La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife garantiza el suministro de productos industriales y de consumo ciudadano con la operatividad de toda la comunidad portuaria. "Ante la crisis del coronavirus, el valor estratégico de nuestros puertos es todavía mayor, así que continúa el trabajo y el compromiso para que a nadie le falte de nada", indica el ente portuario.

Concretamente, los estibadores y las dos terminales de contenedores, TCTenerife y Boluda Terminals, recalcan que la prestación de servicios esenciales para la ciudadanía está "garantizada". Víctor Morín, portavoz del colectivo de estibadores del muelle capitalino, detalla que operan "con total normalidad", aunque tomando las medidas de seguridad necesarias, esto es, con guantes y mascarillas, aunque estas últimas se han agotado estos días, con la distancia de seguridad y desinfectando las máquinas.

Con respecto a la mercancía, Morín explica que se descarga "lo que llega" y se entrega "lo que quiere el cliente". "Si un barco llega con 150 contenedores, se descarga, y si el cliente quiere, se lo lleva, si no, igual que antes", concreta el estibador. "La operativa portuaria sigue siendo igual que la semana pasada y que la anterior. Las mismas cantidades y las mismas líneas", añade.

Ayer por la mañana, entre las 11:30 y 13:00 horas, EL DÍA comprobó que la actividad de tráfico pesado en el puerto de Santa Cruz era muy parecida a la de cualquier día, aunque con la particularidad de que gran parte de los profesionales iba provisto de guantes y mascarillas.

La salida de camiones con contenedores desde las terminales de carga era constante, y eso que no estaba prevista la llegada de más barcos con mercancía hasta la tarde-noche. En concreto, ayer arribaban al puerto capitalino el Beatriz B, el Marie Curie y el J.M. Entrecanales.

También era abundante el número de camiones que transportaba el buque de Naviera Armas que cubre la travesía entre Islas. En este caso, lo llamativo, y lógico al mismo tiempo, era la escasa afluencia de vehículos particulares, al menos en el barco que partía después de las 12:30 hacia Gran Canaria.

Otros servicios. Del mismo modo que la actividad de estibadores y terminales era normal, también lo era la de muchas empresas que tienen su sede en el muelle, con actividades variadas. Por ejemplo, la reparación de barcos no ha parado estos días y de ello daban cuenta ayer varios operarios en el Villa de Agaete, atracado en el Muelle Sur.

Taxis. El sector que sí ha notado la caída de tráfico de pasajeros en el muelle ha sido el del taxi. Ayer, Miguel Ojeda, presidente de Élite Taxi Tenerife, indicó que el trabajo ha sido "nulo" desde el lunes, y no solo por la ausencia de turistas, sino también por la escasez de pasajeros canarios.

Policía Portuaria. Quienes sí han mantenido una actividad más intensa, incluso, de la habitual son los agentes portuarios, que tras la entrada en vigor del estado de alarma han tenido que hacer "múltiples" intervenciones en la zona portuaria, pues mucha gente está acudiendo al puerto a pasear, hacer deporte o hacerse fotos, actividades totalmente prohibidas. "Debe ser que piensan que el muelle no forma parte de la ciudad", ironizaron fuentes portuarias.

Servicios telemáticos. Entre las medidas puestas en marcha por Puertos de Tenerife en relación con la crisis del coronavirus figura la prestación telemática, desde este martes, de los servicios que habitualmente presta a la ciudadanía. Puertos ha habilitado las herramientas informáticas necesarias para que sus empleados, técnicos y directivos puedan trabajar desde sus respectivos domicilios, en el horario habitual.

Registro. Por otra parte, debido a la situación excepcional se suspende también el servicio presencial de entrada y salida. Todo aquel que necesite presentar algún escrito ante la Autoridad Portuaria debe utilizar la sede electrónica del ente.

El atraque ayer de un velero en el dique central de Los Llanos llamó la atención al estar prohibida la actividad para este tipo de barcos. Fuentes portuarias, sin embargo, aclararon que se trataba de unos de los buques escuela de la marina de Brasil, en concreto el Cisne Branco. A este tipo de naves, pertenecientes a la armada, sí se les permite atracar en circunstancias como las actuales. El barco brasileño, que transporta alumnos de la Marina, mide 76 metros de eslora, 10 de manga y 733 toneladas. Previsiblemente, permanecerá en el puerto de Santa Cruz hasta el día 22 de marzo a las 10:00 horas. También está atracado en el muelle de la capital el crucero Aidanova, aunque no tiene pasaje. Como se recordará, desde el pasado 13 de marzo está prohibida la entrada en España de cruceros de cualquier origen. El último que arribó al muelle capitalino fue el Costa Luminosa, este lunes, pero por circunstancias excepcionales, pues en él viajaban dos personas enfermas. Tras desembarcar a los afectados y a sus familiares, el crucero continuó su ruta hacia Marsella.