Los trabajos para reforzar y asegurar el talud de Santa Lucía se desarrollan ya comenzando por el margen norte de la localidad. La primera actuación consiste en el gunitado, o proyección de hormigón a alta presión, sobre las rocas en un punto próximo a aquel en el que se registró el último desprendimiento conocido. Esta intervención cumple con el plan de obra anunciado por el alcalde de Güímar, Airam Puerta.

La obra se está desarrollando porque lo permite el decreto de medidas urgentes vigente en el país con motivo de la crisis del coronavirus, recuerda el regidor güimarero, quien también se muestra satisfecho porque los hechos constatan un avance en la aplicación de la solución al grave problema que afecta a este núcleo.

"Estamos haciendo la unidad de obra que podíamos hacer", aclara Puerta, quien confirma que para realizar esta fase de la obra proyectada no es preciso el desalojo de ninguna vivienda "porque no afecta a una zona poblada". Se da la circunstancia de que la más próxima está deshabitada.

Respecto al desarrollo del resto de los trabajos contemplados en tres intervenciones bien diferenciadas y por fases -se corresponden con la zona sur del barrio y a la cueva-, la previsión es que en abril llegue el material necesario procedente de a Península, donde se procede a su fabricación. La empresa espera que se cumpla el plazo. Cualquier demora implicaría un retraso respecto a lo contemplado en la adjudicación de la obra, atribuible al estado de alarma en el que se encuentra el país.

La inspección inicial

La intervención sobre el talud es el inicio efectivo de los trabajos, si bien la primera actuación de la obra tuvo lugar el 27 de febrero pasado, con la inspección realizada por el personal de la empresa adjudicataria de todo el ámbito que se verá afectado por esta intervención. "El trabajo se centró en la zona norte del barrio", tal y como está contemplado en el plan de la obra, tratando de determinar el estado de las grietas, la situación de las rocas y de la superficie del mismo talud.

El 26 de enero fue cuando el alcalde, Airam Puerta, firmó el decreto de adjudicación de la obra de protección y estabilización del talud de Santa Lucía, con un coste de 627.000 euros y un plazo de tres meses para completar la obra desde el momento de la recepción del material.

32 viviendas afectadas

Las viviendas de la localidad de Santa Lucía-Los Barrancos que se encuentran entre los números 94 y 116 están incluidas en un decreto de la Alcaldía de Güímar ordenando su desalojo. Un decreto que se basa en otro anterior, motivado porque el domingo 5 de junio de 2011 tuvo lugar un desprendimiento en la cueva del barrio, afectando a algunas de las viviendas situadas en ella y procediéndose al desalojo de varias casas del lugar y del entorno, así como al realojo de sus habitantes.

Ese fue el primer hecho alarmante en este caso, hasta que a las cinco y media de la madrugada del 19 de octubre de 2017 tuvo lugar otro desprendimiento de rocas, esta vez sobre el número 96 de la carretera TF-616, que dañó 32 tejas de la casa cueva. Desde entonces no ha sucedido nada reseñable que motivara intervención de emergencia alguna, apuntan los habitantes del lugar y algunos representantes públicos del municipio. Sin embargo, los informes técnicos advierten de la existencia de "riesgo inminente".

El decreto de Puerta

El 4 de diciembre de 2019, Puerta emitió un decreto de desalojo y precinto de 21 viviendas, y comunicó formalmente la medida el día 10 del mismo mes, en un primer intento. Desde entonces, los vecinos afectados siguen en sus casas y el juzgado ordenó al Ayuntamiento de Güímar elaborar un expediente por cada una de las viviendas. Asimismo, nueve de los 21 afectados directamente por el decreto municipal formularon denuncia ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo mostrando su rechazo a la decisión del alcalde.

Entre las mejoras para Santa Lucía que incluirá esta obra está la eliminación del "enjambre de antenas de televisión" situado en la zona alta del talud (visible al paso por la autopista), que será sustituido por una antena parabólica desde la que se transportará la señal hasta el punto de distribución, a colocar en las inmediaciones de la ermita. "El problema estará en cualquier retraso por posible incidencia del coronavirus", apunta.