Estamos ante el momento que marcará un antes y un después, especialmente en lo laboral con el teletrabajo. Parece que le gusta el sistema.

Creo que marcará un antes y un después en muchos ámbitos de nuestra vida, en lo personal, en lo colectivo y en la forma de trabajar. Hay trabajos técnicos, como el mío, y otros similares, que pueden realizarse parcialmente con teletrabajo, pero siempre debe ser una opción y una elección personal, con los límites que cada persona establezca y con unos objetivos claros y unos tiempos definidos para evitar que todo sea trabajo. Yo habría agradecido teletrabajar algunos días a la semana cuando mis hijos eran pequeños para poder conciliar mejor, pero creo que el encuentro con otras personas es imprescindible, enriquece y retroalimenta nuestra energía y nuestro conocimiento.

¿Qué conclusiones saca de esta crisis sanitaria?

Esta crisis sanitaria también es social y económica a escala planetaria. Ha materializado la realidad de un mundo globalizado, interconectado y muy vulnerable. Esta situación extrema debe hacernos reflexionar profundamente, en el caso de Canarias, sobre qué modelo económico queremos. Decidir si seguimos teniendo una dependencia extrema del exterior que nos hace muy vulnerables o ser más autosuficientes alimentaria, energética y económicamente. Debemos reflexionar sobre nuestro consumo ilimitado e innecesario de cosas y recursos que provoca una huella ecológica brutal y la destrucción medioambiental acelerada de nuestro planeta; sobre nuestro ritmo vital frenético y estresante en detrimento de una mejor calidad de vida; sobre las profundas desigualdades sociales que esta crisis evidencia aún más y que precisan de la existencia y fortalecimiento de unas políticas públicas prioritarias para dar respuesta a las necesidades de la mayoría; reflexionar sobre la liquidez extrema de las relaciones interpersonales y la vida virtual que se ha impuesto acríticamente; y reflexionar sobre la revalorización de los cuidados como base de una sociedad saludable, hecho que esta crisis sanitaria ha evidenciado respecto a nuestra sanidad pública y a la atención de mayores y dependientes. Reflexionar y aprender para cambiar lo que hemos hecho mal sería lo que extraería de positivo de esta terrible situación

Hay que reelaborar el presupuesto del municipio. ¿Lo cree posible?

Está claro que sí. Los presupuestos de todas las administraciones, incluido el Ayuntamiento de Candelaria, deben reelaborarse para dar respuesta a la crisis social, económica y de empleo que derivará con rotundidad de esta crisis sanitaria. Ahora las prioridades están más claras que nunca.

Votó en contra del presupuesto. ¿Defraudada del PSOE?

Defraudada no, era lo previsible después de que lograra una inesperada mayoría absoluta y retomara unas formas de proceder previas a la ruptura del pacto con CC en 2017. Renunciar al 10% en Servicios Sociales o infradotar las políticas medioambientales y, simultáneamente, elevar enormemente la cuantía de todo lo relacionado con fiestas, por encima del incremento de cualquier otra área de gasto, evidencia las prioridades de este grupo de gobierno y la anteposición del rédito electoral a otras cuestiones mucho más prioritarias y urgentes.

¿Lamenta el apoyo externo al PSOE el mandato pasado?

Sinceramente, no. Creo firmemente en que la política no puede vivirse exclusivamente como confrontación, sino que es importante la negociación. Negociar no es claudicar sumisamente, sino establecer condiciones para propiciar que se adopten decisiones que benefician a la ciudadanía. Eso es lo importante. En 2018 negociamos y sacamos el presupuesto más social y ambiental que ha tenido Candelaria en su historia y eso nos enorgullece, independientemente de lo que haya sucedido después, que ya no es responsabilidad nuestra, sino del PSOE. Solo me reafirmo en que las mayorías absolutas son muy negativas para el desarrollo de una saludable práctica democrática.

La historia de la RPT parece interminable.

Pues sí. En 2011, cuando llegamos al Ayuntamiento, ya hablábamos de la situación precaria del personal municipal y la falta de regularización de sus condiciones laborales, así como de la necesaria protección del personal de Epelcan mediante un convenio colectivo. Nueve años después seguimos hablando de lo mismo. No se ha gestionado con los principios de una administración pública ni con criterios de equidad retributiva y las consecuencias las han pagado los trabajadores y trabajadoras. Este grave problema podría haberse resuelto hace mucho tiempo si hubiera existido voluntad política pero no ha sido así.

¿Y el contrato de la basura?

Es otro ejemplo de la incapacidad de gestión de este Ayuntamiento en asuntos estructurales y básicos. Un contrato de hace 20 años en un municipio que ha duplicado su población de derecho y su expansión urbana es un disparate más que evidente. Las decisiones erráticas que han ido tomando los sucesivos responsables, el apoyo en recursos externos de escasa cualificación y la falta de unos objetivos claros a alcanzar en esta materia nos conducen hasta hoy. Un servicio esencial que se presta insuficientemente, a costa del sobreesfuerzo y de la seguridad del personal.

La barriada Antón Guanche es otro tema pendiente.

Efectivamente. La mala gestión municipal, a través de Epelcan, en este caso, ha perjudicado a un importante grupo de vecinos y vecinas de estas viviendas, tras haberse declarado la nulidad del procedimiento y, por tanto, de la obra. Lo que iba a ser una mejora para ellas se ha transformado en una tortura de años por las actuaciones prometidas que no se realizaron y por las deficiencias de una obra mal ejecutada. A pesar de los ninguneos que recibimos, el tiempo nos ha dado la razón.

Bajo la Cuesta. ¿Un engaño?

Bajo la Cuesta es un asunto sin resolver después de culminar el realojo de la primera fase. Lo peor es que siguen incurriendo en la falta de una comunicación continua con las personas que siguen afectadas. En enero pasado preguntamos por escrito sobre las gestiones realizadas y la situación de los expedientes vinculados a Bajo la Cuesta y todavía no tenemos respuesta.

La EDAR y la EDARI están en marcha...

Nos enorgullece porque desde Sí se Puede, allá por 2007, cuando la depuración era motivo de risa para muchos responsables municipales, ya defendíamos que tenía que ser una prioridad. Están en marcha, pero faltan las tuberías y los bombeos que lleven las aguas urbanas hasta la EDARU que se terminará a finales de este año. Candelaria no tiene hecha la tarea y, con seguridad, las aguas no llegarán este año. Una parte de la financiación viene del plan de cooperación del Cabildo, que Candelaria debe cofinanciar, y que no cuenta con reserva en el presupuesto de este año. Solo figuran 4.000 euros para alcantarillado.

Rechaza la central eléctrica, pero sigue ahí.

El cierre de la central fue el gran engaño del PSOE al municipio. Prometieron que se desmantelaría en 2015, lo recogieron en el Plan General y hasta se manifestaron en 2011. Paralelamente, el Ayuntamiento ha mantenido una posición ambigua abriendo la mano a la nueva subestación y tolerando una planificación energética basada en energías de origen fósil que provocan un enorme impacto en el municipio. Cuando reaccionaron jurídicamente, como consecuencia de la presión, hubo escaso margen de maniobra porque las ampliaciones se justificaban de interés general para prevenir ceros energéticos, argumento que hemos cuestionado.

¿Es el planeamiento uno de los problemas graves de este municipio?

En este ayuntamiento todo se resuelve parcheando y no afrontando los problemas de manera integrada y completa. El Plan General es uno de estos casos. Tras 14 años, es más que evidente que la política urbanística en Candelaria ha fracasado, debe revisarse y encargarse un nuevo Plan.

¿Qué es lo que más le preocupa de Candelaria?

Ahora mismo lo que más me preocupa son las consecuencias que esta crisis sanitaria va a tener para las personas de este municipio y si este Ayuntamiento va a tener suficiente capacidad de gestión para dar respuesta a estas necesidades. Desde Sí se Puede nos ocuparemos en aportar todo lo que esté en nuestra mano, como siempre hemos hecho, para contribuir a que prosperen las mejores propuestas.