El ritmo de entrada y salida de personas de la terminal del aeropuerto Tenerife Norte es como un cuentagotas. Y eso que minutos antes han llegado varios vuelos seguidos. Pero apenas se nota en las instalaciones. Varias personas coincidieron en que el nivel de movimiento se redujo ayer en alrededor de un 70 por ciento. Y, como es normal, existe preocupación por cómo se va a reflejar la actual coyuntura en la reducción de puestos de trabajo.

Un tinerfeño explica sale al exterior después de llegar en un vuelo procedente de Vigo. Reconoce que en la zona de Galicia en la que estuvo en las autopistas los avisos consistían en pedirle a la gente que se quedara en sus viviendas. Pregunta si los supermercados aquí están abiertos. Ante la respuesta afirmativa, se queda más tranquilo. En su vuelo "había de todo", gente con mascarilla y otra sin dicho símbolo de la prevención ante el virus global. Una pareja de jóvenes, ella azafata y él piloto de aeronave, salen charlando de manera animada. Aclaran que no pueden hacer declaraciones, pero dejan claro que en su vuelo el pasaje se comportó con absoluta normalidad y tranquilidad.

Otra trabajadora de una empresa de servicios está sentada en la cafetería. Asegura con rotundidad que el movimiento de usuarios en el aeropuerto "está muy flojo". Por ofrecer algún elemento de comparación, señala que a las 13:30 horas de ayer sábado parecía el mismo recinto un día laboral después de las 20:00 horas, cuando ya la actividad empieza a decaer sensiblemente en Tenerife Norte. Desde su punto de vista, el descenso puede situarse en alrededor del 80 por ciento. De hecho, señala la barra de la cafetería y aclara que, en un sábado a mediodía, "no podrías ser atendido nada más llegar". Y recuerda que, además de la poca afluencia de personas, muchas deciden no consumir por miedo a posibles contagios.

Regreso a la tierra

En la jornada de ayer a mediodía, buena parte de quienes salían de la terminal eran tinerfeños que regresaban a su tierra y se dirigían a sus viviendas. Una trabajadora de una empresa de alquiler de vehículos hace una relación gráfica de la situación: "vuelos cancelados, clientes que no vienen y coches que no se mueven". "Casi todas las empresas tienen sus flotas paralizadas", matiza. Desde su perspectiva, el jueves ya empezó a notarse algo el descenso de pasajeros. Al día siguiente la reducción fue algo mayor y ayer ya el descenso pudo calificarse como innegable.

Un taxista espera dentro de su Dacia y ya le llega el turno de ponerse en cabeza de la cola para recoger a clientes. Asegura que "está muy flojo". En su caso, ha tenido que hacer esperas de una hora o 45 minutos para poder efectuar sus carreras. Dependientas de una tienda salen de las instalaciones con destino a sus casas. Cuando se les pregunta por la situación, señalan al interior y manifiestan: "¿no ves cómo está? Vacío". Como a muchos ciudadanos tienen mucha incertidumbre, ya que no saben lo que va a ocurrir con el transporte aéreo en el país. Tras acabar su jornada, esperarán en sus domicilios a que haya noticias. Una mujer está a la espera de que la vengan a recoger. Cuando se le pregunta qué le parece que se limiten los desplazamientos en transporte aéreo, responde que "muy bien". Aclara que es médico en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, por lo que defiende cualquier medida preventiva que permita reducir las situaciones de riesgo. En su caso, acaba de llegar de La Coruña en compañía de su madre. En el interior del vuelo procedente de Galicia había medio centenar de pasajeros aproximadamente. De todos ellos, apenas cinco llevaban mascarilla, su progenitora, una niña, un joven y dos señoras más. Defiende la importancia de que se respeten las medidas aconsejadas por las autoridades sanitarias. Su madre llevaba mascarilla y guantes. Además, llevaban gel hidroalcohólico y, en el transcurso del vuelo, se limpió las manos tres veces. Dos azafatas de una compañía aérea explican que algunas personas vuelan para poder trabajar, por lo que reducir en exceso los vuelos "provocará el caos". "Ya se quejan por los cambios de hora", advierten.