Todo es mucho más difícil en estos días de estado de alarma. También ejercer como alcalde o alcaldesa en un municipio de Tenerife en los tiempos del coronavirus. El trabajo presencial continúa en muchos consistorios, con estrictas medidas de seguridad y mayores distancias, pero el teletrabajo y las videoconferencias han llegado para quedarse y transforman el día a día de los mandatarios locales. Alcaldes y alcaldesas que siguen tratando de resolver los problemas de sus pueblos y ciudades, pero ahora también desde el salón, el despacho o la cocina de sus casas.

Santa Cruz. "Yo vengo cada día, incluido el fin de semana al Ayuntamiento". Así resume la alcaldesa de Santa Cruz, Patricia Hernández, cómo está siendo su día a día. Aclara que está manteniendo "muchas reuniones", tanto internas como externas, a través de medios telemáticos, pero desde el propio Consistorio: "Mantengo la rutina de salir de casa y venir al Ayuntamiento, que es donde tengo más medios y más capacidad". Puntualiza que ahora no se está recibiendo a gente de la calle ni yendo a los barrios, y que en los primeros días de confinamiento se reorganizó el trabajo del Ayuntamiento para hacer frente a la crisis sanitaria y sus consecuencias. Luego se han ido tomando las medidas oportunas. Reconoce que entrar y salir de casa puede suponer un riesgo para su familia, pero recalca que su responsabilidad es "fundamental" y no se plantea otra cosa: "Siempre que tenga que venir un trabajador público al Ayuntamiento, la alcaldesa tiene que estar".

La Laguna. Luis Yeray Gutiérrez explica que el grupo de gobierno ha creado dos grupos, uno más presencial y otro que trabaja de manera más telemática. Entre los primeros está el propio regidor municipal y los concejales de Servicios Municipales, Economía y Hacienda y de Asuntos Sociales. "De manera rigurosa, todos los días nos conectamos todas las áreas para trabajar, de manera transversal, las medidas que llegan para canalizarlas a través de la Alcaldía y poder trasladarlas a quien competa", precisa. "Nos está saliendo muy bien esta forma de trabajar", reconoce. Con respecto al personal, el alcalde aclara que en el Ayuntamiento solo están los "servicios esenciales básicos": los directores de áreas y los concejales citados. El resto de empleados están trabajando desde casa. Es más, Gutiérrez, destaca la alta productividad: "Se está incrementando con respecto a las mismas fechas de años anteriores, lo que da muestras de la responsabilidad de los empleados, que desde el principio se han puesto a disposición".

Tegueste. "Desde que comenzó el estado de alarma, organizamos a todo el personal en función de las necesidades que debíamos atender", manifiesta la alcaldesa de Tegueste, Ana Mena. Explica que los concejales del gobierno están presentes en el Consistorio, así como un grupo mínimo de trabajadores de distintas áreas "cuyas funciones consideramos imprescindibles para llevar a cabo tareas de primera necesidad. El resto de empleados ejerce teletrabajo".

El Rosario. Escolástico Gil señala que los servicios esenciales que ofrecen empleados públicos de forma presencial en el Consistorio corresponden a Servicios Sociales, Ayuda a Domicilio, Atención Telefónica, Registro General, Servicios Hidráulicos, Limpieza, Desinfección y Reparación de Averías, Policía Local y Protección Civil. El resto de los trabajadores públicos, aproximadamente el 98% del personal administrativo, trabaja de forma telemática o telefónica. Gil indica que su gobierno se coordina a través de videoconferencias diarias y, a primera hora del día, con reuniones de teletrabajo entre cada concejal y los trabajadores de su área. Este tipo de encuentros también son continuos con el secretario y el interventor. Debido a su especial relevancia en las actuales circunstancias, los ediles de Servicios Municipales y de Acción Social compaginan el trabajo telemático con el presencial. La Comisión de Coordinación para la Seguridad frente al Covid-19, que preside el alcalde, sí se reúne de forma presencial.

Adeje. "Un alcalde o un concejal lo debe ser casi por vocación, al menos ese es mi caso. Eso significa que, ya en condiciones normales, sin coronavirus y sin crisis, el despacho no solo está en el ayuntamiento". Lo asegura Rodríguez Fraga, quien resalta la pandemia ha obligado a establecer en su casa un punto "permanente y casi único" de encuentro digital con sus obligaciones como alcalde. "Nos reunimos distintos órganos municipales a través de videoconferencias, sistema que ya antes utilizábamos en determinadas circunstancias, pero que ahora trasladamos a muchos más ámbitos", explica antes de señalar la afección de este sistema a la familia como "la parte más difícil", pero con una contrapartida altamente satisfactoria: "Lo más positivo es que ahora en casa siempre podemos parar y atender a quienes tenemos más cerca, dedicarle más tiempo del habitual a mi mujer o a mi hija, o a llamar al resto de mis hijos, los nietos, la familia o amigos".

Arona. José Julián Mena es el perfecto ejemplo del trabajo presencial, permitido para los servicios esenciales. Todos los días acude a su despacho convencido de que, en estos días, "es necesario intensificar la actividad para planificar las medidas y para dar respuesta ágil a la variada casuística que genera una situación inédita como esta". El alcalde de Arona explica que "en plena crisis que ha afectado de lleno al conjunto de nuestros vecinos, en estos días la actividad no ha menguado, sino que se ha hecho más intensa, no solo en la toma de decisiones o en la coordinación de las diferentes áreas, sino por la necesidad de que los trabajadores de servicios esenciales sientan el apoyo y la presencia de su alcalde. No podemos pedir al resto que dé el 200% si quien debe no está dando el 300%", añade.

Arico. Mientras las reuniones del gobierno se realizan de manera telemática y la atención a los vecinos se realiza por teléfono, Sebastián Martín también gestiona el municipio de forma presencial, presidiendo las reuniones del Cecopal, coordinando la labor de seguridad, las entregas de comida y agua, la atención domiciliaria, el resto de intervenciones sociales y el SAC. Este ayuntamiento aplicará la tecnología virtual para las próximas reuniones que celebrarán los órganos colegiados. Martín sostiene que "me corresponde ser el primero en afrontar esta situación y contribuir a esa imprescindible labor que se desarrolla desde el SAC, Policía Local, Protección Civil y Servicios Sociales".

Candelaria. María Concepción Brito combina su trabajo presencial en el Ayuntamiento con el teletrabajo, ya que celebra la mayoría de las reuniones por videoconferencia. Es la fórmula más frecuente para mantener contacto directo con el personal municipal, de la Fecam y con los responsables de las administraciones públicas. Diariamente acude al Consistorio con sus compañeros de gobierno, siguiendo todas las recomendaciones sanitarias, para mantener reuniones de coordinación con el personal que continúa trabajando presencialmente. El contacto con los vecinos sigue siendo constante y cercano, pasando de citas presenciales o conversaciones en las calles a charlas telefónicas, mensajes o conversaciones en redes sociales. "Nuestro trabajo, aunque siempre intenso, se apoya más que nunca en herramientas tecnológicas y de comunicación, convirtiéndose en piezas indispensables para continuar con la normalidad en el funcionamiento de la administración", sostiene Brito, cuyas palabras de agradecimiento coinciden con las de sus homólogos del Sur: "Al pueblo de Candelaria, infinito agradecimiento por su comportamiento ejemplar, me siento muy orgullosa. Fuerza y ánimo para todos, juntos saldremos adelante".

El Sauzal. Mariano Pérez trabaja desde el salón de su casa desde el endurecimiento del confinamiento. Desde allí organiza la parte administrativa y de gestión, aunque aún acude al consistorio para "asuntos sociales y urgencias". Considera que está siendo "muy disciplinado" con el confinamiento y detalla que mantiene toda la actividad gracias a herramientas como el teléfono, el correo electrónico, las redes sociales y las videoconferencias con Skype y Zoom, que permitirán celebrar el pleno a distancia. También usa la web y la megafonía para informar a sus vecinos.

La Matanza. Ignacio Rodríguez calcula que realiza el 80% de su trabaja desde casa, "gracias al teléfono, el correo electrónico y las videollamadas". Reconoce que no para de trabajar y que este periodo "tan complicado no se olvidará nunca". A su juicio, lo más difícil ha sido adaptarse a una situación "inédita e inesperada: el confinamiento total de la población y un parón que no sabemos qué consecuencias tendrá". Rodríguez se frustra por "no poder hacer más para cambiar la situación"; sufre mucho porque la enfermedad "se ceba con los mayores, que nos han dado todo", y valora el trabajo del personal que está "día a día en la calle para ayudarnos a salir de esta".

La Victoria. Juan Antonio García Abreu acude de manera habitual al ayuntamiento en horario de mañana y por la tarde trabaja desde casa. Se reúne semanalmente con su grupo manteniendo las distancias, para lo que "las nuevas tecnologías ayudan mucho". La batería del móvil dura menos por los WhatsApp, la aplicación Dúo, el Skype y los correo electrónicos, como los que ha llegado a compartir con trabajadores municipales a la 1:30 horas de la madrugada, "lo que demuestra su grandísima implicación". Cumple el confinamiento: "Salgo exclusivamente para trabajar y aprovecho para comprar lo que necesito o poner gasolina y vuelta a casa. Sacar la basura o tender la ropa son bocanadas de aire. No poder compartir un rato de charla presencial con la familia o los amigos, no poder dar un abrazo o un beso, se hace duro, pero está situación nos ha permitido reflexionar sobre la importancia de la libertad, dándole un mayor valor a cuestiones que antes ni siquiera nos planteábamos".

Santa Úrsula. Juan Acosta, médico y alcalde, aún trabaja "a partes iguales" desde el ayuntamiento y su casa. Utiliza sobre todo el teléfono para tratar de resolver todo lo que se presenta. En su vivienda pasa todas las horas que puede y recalca que lo más duro ha sido buscar los Equipos de Protección Individual (EPI) para "poder proteger al personal de servicios esenciales".

Los Realejos. Manuel Domínguez también trabaja "desde el despacho y desde casa". Presencialmente "sólo en determinados momentos y con las medidas preventivas, pero incluso las juntas de portavoces están siendo a través de videollamadas". Desde su casa trabaja a partir de las tres de la tarde y los fines de semana. Las tareas no paran en unos momentos en los que "muchas cosas te hacen sentir impotencia", como "ver llorar a un empresario porque no ve cómo salir adelante, escuchar a una persona que te cuenta que su marido ha dado positivo y está muy malito, o verte limitado para poder ayudar".

Puerto de la Cruz. Marco González destaca que va a trabajar "con normalidad todos los días, ya que han sido jornadas de muchas decisiones importantes, siempre arropado por mi equipo y con todas las medidas necesarias para prevenir contagios. El Ayuntamiento no ha parado, y no puedo pedir esfuerzos a los demás, si yo no lo hago". Mantiene "mucho contacto online con otras instituciones, colectivos y personas. El lugar a veces da igual, porque si normalmente no hay horarios, ahora menos". Para González, lo más difícil es el impacto que esta situación tiene en las personas: "Cada caso social que conozco y me eriza la piel por su dureza. Cada situación de ámbito empresarial que oigo desvanecerse. Es duro lidiar en estos días tan extraordinarios con las complejidades y menesteres de la administración. Saber que no se puede hacer todo lo que uno quisiera. Hay que separar el corazón de la mente para no sufrir más con la situación y afrontar este reto con toda la valentía, templanza, empatía y solidaridad necesaria. Las noches son sin lugar a dudas lo que peor llevo porque no paro de darle vueltas a esta situación buscando soluciones. Somos una ciudad turística y este sector va a ser el que más sufra las consecuencias de esta crisis sanitaria, que dejará una crisis económica sin precedentes. Pero confío en la capacidad que tiene el Puerto de reinventarse y en la creatividad de su gente para salir pronto de la situación. El optimismo es mi verdadero motor".

San Juan de la Rambla. Fidela Velázquez sigue trabajando en el ayuntamiento, incluso algunos domingos. Tras cumplir su horario, de 8:00 a 15:00, "salvo alguna permanencia de tarde o noche para leer normativa", el resto del tiempo permanece confinada. Lo más complicado de estos días son, a su juicio, "las dificultades a la hora de interpretar las normas, que ocasiona retrasos y algún debate improductivo. Y ver los efectos demoledores del confinamiento en personas mayores del entorno rural, cuya vida es el aire libre y la huerta. De resto siento mucho orgullo de un municipio que está respondiendo todos a una, solidariamente, para favorecer a los más vulnerables".

Garachico. José Heriberto González ejerce "desde el ayuntamiento y desde casa", por vía telefónica, telemática y, en algún caso, presencial, "pero guardando las distancias recomendadas". Solo sale por las mañanas de su casa para ir al Ayuntamiento, "por ejemplo a firmar los cheques de emergencia social", o a realizar alguna compra esencial. Para González, "lo más difícil de esta situación es la presión de hacer todo lo posible por proteger a las personas más vulnerables, en las residencias o en sus domicilios. Es una enorme responsabilidad. Y también lo es planificar la reactivación de nuestro municipio".

Buenavista. Antonio González alterna los días de trabajo en el Ayuntamiento: "Un día voy al Consistorio y el otro teletrabajo desde casa. La mitad del grupo de gobierno va un día y la otra mitad otro día. Lo hemos decidido así para que, en caso de cualquier tipo de cuarentena, no se viera afectado todo el grupo". Para trabajar, en el Ayuntamiento utilizan la plataforma Gestiona y las videoconferencias, con la app Jitsi Meet. Diariamente y con un horario fijo, el gobierno al completo tiene, al menos, una reunión, para dar cuenta de cualquier tipo de medida, noticia o decisión. "La Junta de Gobierno sí se ha celebrado de manera presencial, aunque estamos implementando la opción de realizarlas a través de videoconferencia después de la modificación del ROF", indica el alcalde buenavistero, que aprovecha las salidas de trabajo para "realizar las compras de casa". En su opinión, "lo más difícil ha sido establecer las decisiones para ordenar los servicios mínimos" y "el lado emocional", ya que "han fallecido varios vecinos, algunos muy cercanos, y esta manera de despedirlos, prácticamente a escondidas, es algo injusto para las familias".