Una ciudadana rusa fue detenida en Tenerife a petición de Estados Unidos, según el Ministerio de Exteriores de Rusia, ya que Washington sospecha que la mujer entregó datos biométricos a terceros cuando trabajaba en la embajada estadounidense en Moscú, de acuerdo con medios locales. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia informó ayer en un comunicado de la detención el pasado viernes 14 de Olesia Krasílova cuando esta trataba de coger un vuelo en el aeropuerto de Tenerife Sur.

El arresto fue llevado a cabo por agentes de la Policía Nacional destinados en el puesto fronterizo del citado recinto aeroportuario tinerfeño. Según los datos que trascendieron ayer, las autoridades de Estados Unidos solicitaron la orden de arresto de dicha persona a la Audiencia Nacional, que requirió la intervención de dicho cuerpo de seguridad para hacer efectiva la medida. La citada ciudadana rusa fue acusada como presunta autora de un delito de revelación de secretos, según estiman las autoridades estadounidenses.

Olesia Krasílova es una mujer de unos 50 años y, tras ser apresada, adoptó una actitud tranquila. Fue trasladada al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Granadilla que estaba en funciones de Guardia la pasada semana. A instancias de la Audiencia Nacional, órgano judicial del Sur de la Isla ordenó su ingreso en prisión preventiva. Y fue trasladada hasta las instalaciones del centro penitenciario Tenerife II, en el municipio de El Rosario.

Un viaje de negocios

Según informó la agencia Efe, la mujer había llegado a España en un viaje de negocios "como parte de una delegación oficial". Trabaja en un organismo que forma parte del Servicio de Inspección Agropecuaria de Rusia, de acuerdo con el departamento que dirige el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov. Según el canal de televisión RT, Krasílova trabaja de traductora en el centro para la cuarentena de las plantas del organismo supervisor ruso y llegó a España el pasado día 10. Oriunda de la región de Novosibirsk, la mujer trabajó entre 2008 y 2019 en la embajada de EEUU en Moscú, donde tomaba huellas dactilares hasta el cierre de su departamento.

El vicepresidente del Comité internacional para la protección de los derechos del hombre, con sede en Francia, Alexándr Iónov, manifestó a RT -canal ruso de noticias- que la traductora fue detenida a raíz de una orden internacional de detención cursada por EEUU, que la acusa de haber "entregado datos biométricos a terceros".

Según el canal RT, Krasílova se encuentra en un centro de detención preventiva español a la espera de que se decida sobre su posible extradición a Estados Unidos, donde podría recibir una pena de "cadena perpetua".

La Cancillería rusa señaló que, según "información no oficial" que maneja, la detención de Krasílova "probablemente se deba a una cierta solicitud de la parte estadounidense". "De ser así, se trataría de un nuevo caso de la práctica inaceptable de las autoridades estadounidenses de cazar a los ciudadanos rusos en todo el mundo", afirma el Ministerio de Exteriores. "Sea como sea, la misión diplomática rusa en España está tomando las medidas necesarias para aclarar todas las circunstancias", asegura la institución. Afirmó además que Moscú vigila "de cerca la situación (de la detenida) para garantizar el cumplimiento de los derechos e intereses legítimos de Krasílova". Personal de la oficina del cónsul honorario de Rusia en Canarias, Gonzalo Parada, visitó a Krasílova para llevarle ropa y productos de higiene.