¿Cómo vive el alcalde de Garachico este periodo de alarma y confinamiento?

Con preocupación y responsabilidad, sobre todo. Toca pensar en las responsabilidades individuales y en el bien de todos. Internamente, los ayuntamientos seguimos trabajando intentando prever lo que va a pasar después, pero estamos en un momento en el que no podemos contratar nada que no sean servicios de emergencia. La labor es de contención y de prepararnos para lo que viene. Nos toca estar todo el día pendientes del teléfono, la tableta y el ordenador. Mucho más que antes. Prácticamente ya no hay tiempo para cuestiones particulares. Estamos todo el día pendientes de llamadas, mensajes, videoconferencias. Es una situación estresante.

¿Qué es lo que más le preocupa de los próximos meses?

Hay dos cosas. La parte sanitaria, sobre todo, porque seguirá existiendo el riesgo en los próximos meses y me preocupa que bajemos la guardia. Espero que no suceda. Aunque haya menos presión en los centros sanitarios, seguirán produciéndose casos y esta enfermedad no es para tomarla a broma. Habrá que seguir con muchas precauciones y medidas estrictas. Pero también está la parte económica, que me preocupa muchísimo, porque todos los indicadores alertan de las consecuencias que esto tendrá en una tierra como Canarias, donde en torno al 35% del Producto Interior Bruto depende del turismo. Si en el resto de España, que están en torno a un 12 o 15% del PIB, están muy preocupados, aquí en Canarias ese porcentaje casi se triplica. Y llevado a lo local, en mi municipio, en Garachico, el sector principal, sin ningún género de dudas, es el turismo. La mayor parte de los negocios y comercios del casco dependen del turismo. Aquí se va a notar más el efecto de esta crisis sin precedentes.

¿Cree que será peor que la crisis anterior?

La anterior fue bastante dura y seguramente será más larga que esta, pero en esa crisis todos los comercios estaban abiertos, los hoteles estaban llenos y seguían llegando visitantes de países que no lo pasaron tan mal, como Reino Unido o Alemania. En aquellos años duros, como 2011 y 2012, en Garachico prácticamente no se cerró ningún negocio y se abrían cada vez más: restaurantes, heladerías, pizzerías... Este cero turístico, que dejará al turismo en el último lugar para la recuperación, me preocupa muchísimo. Su impacto y de qué manera podremos ayudar desde las administraciones públicas si no hay ninguna vía extraordinaria de ingresos o no nos dejan usar los remanentes de tesorería. Algo tiene que haber, porque con los presupuestos corrientes que tenemos, poco se podrá hacer. Los presupuestos que tenemos en vigor ya son papel mojado en muchos aspectos. Los próximos meses y los próximos años van a ser bastante duros desde el punto de vista económico. Y encima con la crisis sanitaria presente. El sector cultural también lo va a pasar mal. Ha sido una apuesta local y se verá bastante perjudicado.

¿Teme por la financiación del ayuntamiento?

Vamos a ver qué medidas se arbitran desde Europa y desde el Gobierno de España y, a partir de ahí, en el resto de administraciones. Serán momentos duros y me preocupa saber de dónde vamos a sacar el dinero los ayuntamientos porque ahora mismo ya empiezan a pedirnos ayudas y esperamos que en los próximos meses sea todo mucho más duro. Todavía hay Ertes y algunas ayudas para algunos autónomos, pero cuando se acabe el estado de alarma, la situación económica será la peor. Se permitirá abrir a los negocios, pero no habrá clientes. Eso me preocupa sobremanera en Garachico, que somos de los lugares más visitados de Tenerife y de Canarias, y está claro que en los próximos meses no habrá turismo extranjero ni peninsular. Aún no sabemos cómo podremos ayudar desde los ayuntamientos. No tenemos garantizado cerrar el año sin déficit.

¿Qué previsión de descenso de ingresos esperan?

Se habla de un descenso del hasta el 80% en el sector turístico y en el sector servicios. El IGIC ya se ha desplomado. El descenso en los próximos meses se moderará, pero estará en torno a un 60%. Y eso es muy preocupante. Tenemos todas las partidas bloqueadas y sólo se está gastando en cuestiones autorizadas y prioritarias.

¿Cuánto dejará de ingresar el ayuntamiento?

Las administraciones superiores, que son las que aportan la mayor parte de nuestros ingresos, aún no nos han dicho cuánto bajará, pero esperamos un 50% menos de transferencias externas. Luego están los impuestos, en los que aumentará la morosidad y descenderá la recaudación, y eso también nos puede generar problemas de liquidez.

¿Cuánto tienen de remanente de tesorería?

Un millón de euros. Una cantidad que, si nos dejaran gastar, ayudaría. Nosotros solo con el remanente de 2019, que es de 400.000 euros, ya podríamos salvar este año y dejar fondos para afrontar algunos gastos extras. De momento sólo han habilitado el 20% para cuestiones sociales, pero los ayuntamientos necesitamos fondos para otras cosas también. Todo es emergencia. Tenemos problemas con autónomos y pymes, y con los servicios esenciales. Nos va a hacer falta el remanente para paliar las pérdidas en ingresos. Reactivar la economía es también muy social. Y cada municipio es diferente, por lo que lo lineal no es lo más justo en estos casos.

¿Entendería que el Gobierno de España se quedara con el remanente de los consistorios?

Creo que eso sería un error enorme por parte del Estado. Si Europa deja usar ese dinero, debería estar a disposición de los que lo han ahorrado. Es dinero ahorrado por los ayuntamientos, que representan a sus vecinos. Estamos de acuerdo en que haya directrices de gasto, pero lo justo es que lo gaste quien lo ha ahorrado. No se puede requisar un dinero que han ahorrado los vecinos.

¿Se suspenderán las fiestas de San Roque?

El Ayuntamiento ha suspendido los actos y fiestas que organiza de forma directa, como las Fiestas Lustrales, previstas para la primera semana de agosto, o la Feria de Artesanía. Sin embargo, las fiestas de San Roque dependen de una comisión vecinal y ellos han decidido esperar por si es posible adaptar la celebración a las condiciones que se impongan en ese momento. Evidentemente, no podrán ser unas fiestas como las habituales.

¿Han retomado las obras?

Sí, algunas como la restauración del antiguo colegio San Isidoro, que cuesta más de 400.000 euros. En unos días se reanuda la del antiguo convento de San Francisco, que son más de 800.000 euros de inversión; el Camino Real en San Juan del Reparo, y muchas pequeñas obras que estamos haciendo. Estamos aprovechando para hacer mejoras pendientes de aceras, arquetas, farolas, mobiliario y otras pequeñas actuaciones de pintado. Ahora es más fácil ejecutarlas porque hay muy poco tráfico y poca gente en la calle. Se generan menos molestias para los trabajadores y para los vecinos y prácticamente no hay que cerrar nada. La idea es dejar todo preparado para que, cuando se pueda empezar a salir, el municipio esté en las mejores condiciones posibles. Seguimos trabajando en varios expedientes de licitación y esperando. La idea es estar preparados de la mejor forma para lo que viene. Vamos a salir de esta, pero lo que viene en los próximos meses será complicado. Tenemos que prepararnos todos. Son momentos de preocupación, responsabilidad y prudencia en el gasto. No sabemos con qué dinero vamos a contar de aquí a final de año y tampoco en 2021. Será complicado para todos: desde el Gobierno de España hasta el último ayuntamiento.