El tramo de la carretera general del Sur (TF-28) que abarca desde La Hidalga hasta su enlace con la TF-281, vía que comunica con la autopista del Sur, quedó completamente abierta al tráfico en ambos sentidos. Por contra, queda prohibido el tránsito de vehículos entre la intersección de las dos carreteras citadas y el barranco de La Hidalga. Es decir, no se puede circular hacia Candelaria desde este enclave.

La causa es la obra para dotar a esta zona de Arafo de una red de aguas pluviales que evite los problemas históricos que se generaban en los periodos de lluvia intensa. El proyecto está promovido por el área de Carreteras del Cabildo de Tenerife a solicitud del Ayuntamiento arafero en el mandato anterior.

El alcalde, Juan Ramón Martín, expresó su satisfacción por que la primera fase de la obra concluyera casi en tiempo y forma, "cumpliendo el plan previsto", resaltando que la apertura de la TF-28 en este tramo "es una vuelta a la normalidad que beneficia a vecinos y comerciantes". De hecho, la conclusión de estos trabajos permiten la comunicación rodada con el casco urbano de Arafo a través de su acceso principal, así como transitar desde y hacia Güímar "con normalidad".

El tramo ahora afectado por la construcción de la red de pluviales en las medianías de Arafo se corresponde con la última fase de este proyecto. En el recorrido del trazado de la TF-28 sujeto a esta intervención, la afección a vecinos es notablemente inferior a la registrada con la obra ya concluida. Esta circunstancia, más las restricciones vigentes como consecuencia de la aplicación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, "ayuda a que el desarrollo de esta actuación sea menos compleja que la anterior", según expuso el alcalde.

El cierre del carril de la carretera general del Sur que discurre hacia Güímar, desde la intersección que conecta esta vía con el casco urbano de Arafo hasta San Francisco Javier, tuvo lugar a principios del mes de noviembre del año pasado. El hecho generó malestar entre vecinos, comerciantes y autoridades municipales. La aplicación de esta medida "sin previo aviso" obligó a los residentes en este tramo de la TF-28, al paso por la localidad de La Hidalga, a realizar un recorrido de varios kilómetros para poder llegar a sus viviendas.

La obra de canalización requirió la colocación de una tubería de grandes dimensiones que obligaba a ocupar uno de los dos carriles de la vía, por lo que fue necesario desviar el tráfico a través del viario municipal. La intensificación de los trabajos, a pesar de que se procedió a ampliar el horario, se aplicó en respuesta a esa inquietud manifestada por los representantes vecinales y por los responsables de las corporaciones municipales de Arafo y Güímar sobre la necesidad de dar fluidez al tránsito de vehículos.