La entidad pública Balsas de Tenerife (Balten) comprará parte del agua que produce la desaladora de La Monja, en Buenavista del Norte, con el objetivo de aumentar los recursos destinados al riego de la comarca del Noroeste, que atraviesa un periodo de sequía que preocupa mucho a los agricultores de la zona. El Cabildo trabaja para que una parte de la producción de esta planta pueda almacenarse en el embalse de Montaña de Taco, que en estos momentos solo se encuentra al 29% de su capacidad.

Así lo explica el consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, quien apunta que la Institución tendrá que poner en funcionamiento una tubería de 400 metros y un sistema de bombeo para impulsar el agua hasta la balsa. Además, el Consejo Insular de Aguas deberá cambiar la autorización administrativa otorgada en su momento a esta planta, con el objetivo de que puedan vender el agua a la entidad pública.

Parrilla expone que con esta maniobra se pretende no solo garantizar el riego en la comarca sino también mejorar la calidad del agua que utilizan los agricultores. El responsable insular apunta que en estos momentos el agua que se adquiere de las galerías de la zona tiene una alta conductividad, mientras que la que procede de la desaladora tiene mejores características para destinarla al riego.

El consejero afirma que con este acuerdo también se da respuesta a la necesidad que tiene la Sociedad de Regantes propietaria de la planta, que sobre todo durante el invierno solían tener un excedente de agua que acababa desperdiciándose, con lo que su adquisición por parte de Balten aportará no solo la utilización de este recurso sino que también fomentará la sostenibilidad financiera de esta planta.

Los agricultores daban la pasada semana la voz de alarma ante la situación de sequía que afecta a la Isla. La falta de precipitaciones puede dañar sobre todo los cultivos de secano, que están viendo amenazada su supervivencia debido a este déficit hídrico. Las papas, los cereales y la viña se enfrentan a un invierno que no está siendo todo lo lluvioso que debería, una circunstancia que se une a varios años en los que el volumen de precipitaciones ha estado por debajo de la media en Tenerife, lo que ha ocasionado que el sector tema que el agua almacenada no sea suficiente para regar durante el verano.

Para Parrilla es demasiado pronto para vaticinar si de cara al verano podrán haber restricciones al agua de riego, ya que señala que todavía quedan muchos meses, en los que podrían registrarse precipitaciones antes del verano.

Aún así, indica que el volumen de los embalses de la Isla se encuentra en la actualidad un 2% por encima del que registraba hace un año. Un crecimiento que él achaca a la aportación de agua regenerada que se está haciendo desde las depuradoras, sobre todo en el Sur.

De media, las balsas que gestiona la entidad insular se encontraban a principios de este mes al 57% de su capacidad y contienen solo 2.800 metros cúbicos de agua de los más de 5.000 que pueden llegar a almacenar. De ellas, cinco se encuentran por debajo del 30%, estando tres en el Norte, -Montaña de Taco, Valle Molina y Presas Ocampo-, y dos en el Sur, San Isidro en Granadilla y Trevejos en el municipio de Vilaflor.

Para Parrilla los problemas por la falta de precipitaciones se concentran sobre todo en la comarca norte de la Isla y principalmente desde La Guancha hasta la Isla Baja. El responsable insular sostiene que los aportes continuos que tienen procedentes del agua regenerada han ayudado a paliar la situación en el Sur, mientras que en el Norte la falta de lluvia ha vaciado los embalses ante la mayor demanda de riego.

El consejero insular asume que los mayores problemas se encuentran en la zona de medianías, por lo que el objetivo debe ser "liberar agua de la costa para que esta no tenga que bajar desde las medianías".

Para Parrilla el futuro de la agricultura en la Isla "pasa por la utilización del agua regenerada" y en este sentido asegura que el Cabildo seguirá trabajando para poder ampliar su utilización en el sector agrícola de la Isla. Para ello, será necesaria la creación de nuevas infraestructuras entre ellas las depuradoras, como la que ya se está construyendo en el Valle de Güímar, así como conexiones que posibiliten llevar este recurso a las diferentes zonas agrícolas.