La Comisión de Evaluación Ambiental de Tenerife ha dado luz verde a la instalación de la planta que se utilizará para reciclar las más de 7.800 toneladas de neumáticos que permanecen en el Complejo Ambiental de Arico. De esta manera, la actuación para eliminar el conocido como "cementerio" de neumáticos ubicado en esta instalación solo está a la espera de que se le conceda la licencia municipal para poder comenzar los trabajos.

Así lo asegura el consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez, quien mantiene que tras haber obtenido la aprobación medioambiental solo falta que se le conceda la autorización por parte del Ayuntamiento de Arico.

Este cementerio de neumáticos fuera de uso se generó después de que se fueran almacenando en el Complejo Ambiental de Arico toneladas de estos residuos entre 2001 y 2006. Tras años de abandono, se convirtieron en un problema medioambiental para la Isla, que se vio evidenciado cuando en 2016 un gran incendio arrasó el cementerio de neumáticos de Seseña, en Toledo, quemando 88.000 de las 100.000 toneladas que allí se habían acumulado de forma ilegal.

Ya desde aquel momento, el anterior consejero socialista responsable de este área, José Antonio Valbuena, aseguró que el Cabildo llevaba tiempo trabajando para proceder a la retirada de estos residuos que ocupan un espacio de 90.000 metros cuadrados del Complejo Ambiental.

Sin embargo, la actuación se ha ido retrasando y finalmente fue en septiembre cuando el nuevo equipo de gobierno de la Institución insular aprobó el contrato para la retirada y tratamiento de los residuos de neumáticos, siendo una de las primeras medidas del consejero responsable del área en estos momentos, Javier Rodríguez. "Fue una de nuestras primeras actuaciones y lo consideramos importante porque se trataba de dar solución a una problemática de hacía más de 15 años", evidencia.

Los trabajos fueron adjudicados en septiembre a través de tramitación ordinaria y procedimiento abierto a la empresa Gescaneus SL por un importe de 2,1 millones de euros.

Sin embargo, ocho meses después los neumáticos continúan en el mismo sitio y no han podido ser retirados. "No se ha podido comenzar con la retirada y el tratamiento porque se necesitaban dos trámites, uno era la autorización ambiental que ya tenemos y el otro la licencia municipal", explica el responsable insular.

Para llevar a cabo la actuación es necesaria una gran trituradora que se encargará de moler los neumáticos. Para ello, primero se realizará un lavado para retirar los sedimentos que tendrán tras de más de 15 años de abandono. Después de ser triturados los desechos se sacarán de la Isla por parte de un gestor autorizado.

La planta se instalará dentro de una parcela propiedad del Cabildo en el Polígono Industrial del Complejo Ambiental. Rodríguez expone que el adjudicatario ya tiene dispuesto todo lo necesario para comenzar a trabajar, incluso asegura que puede reducir el tiempo de duración de los trabajos, que en un principio estaba previsto que se ejecutasen durante seis meses.

El consejero insular asegura que en los últimos meses desde el Cabildo "hemos intentado agilizar los trámites" y espera que lo más pronto posible puedan comenzar los trabajos.

La problemática del almacenamiento de neumáticos en el Complejo Ambiental de Arico se inició en 2001. Fue en ese momento cuando entró en vigor la prohibición de la eliminación por depósito en vertedero de los neumáticos enteros a partir de 2003 y de los neumáticos troceados a partir de 2006. Atendiendo a esta normativa, el Gobierno de Canarias autorizó en 2003 al Cabildo a depositar estos residuos en el Complejo Ambiental de Arico, donde se almacenan hasta 2006, cuando se inicia el sistema integrado de gestión. Desde ese momento, ya no se han vuelto a depositar este tipo de residuos en la instalación.

Rodríguez explica que ahora los ciudadanos abonan la retirada y el tratamiento del viejo neumático cuando compran uno nuevo, por lo que son las empresas las que se encargan de retirar estos desechos a través de gestores privados autorizados. "Por eso, a partir de ese momento se dejó de acumularlos", apunta.

Sin embargo, esos tres años de acumulamiento han perpetuado hasta la actualidad un problema ambiental, que aunque en vías de resolverse, todavía tendrá que alargar algo más su proceso.