A los mandamientos de la ley de Dios o de la Santa Madre Iglesia se suman desde hoy las normas para después del Covid-19 (d.C.) promulgadas por la Conferencia Episcopal Española y decretadas el pasado miércoles por el obispo nivariense para su aplicación en los templos de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Dado que gomeros y herreños llevan una semana de ventaja al resto de los habitantes de la provincia, el prelado, Bernardo Álvarez, arranca con las instrucciones de uso en cada fases que estarán supeditadas al cambio de etapa que determinen las autoridades sanitarias. Desde hoy, toda la Diócesis está en fase 1.

Primera fase. Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias, respetando la distancia de seguridad. Habrá que dar preferencia al acompañamiento de las familias en el duelo, recomienda. Esta experiencia la comenzó la semana pasada La Gomera y El Hierro y desde hoy se incorporan Tenerife y La Palma.

Segunda fase. Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios sanitarios, organizativos -mitad del aforo, higiene, distancia de seguridad-. Aunque La Gomera y El Hierro hayan sido pioneros, no cambian de etapa hoy. Siguen en fase 1.

Tercera fase. Vida pastoral, dentro de lo que se ha venido a denominar "nueva normalidad", teniendo en cuenta las medidas necesarias hasta que se disponga de una vacuna para este coronavirus. El paso de una fase a otra es decisión de las autoridades sanitarias.

El decreto de medidas de prevención para la celebración del culto público en los templos y utilización de otras dependencias pastorales durante la desescalada se extiende en poco más de cinco folios en los que analiza las cada fases, entrando a detallar cómo relacionarse dentro del templo -antes, durante y después de la celebración- o consejos sobre cómo se deben impartir los sacramento y hasta la utilización de las dependencias parroquiales.

Normas de seguridad

Todas las recomendaciones han sido resumidas en nueve mandamientos para después del Covid-19 (d.C.) que, en algunos casos, se han expuesto a la entregada de los templos. De forma sucinta se podrían simplificar en no tocar nada al entrar y salir de la iglesia (incluidos santos, lampararios o puertas), usar gel desinfectante al entrar y salir, hacer uso de la mascarilla, no dar el abrazo, ni el beso, de la paz, mantener la distancia de 2 metros entre personas, no hacer grupos ni tocar a otras personas, comunión en la mano, obedecer a las personas que irán indicando la colocación en los bancos y coordinarán la salida y realizar la colecta al finalizar la misa, en una cesta que se colocará a la salida.

Algunos párrocos, como el titular de La Concepción de La Orotava, han sido tan previsores que hasta han divulgado un plano de la distribución de la feligresía por bancos según las fases, con ocupación de un tercio del aforo, desde hoy; o de la mitad, en el futuro.

El primer mandamiento decretado por el obispo de Tenerife encarga a los sacerdotes diocesanos que instruyan a los fieles sobre la necesidad de adoptar las recomendaciones de higiene para preservar la seguridad en los templos y evitar el contagio del coronavirus. Se incide en que los fieles acudan a misa con mascarilla, las pilas de agua bendita deben continuar vacías, tanto el cáliz como la patena se prepararán con las manos desinfectadas y con mascarilla, se recomienda reducir el número de monaguillos o acólitos, establecer turnos para estar en la sacristía o en el despacho parroquial solo personas imprescindibles, no darse el beso de la paz ni entre los concelebrantes, o evitar el contacto físico con fieles o objetos que se vayan a bendecir.

El obispo plantea sustituir el confesionario por espacios amplios y con medidas de seguridad garantizando la confidencialidad, y confesor y feligrés con mascarillas; o bautizos breves y con agua sin retorno; en las bodas, solo los novios manipularán los anillos, y en los duelos se recomienda evitar muestras de afecto en funerales entre el número de asistentes que determinen las normas sanitarias; desde hoy se autorizan hasta diez en velatorios cerrados y quince en espacios abiertos, mientras aplaza primeras comuniones y confirmaciones.