La Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate) advierte que en la actualidad las cabezas de ganado basto que quedan en toda la Isla no superan las 800. Este es el resultado de un censo que ha elaborado la propia asociación a raíz de las dificultades que está atravesando el sector con motivo de la crisis económica y social que ha ocasionado la irrupción del coronavirus. La suspensión de romerías, arrastres y ferias de ganado por razones sanitarias ha dejado a los propietarios de estos animales sin su principal fuente de ingresos para la alimentación de estos ejemplares, lo que pone en serio peligro la supervivencia de esta raza autóctona.

Así lo asegura desde Agate Santiago Cacho quien afirma que "es alarmante los ejemplares que quedan en la Isla, un número muy bajo, que si no desciende más es precisamente por su participación en este tipo de actos", insiste. Debido a que no se trata de un animal del que ganadero obtenga una alta rentabilidad, su crianza está quedando poco a poco relegada en favor de otras especies de ganadería más intensiva. "El que tiene estos animales es por amor, lo haces de forma altruista y hay que tener mucha ilusión, porque de rentabilidad nada", asegura Cacho.

Es por eso, que a través de la asociación se ha reclamado a los ayuntamientos que destinen los fondos que tenían consignados para la participación de estos animales en ferias y romerías a ayudas para los propietarios de este tipo de ganadería. El sector ganadero ha sido uno de los que han sido más castigados por la paralización de la actividad económica, en especial por el cierre de restaurantes y hoteles. Por eso, asociaciones como Agate han estado reclamando en las últimas semanas ayudas y subvenciones para garantizar la supervivencia de esta actividad en la Isla, que ya de por si estaba bastante dañada antes de la crisis. Administraciones como el Cabildo tinerfeño y el Gobierno de Canarias trabajan ya en varias líneas de ayudas para ellos.