Las azoteas del barrio garachiquense de San Juan del Reparo, más conocido como La Culata, llevan semanas llenándose de actividades para hacer más llevadero el confinamiento domiciliario y acercar a los vecinos en estos momentos de incertidumbre. Juan Pedro y José González, vecinos de esta población de las medianías de la Isla Baja, comenzaron poniendo música con un rudimentario equipo de sonido. De aquellas primeras canciones surgió todo un programa de actos que hoy, a partir de las 21:30 horas, incluye una gran cacharrada para espantar al coronavirus.

Las caceroladas son una forma habitual de protesta, pero en el caso de la organizada en La Culata, el llamamiento a golpear calderos y cacharros para hacer el máximo ruido posible no tiene ninguna motivación política. No se piden ni dimisiones ni cambios legales. Esta cacharrada canaria tiene su origen en la antigua reacción de los pueblos de las islas cuando llegaban las plagas de langostas. El ruido dispersaba entonces a los dañinos insectos, así que ahora toca armar jaleo para descargar tensiones y tratar de expulsar, al menos metafóricamente al dichoso Covid-19.

Muchos culateros llevan días preparando los utensilios para su cacharrada anticoronavirus. Mayores y niños, como Elena y César, ya han preparado calderos, tapas, cucharas y cucharones para armar un considerable jaleo nocturno.

El domingo, cometas. La cacharrada de esta noche será el primer acto de un fin de semana en el que volverán a proyectarse fotos desde la azotea de Juan Pedro y, en la jornada del domingo, esperan que el cielo se llene de cometas.

De la iniciativa espontánea de estos vecinos, inspirados en lo que veían en otros lugares del país, ha surgido todo un programa de actos. El fotógrafo Ángel Hernández Afonso ha aportado numerosas fotos de su archivo para que los vecinos recuerden fiestas pasadas y viejas costumbres como la papada.

"Hemos proyectados las fotos de todas las candidatas a romera mayor, imágenes de las fiestas locales y fotos antiguas", detalla Hernández, quien sigue rebuscando en su archivo para regalar memoria visual a sus convecinos.

Antes de llenar de ruido la noche, ya se optó por hacerlo con la luz. Cientos de linternas han iluminado las azoteas de San Juan del Reparo durante la cuarentena.

Teléfono colectivo. Una de las iniciativas más curiosas de los últimos días son las llamadas por teléfono a culateros que viven fuera. Juan Pedro utiliza su móvil, un equipo de sonido y altavoces para compartir con sus vecinos estas conversaciones entrañables. Hasta el alcalde, José Heriberto González (CC), fue protagonista de una de estas llamadas colectivas: "Tenemos muchas iniciativas de los vecinos y en La Culata no se limitan a poner música ni a felicitar los cumpleaños, están haciendo muchas cosas y es loable, algo de agradecer. Cuando me llamaron, comentamos cómo están yendo las cosas y, lo más importante, buscamos la unidad de todos y transmitimos tranquilidad. La labor de estos vecinos es para aplaudir. Son momentos para compartir las alegrías y las penas".