Plumas de todas las formas y colores, purpurina, escarcha, madera, lentejuela y pistolas de silicona, entre otros muchos materiales. Ayer, la parte trasera del escenario del Recinto Ferial, justo antes de que empezara la Gala de la Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, olía a fantasía y a largas horas de extenuante trabajo. Los diseñadores y sus equipos finalizaban su trabajo bajo la presión de que ya apenas quedaba nada para que arrancara el espectáculo y ante la mirada atenta de un grupo de turistas que, asombrados, observaban el ajetreado movimiento entre los bastidores de la fiesta. Eran los visitantes que se habían gastado 60 euros para disfrutar de un "tour y de un asiento VIP" en la Gala chicharrera.

Pero los diseñadores no tenían tiempo ni para sonreírles y a algunos tampoco les quedaban ganas. La mayoría apenas habían dormido. "Yo llevo 48 horas sin descansar. Estoy agotado, pero con ganas de que la fiesta empiece y las fantasías desfilen por el escenario", apuntó Sedomir Rodríguez, ganador en la edición pasada de la fiesta con su traje La Nuit. Daniel Pages, diseñador patrocinado por McDonald's y EL DIA-La Opinión de Tenerife, mostraba el mismo agotamiento. "Llevamos muchos meses de trabajo y ya no podemos disimular el cansancio. Además, en los últimos días el ritmo ha sido bastante más elevado y eso se nos nota. Pero aquí estamos, cuidando nuestras creaciones y a nuestras chicas, para que no haya ningún fallo, para que todo salga bien", manifestó Pages.

Y entre disparo y disparo de las pistolas de silicona, algunos también aprovechaban para ojear las creaciones diseñadas por la competencia, aunque tuvieran que atravesar todo el escenario, pues la mitad de las fantasías estaban en un lateral del Recinto y la otra en la parte opuesta. La mayoría coincidía en que este año el nivel de creatividad había aumentado.

"La verdad es que hay trabajos muy buenos. Hay bastante nivel. Y esto es genial, porque el público podrá disfrutar más del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife", señaló el diseñador Juan Carlos Armas. Lo mismo comentó Alexis Santana, quien, a pesar de que todavía le quedaban "detalles que acabar en su traje", dedicaba unas palabras de admiración a las fantasías realizadas por sus compañeros. Este aseguraba sentirse muy nervioso, "aunque feliz", pues este año ha conseguido doblete de reinas, con la infantil y la de los mayores.

Entre los que estaban corriendo y sudando, apurando los últimos minutos, se encontraba Jonathan Suárez, a quien también le quedaban elementos del diseño por finalizar. Este prefirió no opinar sobre el trabajo de los compañeros. "Es que uno no sabe qué es lo que le va a gustar al jurado. Visto lo visto hasta ahora, hasta unas botellas pueden ganar", indicó.

Se acercaba la hora y los diseñadores sabían que en unos minutos, y antes de que comenzara la Gala, dirigida este año, por primera vez, por los diseñadores Marcos y María, los miembros del jurado se acercarían hasta el backstage para analizar cada uno de los detalles de las 16 fantasías. Y es que en esta ocasión también, y como ya ocurrió en 2019, un porcentaje de los votos se otorgaba detrás, precisamente, del escenario. Algunos se encontraban en el suelo colocando las piezas que no podían encajarse hasta el último segundo; otros peinaban las cientos de plumas que adornaban sus fantasías, y otros les daban indicaciones a sus candidatas para que estuvieran tranquilas.

Así lo hacía Daniel Pages con su candidata Judith Miguélez, que no pudo contener las lágrimas cuando accedió a la parte trasera del escenario del Recinto Ferial y se encontró con su traje de frente. "No sé qué me ocurre, son tantas emociones. Siento un nudo en el estómago y muchas ganas de salir ya al escenario y desfilar con mi fantasía. Es preciosa y cada vez que la veo no puedo evitar emocionarme", manifestó la joven, que representa a McDonald's y EL DÍA-La Opinión de Tenerife.

Judith intentaba relajarse para que las lágrimas no le estropearan el elaborado maquillaje. Admiraba su fantasía y caminaba de un lado a otro para controlar los nervios. "Es que no sé si son nervios o emoción. Esta experiencia es maravillosa", agregó.

Entre las candidatas que más tranquilas parecían estaba Lía González. "La verdad es que estoy tan cansada que no noto ni los nervios. Pero supongo que cuando ya esté en la puerta, a punto de salir, sentiré cosquillas en el estómago. Esto es maravilloso. Aún no me creo que esté aquí", comentaba esta joven aspirante, mientras su maquilladora le pasaba la brocha.

En el otro extremo del Recinto Ferial se encontraba Ana Benavides. Estaba sentada, mientras sus maquilladores le colocaban la pedrería que tenía que llevar en la cara, sin que les pudiera temblar el pulso. "Nunca pensé que fuese a estar tan tranquila las horas antes de salir al escenario. Es que me están maquillando y estoy a punto de dejarme dormir. También debe ser el cansancio. Pero lo que tengo ganas es de salir ya y de hacer disfrutar a la gente con mi actuación y con mi fantasía. Estoy muy ilusionada", contó la joven, quien además es la primera candidata con talla grande del Carnaval chicharrero.

El jurado estaba a punto de llegar y se hizo prácticamente el silencio. Las chicas ya estaban preparadas y los diseñadores y sus equipos ya lo habían terminado todo. En el suelo solo quedaba la huella de los nervios que se respiraban en el ambiente, y también alguna que otra pluma y resto de purpurina y lentejuelas. Y tras la revisión del jurado, ya llegaba el gran momento. Salir al escenario del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife.