La actividad en el entorno de la sede de la agrupación de voluntarios de Protección Civil, situada en la avenida Tres de Mayo, 85, comienza a percibirse cada mañana con las primeras luces del día. Cuando se abren las puertas de las cocheras, un goteo de voluntarios, con sus uniformes naranja y azul marino, comienza a entrar en el edificio. Otros compañeros han madrugado un poco más: son los que repasan las medidas de higiene en las dependencias y, en especial, en los vehículos. Aunque el Ayuntamiento de la capital ha dispuesto que una empresa se ocupe de la desinfección habitual de los coches, las directrices que tienen son claras sobre el procedimiento a seguir cada día. Estos días se han organizado en turnos de mañana y tarde para repartir el esfuerzo y las cargas de trabajo de estos voluntarios y voluntarias.

A algunos no les gusta este sistema: "Si tenemos tiempo para aportar mucho más, nos gusta hacerlo, aunque entendemos la organización que han hecho los técnicos municipales", indican. Como explican los responsables municipales, "tenemos que asegurar que seguiremos activos y prestando servicio cada día, ya que esta situación derivada del coronavirus y el actual estado de alarma va a ser lo más parecido a una carrera de fondo".

La charla previa antes de salir a la calle se repite en los dos turnos de trabajo. El recordatorio sobre las medidas de protección y el reparto de las tareas o servicios requeridos ocupan unos 20 minutos. Después se produce la entrega de material y la asignación de los vehículos. Casi en silencio, lo siguiente que comienza a escucharse es el arranque de los motores, alguna broma para empezar con una sonrisa y la retahíla de comunicaciones de activación. Cada voluntario tiene asignado un indicativo, que se utiliza para las llamadas de servicios, cuestiones logísticas o requerimientos.

Así se inicia el servicio

Desde las cocheras, el servicio se inicia comunicando por radio al Centro de Transmisiones (Cetra-Cecopal) los indicativos activos y el coche en el que se desplazan, usando el alfabeto fonético para transmisiones en la radio. Un ejemplo:

-"CETRA para VIR-Lima 2"

-"Adelante", le contestan desde el centro coordinador municipal.

-"Salimos de base hacia el MercaTenerife con indicativos Víctor 47 (V-47), (V-45), (V-16) y (V-96) para recogida y traslado desde el Banco de Alimentos al comedor de La Milagrosa".

-"Recibido, buen servicio", se escucha en el interior de la cabina.

Detrás de esas abreviaturas están Paulino, Catahysa, Mixell y Fran, que hoy -jueves 26- van a realizar varios viajes para llevar 3.894 kilos de alimentos hasta la sede de este comedor social ubicado junto a la iglesia de La Concepción. También trasladan parte de ese contingente hasta el asilo de ancianos. En otra dirección parten (V-26) y (V-8), Wolfram y Kevin, a quienes se les ha encargado la recogida de material sanitario del Servicio de Urgencias Canario, concretamente monos tipo buzo, para llevarlos hasta la sede de la Dirección General de Seguridad y Emergencias. Cuando terminan se ofrecen y se suman a la descarga de alimentos.

Otro equipo se pone en dirección hacia el polígono de El Mayorazgo. Como otros días se dirigen a la sede logística de Cruz Roja Española. Allí tiene el encargo de recoger camas y mantas que luego llevarán hasta el albergue provisional que ha instalado el Ayuntamiento en el pabellón de deportes Quico Cabrera. Desde el principio de esta crisis, la implicación de este colectivo de voluntariado con las personas sin hogar o desfavorecidas ha sido esencial, primero en el montaje y control de las instalaciones del otro pabellón, el Paco Álvarez, y con la atención, recogida y apoyo de quienes peor lo están pasando. Estas labores se hacen en coordinación con el Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) y, en especial, con la Unidad Móvil de Acercamiento (UMA). En este caso hoy son Fermín (V-42) e Ignacio (V-62) los encargados de estas tareas. El voluntariado de Protección Civil también viene realizando labores esenciales de reparto de alimentos a personas en situaciones muy complicadas, en especial en el distrito de Anaga; gente con movilidad reducida o de avanzada edad que no pueden ni trasladar una compra básica de alimentos.

300 panes a los comedores

Pablo (V-111) y Aythami (V-61) acuden a la empresa La Tartería, que está aportando, prácticamente cada día, más de 300 panes a los comedores sociales del municipio. Los voluntarios recogen las sacas del pan y lo reparten en el asilo y en los comedores de La Milagrosa y en Añaza. Poco después, también se suman a la descarga del contingente aportado desde el Banco de Alimentos.

La mañana transcurre frenética y por el camino se les requiere para otras cuestiones: llevar una medicación urgente a personas mayores; peticiones para trasladar a personas sin hogar hasta los albergues; o recoger material sanitario esencial, principalmente hidrogeles desinfectantes, que luego entregan a los encargados de logística del SUC. En esa tarea participan Juan Carlos (V-72) y Sergio (V-15).

Todos los citados son solo un ejemplo del gran equipo de PC en Santa Cruz. En total, unas 70 personas que parecen estar hechas de otra pasta, porque cuando terminan los servicios de una mañana cualquiera, toman un refrigerio en su sede y en lugar de irse a casa se ponen a revisar el material del que disponen para comprobar que todo esté, como ellos, listo para cuando se necesite.