El Plan Hidrológico Insular reconoce que la costa del Valle de La Orotava sufre una elevada concentración de nitratos en sus aguas subterráneas. Exceso que tiene su origen en las malas prácticas agrarias y los vertidos de aguas residuales al subsuelo. Un problema que ya denunciaba en 1986 el geólogo Telesforo Bravo, quien llegó a dirigirse a los alcaldes del Valle para alertar del impacto sobre el acuífero de las nuevas urbanizaciones y sus pozos absorbentes. Durante los años 90 del siglo XX, la concentración de nitratos en el acuífero del Valle mantuvo una tendencia al alza, pero a partir de 2001 se estabiliza gracias a la aplicación del código de buenas prácticas agrarias y, en menor medida, a mejoras en saneamiento. Este plan indica que, pese a la mejoría, "persisten los problemas que motivaron en 2000 su declaración como zona vulnerable a la contaminación de nitratos". El proyecto de Aqualia podría acabar con su impacto en el abastecimiento público.