Tensión y nervios. Así se describió ayer la situación del personal sanitario en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc). En medio de esa ansiedad y cierta preocupación, la profesionalidad se mantuvo. Un paciente de La Candelaria, Ricardo Luis Calvelo, espera por una operación, que está prevista para mañana, 16 de marzo. A mediodía de este sábado reconoció que "las enfermerdas están nerviosas; la tensión es espectacular". Y, casi al instante, destaca que "el personal está implicado y nos tratan muy bien". Para este usuario de dicho centro hospitalario de referencia, "enfermeras, auxiliares de enfermería e, incluso, las trabajadoras de la limpieza son una verdadera maravilla". En esa línea, apunta que "dan más de lo que deben".

En su caso y en el otros muchos ingresados, los responsables del complejo han dado órdenes para que no reciban visitas y tampoco pueden salir de sus habitaciones. Ante dicha situación, se subía por las paredes. Para colmo de males, durante días no pudo renovar el pago de la televisión, por lo que no podía ver películas o programas divulgativos o de entretenimiento. Tampoco podía ver las noticias.

No podía pagar la televisión

En la medida en que se halla aislado, no tenía opción alguna de bajar para abonar los 3,80 euros diarios para tener acceso al servicio televisivo. Por unas horas, ni en el centro ni en la empresa concesionaria de la prestación le dieron respuestas satisfactorias. "Estamos como perros enjaulados", manifestó. Ayer, una empleada tuvo la deferencia de llevarse el periódico, lo que valoró mucho.

Poco antes de las 13:00 horas se aplicó una medida muy útil para todos los pacientes. Desde el centro hospitalario se decidió ofrecer el servicio de televisión en abierto, como explicaron tanto fuentes autorizadas del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria como el propio Ricardo Luis. Este hombre señaló que, en la planta en la que se encuentra, se están acelerando algunos procesos de alta. Es decir, ya la recibieron personas que tenían una evolución positiva y que podían obtenerla en los próximos días. El objetivo es que hubiera más camas disponibles por si hubiera un repunte de casos positivos por coronavirus.

Una persona que trabaja en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) explicó que "la cafetería está cerrada" y "los vigilantes de seguridad" están controlando los accesos, ya que se intentan evitar las visitas de forma masiva. Aclaró que, en el interior del complejo hospitalario "solo se encuentra abierto el quiosco". La impresión de esta persona es que el personal sanitario estaba tenso y con cierta preocupación.

La mayoría de los empleados empleaban mascarillas y guantes. Además, si entre el personal sanitario de cualquier infraestructura de estas características es habitual que se laven las manos en envases que están situados en los accesos a las habitaciones o en los pasillos, ahora esa precaución todavía es mayor. En cuanto a los recursos humanos, ayer estaban disponibles los habituales en una jornada de sábado, es decir, que se cubrieron los servicios previstos sin problema alguno.