El Cabildo de Tenerife Una vez finalicen los trabajos de rehabilitación, que ya han sido adjudicados por un valor de 835.310 euros, esta infraestructura posibilitará el procesado de 78.000 toneladas anuales de desechos de la llamada fracción orgánica, que después de un tratamiento podrán ser reutilizados en el sector primario y que ahora van a parar directamente a la celda de vertido.

Así lo explica el consejero insular de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez, quien afirma que la planta lleva parada y en estado de abandono desde que los gases producidos durante el proceso de tratamiento generaron corrosión en la cubierta, que acabó derivando en daños estructurales. Para Rodríguez la situación ha sido "dramática", ya que durante estos años se han estado enterrando materiales que podrían haber tenido una segunda vida. "Hemos querido resolver esta problemática en este mandato, ya que no es coherente predicar en favor de la sostenibilidad y la economía circular y mantener paralizado este recurso", sostiene. De esta manera, con su reactivación, "estaremos dejando de enterrar residuos y empezaremos a generar un recurso".

Sin embargo, el consejero reconoce que cuando se ponga en marcha de nuevo planta, -previsiblemente en unos seis meses-, tampoco será capaz de procesar todos los desechos de la fracción orgánica, que en total alcanzan las 160.000 toneladas al año en la Isla. Por eso, su objetivo es poder ampliar la capacidad de esta instalación en los próximos años para poder reutilizar la totalidad de estos residuos.

Contenedores orgánicos

Rodríguez explica que se debe diferenciar entre el material que se obtiene a través de la planta de bioestabilización y el que se genera recurriendo al compostaje. El primero se saca después de realizar un triaje de los desechos que van a parar al contenedor gris, por lo que no se trata de un material de la misma calidad que el compost, que se realiza solo con residuos orgánicos que han sido separados en origen. Sin embargo, todavía ningún municipio de la Isla ha instalado contenedores específicos para la materia orgánica, aunque Rodríguez avanza que hay algunas localidades que tienen avanzada la tramitación para poder ofrecer el llamado quinto contenedor.

Otra de las obras que el Cabildo tinerfeño va a acometer en el Complejo Ambiental de Arico en las próximas fechas es la ampliación de la planta de tratamiento de envases. Una instalación que se ha quedado obsoleta con el paso de los años y que ya no puede hacer frente a la cantidad de estos materiales que llegan al complejo para ser reciclados.

De esta manera, el Cabildo invertirá 2,7 millones de euros en estos trabajos, que permitirán que esta planta procese hasta 18.000 toneladas anuales de envases, frente a las 7.000 para las que está programada, aunque en estos momentos está procesando 10.000 para poder abarcar la cantidad de envases que se genera en la Isla.

Automatizar la planta

Rodríguez admite que Ecoembes lleva advirtiendo desde 2009 de la necesidad de contar con una planta en mejores condiciones. La actual tiene un funcionamiento manual, que poco a poco ha ido quedando obsoleto a medida que se ha incrementado la concienciación de los ciudadanos y se ha aumentado los niveles de reciclaje de estos materiales. "Ahora vamos a automatizar la planta, para convertirla en una instalación del siglo XXI, que nos dará margen para poder seguir procesando estos residuos a medida que vayan aumentando en los próximos años", asegura Rodríguez. De manera que a través de los trabajos previstos, se ejecutarán las adaptaciones necesarias para pasar de un proceso manual a uno automático, aumentando así la capacidad de tratamiento. Se pasará de este modo de 2,55 a cinco toneladas por hora, aunque podrá alcanzar picos de actividad de seis toneladas.

El Cabildo tinerfeño ya ha dado luz verde a ambos proyectos y ha autorizado los trámites necesarios para la adjudicación de los contratos de estas dos obras en el Complejo Ambiental de Tenerife, en Arico, y se prevé que los trabajos puedan comenzar durante la primera quincena de junio.

Estas dos obras tienen el objetivo de aumentar la vida útil de la celda de vertido, reduciendo la cantidad de residuos que van a parar allí. Ya que este será también uno de los objetivos que deberá cumplirse tras la adjudicación del nuevo contrato de gestión de residuos de la Isla, que en estos momentos está en fase de adjudicación. "Cuanto más larga es la vida de la celda de vertido más sostenible es la gestión de residuos", asume Rodríguez, y precisamente este será uno de los aspectos que se tendrá en cuenta en las diferentes ofertas que se han presentado para hacerse con este jugoso contrato de 715 millones de euros. "Tenemos que dejar de ver los residuos como basura para considerarlos un recurso", recalca Rodríguez.

Inversión total

En conjunto, la inversión prevista tanto para la ampliación de la planta de tratamiento de envases como para la recuperación y puesta en marcha de la planta de bioestabilización asciende a algo más de 3,6 millones de euros. Una inversión que forma parte de las medidas del pacto para la reactivación económica de Tenerife, en el que se incluye el plan de choque puesto en marcha por la Corporación insular, para hacer frente a los efectos que la irrupción del Covid-19 ha dejado en la economía de la Isla.

Las obras, en las que trabajarán 34 personas, comenzarán durante la primera semana de junio, según las previsiones. Los plazos de ejecución de los trabajos son, en principio, de ocho meses para la automatización de la planta de envases y de seis para la reparación de la planta de bioestabilizado.