El coordinador del Museo Sacro 'El Tesoro de la Concepción', Adolfo Padrón, ha protagonizado en apenas cuatro meses dos gestos de gran importancia para la historia y el patrimonio de La Orotava. El primero, a finales de octubre, fue acudir al rescate de miles de documentos históricos, de entre los siglos XVII y XIX, que estaban abandonados en un solar, entre basuras y escombros. Un legado de incalculable valor que se hubiera perdido para siempre con una simple lluvia. El segundo, hace sólo unos días, fue entregar al Archivo Municipal de La Orotava (AMLO) todo ese tesoro formado por copias de registros oficiales, testamentos, documentación conventual, sermones, edictos y otros textos sobre recetas, tributos, capellanías, inventarios, árboles genealógicos, transacciones comerciales o cartas enviadas desde América, Cádiz o Génova.

La concejala responsable de Archivo y Patrimonio Cultural, Delia Escobar (CC), destaca la importancia de los documentos cedidos por Adolfo Padrón, "ya que podrán servir para seguir conociendo la historia del municipio".

A juicio de Escobar, "es necesario resaltar el gesto ejemplar del descubridor del hallazgo, que al cederlo al AMLO permitirá poder conservar estos documentos y que, una vez catalogados, sean consultados por cualquiera".

Padrón, que inicialmente se había planteado hacer un primer estudio y análisis de la documentación antes de cederla a alguna institución, explica a EL DÍA que se dio cuenta de que el reto era de tales proporciones que lo convertían en una tarea de demasiados años para una sola persona. "Era inviable, así que decidí cumplir todos los trámites administrativos para que la documentación quede en depósito en el Archivo Municipal, donde se irá clasificando poco a poco antes de que se pueda poner a disposición de los investigadores", explicó a EL DÍA.

Padrón celebra que el hecho de divulgar públicamente el hallazgo sirviera también como una manera de concienciar a la sociedad de la importancia de no eliminar documentos antiguos cuya trascendencia histórica se desconoce. "Se ha logrado salvar un patrimonio documental muy importante y, además, hemos podido ayudar a crear conciencia. El hallazgo tuvo mucha repercusión, y en un 99% fueron reacciones positivas, aunque no hay que esconder que existió ese 1% de cosas negativas".

La llamada de un familiar puso a Padrón tras la pista de miles de documentos y legajos antiguos que habían sido abandonados en un solar de la Villa de La Orotava, un municipio que perdió la mayor parte de sus documentos más antiguos en el incendio del archivo que se produjo en el año 1841. A finales de octubre acudió a un solar lleno de basura y escombros de donde rescató miles de recibos y documentos oficiales, el archivo completo de un cura que fue titular de la parroquia de La Concepción de La Laguna, infinidad de cartas, documentos firmados por reyes y obispos, sellos perfectamente conservados, sermones, inventarios, solicitudes, poemas, árboles genealógicos de varias familias, diplomas, proclamas, títulos, cuadernos escolares, textos sobre enseñanza musical, cuentas, documentación sobre transacciones comerciales de vinos o telas, y hasta recetas de cocina que muestran cómo se hacían mantecados, buñuelos o sopas borrachas hace más de 200 años.

También ha encontrado tarjetas de visita con símbolos masónicos; firmas originales de personajes como Fernando VII o el diputado y poeta Graciliano Afonso; un documento real que permitía a un hijo de padres desconocidos ostentar un cargo público y gozar de "plena consideración social"; copias de partidas bautismales, diarios personales o un anuncio de un acto organizado por Cruz Roja para recaudar fondos para lisiados tras la pérdida de las colonias de Cuba y Filipinas en 1898.

El volumen y la variedad de información rescatada por Padrón es enorme. Desde registros de vendimia a cuadernos de didáctica musical o de caligrafía para mujeres; pleitos; capellanías, y multitud de referencias a documentos anteriores, algunos incluso de los primeros años tras la conquista. Ahora el Archivo Municipal de La Orotava tiene el reto de clasificar y ordenar este tesoro que Padrón rescató un día antes de que la lluvia lo destruyera para siempre.