La intervención realizada en los dos últimos meses por Cáritas Diocesana de Tenerife ha permitido censar a más de quinientas personas que viven en infraviviendas como cuevas, barrancos, asentamientos, infraviviendas, coches o casas abandonadas. Estos datos fueron facilitados ayer por el director de la organización no gubernamental dependiente de la Iglesia Católica, Juan Rognoni, durante la visita que solicitó realizar el presidente del Cabildo de la Isla, Pedro Martín, para conocer Café y Calor, uno de los seis recursos que tiene activos en la provincia, y con los que colabora la Corporación insular.

Juan Rognoni precisó que estas más de quinientas personas que viven sin recursos han sido censadas gracias a las dos Unidades Móviles de Atención en Calle (UMAC) que están activas en el Norte y el Sur de Tenerife, así como en La Palma. "Las hemos podido localizar como es el recurso el que sale al encuentro y las va a buscar con el objetivo de poder cubrir sus necesidades básicas, siendo fundamental la colaboración de algunas comunidades parroquiales que ayudan en el reparto de kits de higiene, alimentos, mantas y sacos de dormir, así como agua potable. Junto al director de Cáritas, participó en la visita la responsable de Acción Social de la organización, Úrsula Peñate, que no ocultó la preocupación por el futuro que le espera cuando se levante el estado de alarma a las personas que están en los cuatro albergues que se han instalado en Santa Cruz, La Laguna, Granadilla de Abona y Los Cristianos (Arona) durante el confinamiento.

Según explicó la responsable de Acción Social de Cáritas Tenerife, más de trescientas personas se pueden beneficiar de esa asistencia en albergues -los de Santa Cruz y La Laguna tienen 30 plazas cada uno, y Granadilla y Los Cristianos, 20- así como de las plazas que las concejalías de Asuntos Sociales de diferentes ayuntamientos tienen concertados en varias pensiones de la Isla. Incide en la pregunta del millón: "¿Qué pasará con todas estas personas cuando se levante el confinamiento y se restituya la normalidad?".

El propio director de Cáritas Tenerife precisó que durante estos dos meses de cuarentena se ha incrementado en número de familias que se han acercado a la organización dependiente de la Iglesia Católica en busca de comida. Después de incidir en la entrega de los voluntarios y sacerdotes, Juan Bognonio puso como ejemplo de la evolución de la crisis sanitaria el incremento de la demanda. "En las primeras semanas de la pandemia las parroquias de la Diócesis atendían a unas 300 personas, un número que luego pasó a 800 y en la actualidad unas 1.600". Esto solo en lo que respecta a aquellas familias que acuden a las Cáritas parroquiales o archiprestales que se localizan en la provincia, precisó.

Café y Calor, abierto 24 horas

La incidencia de la pandemia y el decreto del estado de alarma, que se tradujo en la orden de confinamiento, llevó a Café y Calor a mantener activo este recurso las 24 horas del día, si bien su horario habitual, antes de la época del Covid-19, era de 20:00 horas a 08.00; o sea, los usuarios acudían allí para asearse, pernoctar y por la mañana desayunar y salir a la calle. Desde el trabajo en primera línea, Úrsula Peñate evidencia su experiencia: "hay personas que tienen una pensión no contributiva o una ayuda que no le da para poder alquilar una habitación por la que le piden unos 300 euros". Y sentencia: "No se podrá resolver el sinhogarismo mientras no se les garantice una vivienda".

En la conversación con la consejera de Asuntos Sociales, Marian Franquet, que acudió con Pedro Martín a la visita de Café y Calor, en la avenida de Bélgica, su homóloga del área en Cáritas le preocupación por los protocolos de seguridad en los que se trabaja para garantizar la vialidad de estos centros, y precisó que este centro de "baja exigencia" recortó de 30 a 25 su capacidad durante el confinamiento y ahora está pendiente de la nueva normativa. Marian Franquet recordó que el Cabildo se ha encargado de revisar los centros que existen en la Isla y trasladar la información al Gobierno canario, administración que se encargará de fijar las condiciones.

El director de Cáritas Diocesana aprovecha para agradecer y poner el ejemplo el hotel de Puerto de la Cruz que estaba a punto de comenzar una obra de remodelación. "Llegó el estado de alarma y lo cedió para que durante este tiempo pudiera dar acogida a personas sin hogar, un servicio que estamos prestando nosotros".

El presidente del Cabildo, Pedro Martín, explicó que desde la Institución Insular se quiere dar no solo un apoyo solidario a las organizaciones como Cáritas Diocesanas o Cruz Roja Española que, junto a sus voluntarios, se están volcando en esta crisis sanitaria y llegan donde no puede llegar la administración. Por este motivo, que han incrementado las partidas económicas e incluso se han aliviado los periodos en la tramitación y concesión para hacer posible que subvenciones que antes se tardaban un año en reciben ahora casi se puedan ingresar sobre la marcha.

Pedro Martín confirmó que en los dos últimos meses -coincidiendo con la incidencia del COVID-19- se ha incrementado la carencia de lo más básico, por lo que desde el Cabildo se ha intensificado la acción social para avanzar y garantizar los recursos económicos de las ONG y actuar en un problema generalizado. El presidente del Cabildo insular prefiere esperar a que concluya el mes de mayo para "poder tener una idea de como va a acabar la situación y encarar la reactivación de la economía de la Isla ante el temor que provoca la incertidumbre actual".

"En los meses de junio y julio se prevé que mejor la economía de Tenerife. Ahora lo que toca es seguir los consejos sanitarios sobre el uso de mascarillas, la distancia social... porque la Isla, ni la población ni la economía, se puede permitir una vuelta atrás". Y añadió: "Están abiertas las líneas de crédito por si fuera necesario suplementarlas", aseguró Pedro Martín, para recordar el esfuerzo para dar más becas o el medio millón de euros para los niños de "cuota cero" en centros infantiles.

Cáritas Diocesana informó ayer que durante el confinamiento intensificó la prestación de sus servicios en los 111 parroquias de la Diócesis de Tenerife. Desde el pasado 23 de marzo hasta la fecha, esta organización de la Iglesia Católica ha salido al rescate de 3.100 familias y colectivos de mayor vulnerabilidad; de ellos, 694 nuevos demandantes.

Junto a la atención, acogida y escucha, un total de 303 voluntarios -de ellos, 67 sacerdotes- se han entregado a este servicio junto a los quince profesionales del Departamento de Animación al Territorio.

Por comarcas, más de la mitad de peticiones de ayuda se localizan en los arciprestazgos de Granadilla e Isora, así como en zona centro de Santa Cruz y en los números de Taco, La Salud y Ofra, en el área metropolitana. El perfil del nuevo demandante corresponde a familias con varios menores a cargo sin prestación de desempleo ni derecho a prestaciones.