¿Cuáles han sido los resultados de los test en las residencias?

Con todas las cautelas porque la crisis no ha terminado y puede haber contagios, en todos los centros de gestión directa del IASS ha habido cero positivos entre los usuarios y trabajadores.

Pero sí se han detectado casos en otros centros concertados o privados...

Ha habido casos aislados. Donde hemos tenido más problemas ha sido en las residencias privadas de Tegueste y Tacoronte y los dos se han ido reconduciendo con éxito.

¿Cómo se va a llevar a cabo la desescalada en los centros residenciales y de día?

Desde el Cabildo no vamos a abrir ningún centro hasta que tengamos al 100% garantizados los protocolos y las medidas de seguridad que necesitamos. Llevamos días trabajando en ello y lo haremos de forma coordinada con el Ministerio y el Gobierno de Canarias.

¿Está garantizado el material de protección?

Hemos tenido en todo el periodo material suficiente. Estamos haciendo acopio de más material por si hay algún repunte. Ya ha venido un pedido que hicimos a China y estamos haciendo nuevos junto al Gobierno de Canarias y la Fecam, para no vernos en situaciones de escasez.

¿Cómo va a abordar el Cabildo la gestión de esta crisis social?

Hemos aprobado el plan de choque con casi 150 millones de euros de los que una parte importante va a ir la acción social, para paliar los efectos inmediatos que está teniendo la crisis, sobre todo en ayuntamientos con ayudas de emergencia. Entendemos que la crisis va a requerir de medias extraordinarias, sobre todo para colectivos más vulnerables, como personas mayores, personas sin hogar, migrantes en situación irregular y mujeres prostituidas. También trabajamos en el refuerzo del anillo de políticas sociales. Además, queremos desarrollar de forma conjunta con el área de Desarrollo Económico y la Universidad de La Laguna un observatorio que nos pueda elaborar un diagnóstico de la situación, para ir valorando los efectos de la crisis en el plano económico y social. Van a tener que cambiar cosas, ya no se podrá ir como antes a los centros, por lo que tendremos que intensificar mucho la ayuda a domicilio. El trabajo con las entidades en el anillo insular de políticas sociales se tiene que ver muy reforzado porque nosotros como administración no vamos a poder llegar a todo y tendremos que hacerlo a través de las ONG. Tenemos que reforzar el tercer sector porque van a ser las herramientas para poder llegar a la gente. En esto es fundamental la coordinación interadministrativa. No podemos estar en una guerra de medidas, me parece una carrera absurda. Es muy importante la coordinación entre las administraciones, que sería mejor si ya estuviera desarrollado el reglamento de la Ley de Servicios Sociales.

¿Está interfiriendo en la gestión esta situación?

La ley está aprobada, pero está pendiente el desarrollo reglamentario. No tenemos, por ejemplo, una historia social única, con lo que hay personas que pueden estar recibiendo ayudas de distintas administraciones sin que estas lo sepan. Una cosa que ahora me importa poco, pero sí me importa las que no reciben por ninguna. No tenemos establecido el sistema de concierto para poder trabajar de forma ágil con el tercer sector y poder darles los recursos necesarios. No tenemos una red jurídica que sustente en estos momentos la acción social y eso hace que estemos flotando en el aire.

¿Cuál se encuentran las ONG?

Muchas se están viendo desbordadas, están haciendo un esfuerzo titánico con voluntariado y con su propio personal, pero se están viendo con escasez de recursos y medios. Por eso, nosotros en el plan de choque tenemos dos medidas, una que tiene que ver con medio millón de euros que va directamente a las ONG y las líneas de subvenciones al tejido asociativo.

¿Cuánto ha aumentado la demanda de ayudas ?

Es muy difícil de conocer. Por eso, es importante el observatorio que queremos desarrollar para saber el diagnóstico social y que podamos actuar con rigor. Ahora mismo sabemos que los ayuntamientos están prácticamente desbordados en solicitud de ayudas sociales y que los presupuestos que tenían para esto están destrozados. Por eso, tenemos una ayuda para colaborar con este sobrecoste y también con personal.

¿Cuál es el perfil de las personas que buscan ayuda?

El punto de partida en Canarias no era bueno, teníamos unos índices de pobreza muy altos. Hay que tener en cuenta que reclaman ayudas las personas que se encontraban en situación de vulnerabilidad antes y ahora también mucha gente que se ha quedado sin ingresos y en situación de pobreza repentina. Esperemos que con el cobro de los Ertes y su ampliación en el sector turístico la presión baje un poco, porque también en estos meses se complementará con el Ingreso Canario de Emergencia que va a paliar la avalancha inicial de ayuda que teníamos. Pero luego vamos a tener unos índices de paro seguramente nunca vistos en esta Isla y ahí es donde tenemos que ser muy rigurosos en las políticas sociales que vamos a desarrollar. Esto no es caridad, la acción social tiene que ser trasversal. Por ejemplo, va a haber inversión pública para reactivar la economía y mucha se va a ir al sector de la construcción. Nosotros proponemos que se refuercen los planes de infraestructuras sociosanitarios porque esas construcciones tienen reversión social. La construcción será un sector clave, pero tenemos que contratar a empresas que garanticen presencia de mujeres, no puede ser que la crisis la volvamos a pagar nosotras.

¿Teme que las mujeres se vean más afectadas?

Tienen los salarios más bajos y cuando al final en casa alguien se tiene que quedar cuidando a la persona dependiente o al menor, se quedará ella. Las mujeres tenemos todas las de perder en las crisis. Desde lo público tenemos que poner herramientas o volveremos a ser las que más la vamos a pagar.

¿Se ha concretado el refuerzo de los planes de infraestructuras sociosanitarias?

La Consejería nos reunió a todos los cabildos y para ver cómo los reforzábamos y temporalizamos porque son inversiones difíciles de ejecutar. Entendíamos que la reactivación económica mediante la inversión pública tiene que ser a medio plazo y que es vital que esas infraestructuras tengan un lugar importante, porque es dinero que revierte nuevamente en lo público y en la generación de empleo.

¿Se han incluido estas obras entre las inversiones del plan de choque?

Dentro de nuestras prioridades está reforzar el departamento del IASS para impulsar el plan de infraestructuras e intentar activar lo antes posible el mayor número de rehabilitaciones, obras y nuevas construcciones. Tenemos que reforzar la ayuda a domicilio y crear plazas públicas, porque es previsible que familias que estaban pagando con mucho esfuerzo una residencia privada o concertada no puedan hacerlo al quedarse en paro.

¿Cómo se trabajará con los mayores en esta nueva etapa?

Llevamos trabajando desde hace tiempo en el Plan Integral del Mayor. La vida cotidiana de las personas mayores y sus necesidades van a cambiar radicalmente. El ser mayor es un momento vital que puede ir desde la jubilación hasta el momento en el que se requiera asistencia por una demencia. Planteamos un programa de acompañamiento en todas las etapas. Vamos a trabajar desde la autonomía, pero no solo en la física, sino en la capacidad de que puedan decidir qué quieren hacer con su vida y cómo quieren vivirla. Las actividades de ocio y tiempo libre están bien porque eso es calidad de vida, pero tenemos que trabajar otras vertientes. El trabajo que hacemos es el de hilar todas las políticas y darles coherencia.

¿Qué previsión tiene el Cabildo de cara a los próximos meses de esta crisis social?

Tenemos que seguir alerta a la crisis sanitaria, esto no ha terminado. La crisis social es una crisis sin precedentes. No es una crisis financiera ni estructural, lo que nos da cierto alivio porque sabemos que hay recuperación, pero tenemos que conseguir que sea lo antes posible porque el agujero social que se está haciendo es el más profundo que hemos tenido nunca.