El Ayuntamiento de La Orotava acordó ayer, en sesión plenaria extraordinaria y por unanimidad de los grupos que conforman la Corporación municipal, suspender las fiestas patronales de este año, ante la situación de emergencia sanitaria y estado de alarma declarado por el Gobierno de España. Además, se suspenden todos los eventos culturales, lúdicos y deportivos y todos aquellos que supongan cualquier tipo de aglomeración, incluidas las ferias, hasta el próximo mes de octubre.

La decisión adoptada ayer por el máximo órgano de la Corporación orotavense contó con la opinión favorable de la Comisión Mixta de las Fiestas.

Es preciso resaltar que estas fiestas de la Villa han cobrado gran protagonismo con el paso del tiempo y se han convertido en "todo un reclamo turístico nacional e internacional", además de estar profundamente arraigadas en el pueblo de La Orotava y tener un gran valor para los orotavenses "y todos los que han participado en ella, de una forma u otra, a lo largo de la historia".

Las fiestas, vinculadas al arte efímero de las alfombras, nacieron entre los años 1844 y 1847 de la mano de la familia Monteverde, precisamente para dar mayor devoción a la celebración de aquellas que se celebraban en honor al Corpus Christi. A partir de ahí, surgió el arte de cubrir de flores las calles empedradas del casco antiguo para el paso de la procesión del Santísimo. Desde aquella fecha hasta la actualidad se han celebrado de forma continua, excepto un año: en 1891, que, precisamente, también se suspendieron con motivo de una pandemia mundial. En aquella ocasión la causa fue la viruela.

Segunda suspensión

El historiador José Maza publicó un escrito, hace años, haciendo referencia a esta pandemia universal y a que la prensa de aquella época recogía, entre las consecuencias dramáticas de la convulsa situación sanitaria, "la suspensión, por primera vez en la historia, de las alfombras de flores y fiestas en honor a San Isidro". "Pocos países a escala mundial se libraron de padecer las graves consecuencias de la viruela, siendo notorias las escasas precauciones que tomaban las autoridades sanitarias ante la magnitud de este problema", se reflejaba hace 129 años en la prensa local de la época, que recogió esta medida con satisfacción porque reconocía que "en la Villa se estaban haciendo notables esfuerzos para controlar la enfermedad". A diferencia de otros pueblos, La Orotava adoptó medidas urgentes desde que se detectaron los primeros casos en la Isla. Aunque las fiestas de las alfombras y la romería se suspendieron, sí se mantuvieron los actos religiosos.

El alcalde

Francisco Linares lamenta que sea necesaria la adopción de estas medidas. El regidor de orotavense defiende que ante la actual situación sanitaria que afecta a la humanidad y teniendo en cuenta el estado de alarma, "es obligatorio evitar este tipo de eventos o cualquier acto que invite a la aglomeración y es necesario primar en acciones que garanticen la salud de todos los ciudadanos". A juicio de Linares, "es responsabilidad de todos evitar males mayores y contribuir con nuestro granito de arena, cumpliendo todas las medidas y normativas relacionadas con el Covid-19", apostilló.

El alcalde trata de inculcar ánimo a los vecinos ante esta tesitura y les informa de que, aunque no se celebren los principales actos de las fiestas patronales de La Orotava en las calles de la Villa, como es tradición, "los orotavenses viviremos en nuestros corazones nuestras tradicionales y singulares fiestas y se harán actividades, que ya se anunciarán, para vivirlas desde nuestros hogares".