandes almacenes en esta primera jornada es "trasmitir una sensación de seguridad, para que la gente entienda que venir a un centro comercial no es una actividad de riesgo, sino segura, y que puedan hacerlo con la misma normalidad de siempre, aunque con pequeñas variaciones".

Por eso, este establecimiento cuenta con marcas en el suelo para garantizar la distancia de seguridad, mamparas en los terminales de cobro para evitar contactos, se han precintado los probadores de los artículos de belleza y maquillaje y además se seguirá un protocolo de limpieza y desinfección de aquellas prendas que sean probadas o devueltas por los clientes. "El público sabe que entramos en un tiempo donde hay normas distintas a las de la última vez que nos visitó, medidas que protegen su salud y la de los empleados", insistió Medina. Por eso, la previsión de los grandes almacenes es poder ir recuperando gradualmente la actividad "a medida que el público recupere la confianza".