¿Qué valoración hace de la tan nombrada brecha digital en Canarias?

Las situaciones que se están viviendo son muy diversas y han cambiado, sobre todo desde hace dos semanas. Las realidades van desde familias que no pueden costearse internet, a otras que tienen varios miembros en edad escolar y no tienen medios para todos, y otras a las que no les llega la conexión a internet o que no tienen herramientas.

¿Y cuál es el papel que está jugando la Confederación de Ampas ante este problema?

Es un problema que no se puede solucionar de un día para otro. Nosotros somos una vía de comunicación entre la Administración y las familias. Es cierto que otra vía de comunicación es el profesorado que sabe cuál es el porcentaje exacto de alumnos que se conectan y los que no. El problema es que nosotros no sabemos el número de familias que tienen herramientas. Hemos solicitado esos datos a la Administración pero no nos ha respondido, aunque imagino que ellos lo saben.

¿Y saben qué zonas de las Islas son las más afectadas?

La Palma es una isla que está viviendo una situación más crítica. Hay mucha gente que se está quedando sin trabajo, hay muchas zonas a las que no llega internet y hay muchos problemas. La diferencia de La Palma con islas más pequeñas, donde cabría esperar más dificultades, es que tiene una gran cantidad de centros y familias.

Después de un mes de confinamiento, ¿diría que las Ampas de Canarias se habían tenido que enfrentar antes a una realidad tan compleja como esta?

La situación es atípica para todos. Me tendría que remontar a la época de mis abuelos, con la guerra, cuando realmente ellos temían a lo que vendría después: el hambre y la escasez. A las Ampas siempre nos ha tocado luchar y pelear con la Administración para que se nos escuche, para que se nos tenga en cuenta para lograr las cosas, pero esta situación tan atípica supone un cambio para nosotros.

¿Les ha dado tiempo a reflexionar y plantearse qué se habrá aprendido cuando esta crisis termine?

En todas las crisis hay un aprendizaje y siempre hay que mejorar. Todo esto te hace cuestionarte muchas cosas, y más si estás confinado en casa porque hay mucho más tiempo para pensar. Nosotros nunca paramos de luchar porque siempre estamos pidiendo. Cuando parece que avanzamos, llegan otros al poder y tenemos que empezar de cero, así que siempre estamos igual. Después de esto seguiremos luchando por la educación pública y gratuita para todas las personas.

¿Cómo valoraría el cambio que se está produciendo en la forma de impartir la docencia?

El problema ha sido que no hay un criterio único ni una única forma de impartir clase. Es cierto que se han tenido que tomar decisiones muy rápido pero todo se ha dejado a criterio de los centros educativos y dentro de ellos mismos también detectamos diferencias de un profesor a otro en el mismo curso. No hay consenso entre el profesorado. Echamos en falta unos criterios únicos y unas pautas claras y concisas para que puedan ser seguidas por el profesorado. Creemos que se debería haber esperado unos días, entre que finalizaron las clases presenciales y comenzaron las virtuales, para que se planificara todo porque ha sido atropellado para las familias, los alumnos y el profesorado. Este último se ha visto con muchas dificultades porque mucho material se les ha quedado en el centro y porque a veces tampoco cuentan con la conexión a internet o las herramientas necesarias para dar clase. También echamos en falta que no nos consultaran ni nos pidan información. El punto de vista de las familias hay que tenerlo en cuenta, igual que el del alumnado y los profesores porque entre todos formamos la comunidad educativa.

Y si les hubieran preguntado, ¿qué habrían propuesto?

Lo primero que había que hacer era tratar de contactar con las familias y detectar cuáles tenían deficiencias en el acceso. Con la cantidad de alumnado de cuota cero que hay en Canarias ya nos podemos hacer una idea de cuántos casos hay, para así poder dotar a esas familias de los medios necesarios.

¿Creen que la campaña de entrega de tabletas con conexión a internet puesta en marcha por la Consejería de Educación llega tarde?

Llega un mes tarde. Además, tiene que haber comunicación entre la Consejería y las administraciones locales e insulares porque nos hemos dado cuenta que a veces se duplican los datos y las acciones. No se está cruzando información. Está muy bien la iniciativa pero siempre ha de haber una coordinación.

Confapa Canarias ha afirmado que lamenta la improvisación de este mes pero, con una situación así, ¿se podía prever la forma de actuar?

Se debería haber convocado a la comunidad educativa para que todos hubiésemos expuesto nuestra situación. Eso es lo que echamos en falta.

¿Qué plantean para abordar el problema de la conciliación familiar que se dará cuando termine el confinamiento para los padres y mientras los niños no vuelvan a clase?

Se nos plantea un problema muy grave porque no sabemos qué se podría hacer de cara al final del confinamiento y sin que haya más clases hasta el próximo curso. Es una cuestión que queremos plantearle a la consejera de Educación del Gobierno de Canarias. El problema es que no se nos ocurre ninguna solución. Si tuviéramos una idea la plantearíamos pero creemos que es muy complicado. Esto no es una cuestión monetaria sino de espacio, porque no sabemos dónde se podría dejar a los niños cuando los padres tengan que comenzar a acudir al trabajo. En ese sentido también hay que empezar a pensar en el próximo curso escolar. ¿Qué va a pasar con el préstamo de libros? Porque hay familias que han perdido su trabajo y la situación es totalmente diferente.

¿Como se está viviendo la relación tan cercana entre padres y alumnos estos días de confinamiento?

Es complicado porque los niños, dependiendo de las edades, tienen necesidades diferentes. Pero creo que esto viene bien porque las familias llevábamos un ritmo de vida muy acelerado. No desatendíamos a nuestros hijos pero quizás no les prestábamos toda la atención que se merecían porque estábamos trabajando. Esta situación ha permitido un mayor acercamiento. También hemos tenido que jugar con nuestra imaginación para mantener a los niños entretenidos.